Uno de estos días del mes de Junio del año 2OO1, he escuchado por la radio que en un pueblo de Soria, una de estas noches, no se si la de San Juan, hacían una hoguera, después extendían las brasas y a continuación, descalzos, se ponían a pasar sobre ellas, no se bailando o simplemente dando pasos.
Este relato despertó en mi
memoria, el recuerdo de los mismos hechos ocurridos en Siétamo, cuando yo era
un niño pequeño o, que presenciaba en la Plaza Mayor, como el señor José Ferrando, alias el Zurdo, lleno de entusiasmo
se quitaba las alpargatas, junto con otros entonces jóvenes y a continuación se
ponía a pasar, descalzo sobre las brasas.
No he podido preguntarles a los ancianos de entonces,
porque ya no están en este mundo y les he preguntado a varios hombres de mi
edad o con unos años
más que los que yo tengo y nadie me confirmaba mis recuerdos, pero he
visto a Joaquín Puyuelo Palacio, nacido
el año 1923,en Siétamo, de donde emigró, ya hace ocho años a Zaragoza y al
preguntarle por tales celebraciones, me dijo que para la Fiesta Pequeña del pueblo, a saber la Virgen de la
Esperanza, celebrada el día18 de Diciembre, por la noche del tercer día, en la
que recuerda que hacía frío, tenían preparada una enorme carga de leña, en la
Plaza Mayor, cerca de la Cruz, le
prendían fuego, en el que calentaban el "tempano" o panceta, el
tocino ,los chorizos y tostaban el pan y acompañaban todo lo que se comían con
buenos tragos de vino. Cuando acababan de cenar, al tiempo que se aflojaban las
llamas y abundaban más las brasas, se acordaba de Victorián Trullenque, que a
pesar del frío que hacía, se desnudaba
de su ropa, exceptuando los calzoncillos y se puso a saltar, con gran
entusiasmo sobre las llamas y a bailar frenético sobre las brasas. Yo me acordaba del señor José, a quien llamaban el Zurdo,
andando sobre las brasas ,en compañía de
varios otros sietamenses y, al decírselo, exclamó :¡ Joaquín no me
extraña, porque además de muy "fiestero", era primo de Trullenque!.
Antonio Larraz Latre, me afirmó que se acordaba de ir a pedir por las casas y en una le daban un fajo de
leña y en otra un tizón y su hermano Francisco tenía idea del baile
sobre las brasas y de los saltos sobre
las llamas, unos descalzos y otros calzados y si pisaban las brasas, no se
quemaban. Joaquina, hermana de los dos citados últimamente, me contó que cuando era pequeña, hasta hace poco
tiempo, levantaban frente a la Cruz de la Plaza Mayor un enorme montón de leña,
a la que prendían fuego y en la hoguera asaban panceta de cerdo,
chorizo y bebían vino.
.Cuando acababan de levantarse las llamas, quedaba la brasa y el
valiente Trullenque se paseaba descalzo por las brasas, que no le quemaban.
¡ Pobre Trullenque, que al venir los tractores ,emigrado a Lérida, se
mató con uno de ellos!.
En Soria conservan los ritos
antiguos y en Huesca hay que trabajar para conservarlos, pues si en Siétamo ha
durado tal tradición hasta hace unos
años, es muy fácil que se realicen todavía en algún pueblo, ya de la Montaña a
o de la Tierra Baja.
Si alguien sabe que en algún
pueblo se pisan todavía las brasas con los pies descalzos, es necesario que lo
diga, porque aparte de vivir un fenómeno
antiguo, creo que se crearía en el pueblo, que lo realizase, un turismo masivo.
Además reforzarían sus voluntades, que
los llevarían a resistir con más fuerza los vicios y las debilidades
actuales.
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