Vistas del pueblo de Santiago Millas, comarca maragata (León). |
La Maragatería o País de los Maragatos es una zona de la provincia
de León, que ocupa unos 710’41 Km. cuadrados, con una población de unos 14.876
habitantes. Se encuentra en la provincia de León en su parte sur-oeste. El
nombre de maragato unos lo atribuyen a “mauri capti”, es decir a moros cautivos,
tal vez de origen bereber, raza del mismo origen que la vasca. Otros lo
atribuyen a los tiempos de la arriería, en que los maragatos desde Galicia,
trasladaban pescados salados a Madrid. Su nombre vendría “del mar de los
gatos”. Puede ser que algunos de los que frecuentaban pueblos como “Santiago de
Millas” observasen un “mar de gatos”, aspirantes a devorar algunos pescados con
los que los maragatos traficaban.
Es curioso que haya llegado a
Siétamo Víctor Valderrey, porque se ha quedado atónito, al escuchar el origen
del nombre del pueblo de Siétamo. Se le han presentado papeles antiguos en los
que está escrito como “Sieteno”, es decir Séptimo Miliar de la Vía Romana desde
Huesca a Alquézar, cuando su pueblo natal, “Santiago de Millas”, en su nombre
reconoce que por esas millas se iba a Santiago de Compostela. Dicen que en su
nombre se cita a las millas romanas de la calzada de Braganza a Astorga, que
pasaba por los campos de “Santiago de Millas”.
La capital económica se encuentra
ahora en Astorga y antes su capital era “Santiago de Millas”, y su capital
religiosa está localizada en Luyego de
Somoza, donde se rinde culto a la Virgen de los Remedios.
Históricamente, después de las
guerras cántabras, los que buscaban la reconquista de los astures, expandieron
su territorio astur, dejando a Astorga como su capital. Es pobre la agricultura
en estas tierras, aunque se habla de haber explotado minas en tiempos
antiquísimos.
El instrumento musical más
conservado en la Maragatería, y en toda la provincia de León, se trata de la
Chifla o flauta maragata, que está ligada al tamboril y su aprendizaje está
ligado a la tradición familiar de la
comarca. Como antes la jota aragonesa, que se aprendía en los pueblos por
tradición, cuando ahora se aprende en las capitales, en academias. La lengua es el castellano, aunque
se trabaja por conservar el maragatu.
Le he preguntado al maragato
Víctor Valderrey Yañez sobre sus platos preferidos y me ha contestado que el
Cocido Maragato, que se compone principalmente por los productos del campo,
como carne de cocido, verduras, acabando por la sopa. Fabrican cecina, que es muy buscada en toda la
provincia de León.
Hay una obra literaria que
escribió Concha Espina, que describe la esfinge maragata. El escritor Laureano
Manuel Rubio Pérez en 1995, escribió “Arrieros
maragatos: poder, negocio, linaje y familia”.
“La fundación del pueblo permanece oculta en
la historia. En los documentos antiguos aparece siempre denominado el pueblo
como “SANTIAGO DE MILLAS”; probablemente
debe el nombre, como acabo de escribir, a un miliar romano de la calzada de
Braganza a Astorga que atravesaba los campos del pueblo. Está situado el pueblo
al pie del cerro de la Muñeca y no muy lejos se encuentran los montes
emblemáticos de la Maragatería de la Somoza, el Teleno y Foncebadón.
Víctor Valderrey es un enamorado de la Maragatería y aunque le
agrada escuchar el nombre de Astorga, y de sus cercanos pueblos y villas, sus
vecinos y que se llaman: Morales del Arcediano, Oteruelo de la Valduerna,
Piedralba y Valdespino de Somoza. Todos ellos, unidos a Santiago de Millas eran grandes
arrieros y más en los siglos XVII al XIX, donde recorrían con éxito económico y
humano por toda España e incluso Portugal, a dónde
acudían a comprar productos para su
posterior venta en la Península. Alcanzó Santiago de Millas un gran esplendor,
y se hicieron famosos en toda España. Se llegó a considerar a Santiago de
Millas, como la capital de la
maragatería. Circulaban por diversos terrenos,
unos que no podían pasar con carros, pero lo hacían con fuertes mulas.
Algún maragato de Santiago se distinguió por acarrear el oro del Banco de San
Fernando y de algunos otros.
Los tiempos han cambiado, pues
los ferrocarriles han frenado la marcha de las mulas y de los arrieros que eran
sus dueños y sus amigos y ahora los maragatos que quedan son agricultores y ganaderos.
Fueron varios los hijos de
“Santiago de Millas”, pero fue muy famoso Don Santiago Alonso Cordero, que
nació en 1793, que conoció todas las formas de vida de los vecinos de su
pueblo, como labrador, mulatero, empresario, político y prestamista.
Es difícil encontrar en los
maragatos, algo que recuerde a los moros, pues vinieron desde Asturias y su
particularidad entre la población española se debe, más bien a los intereses
mercantiles y económicos. Sus ropas no tienen nada de árabe, sino que obedeciendo
esa forma de vestir que concuerda con la
moda que se desarrolló durante el siglo XVIII, por toda la Península e incluso
entre los bretones franceses.
Hay varias teorías sobre el
origen de los maragatos, pero es evidente que no sólo viajaron por España, sino
que en el siglo XVIII, poblaron las zonas argentinas de Carmen Patagones, donde se convirtieron
en auténticos gauchos. Otros pasaron al Brasil, lo que explica la Revolución de
los Maragatos” en 1893.
Este marchar por todo el mundo,
ir y venir, no se opone a su manera de ser, porque conservan sus costumbres y
sus ropas antiguas. Esto parece un cuento, pero no lo es, porque Víctor Valderrey y
Yáñez, hasta sus veinte años de edad se ha puesto sus ropas antiguas en las
fiestas de Santiago de Millares, y todavía las conserva en su pueblo, donde ya
tiene pensado a quien se las dejará. Pero tanto ama a su pueblo, que viajando por el mundo, se
está construyendo una casa, en la que sueña descansar de esta vida errante. Le
pregunté si estaba casado y me contestó que era difícil conquistar a una mujer,
desde tantos puntos del Universo. Esto lo explica la dificultad de contraer
matrimonio, fuera de su “tribu”. Según
Dozi, los maragatos son descendientes de
los bereberes, que quedaron aislados en la zona de Astorga en tiempos de
Fernando I, en el siglo XI y que se convirtieron al cristianismo. Esta teoría
es posible, porque el pueblo vasco, también dicen que procede de la misma antiquísima
sangre que los bereberes. Incluso en sus dos lenguas hay muchas palabras en
común.
Está satisfecho Víctor Valderrey
en Siétamo, porque tanto éste como su
pueblo Santiago de Millas, tienen un
nombre que deriva de las Vías Romanas. Por otra parte, siente placer al
escuchar su apellido, común con el de aquella parte del Monte de Siétamo, que se llama también Valderrey.
Me ha llamado la atención el
contemplar a Víctor “con una honradez y
laboriosidad proverbial. Lo encuentras como un individuo de una raza sosegada,
grave, inexpresiva, práctica e industriosa
o trabajadora”. Dice el escrito que los maragatos pertenecen a una raza
inexpresiva y yo me quedo admirado de su expresividad. Tal vez sea por el tema
del que me ha hablado continuamente y con amor, que es Santiago de Millas de la
Maragatia.
Pero no sólo se expresa con
cariño de su tierra, sino de todo el mundo, porque en sus marchas laboriosas,
me ha explicado el trabajo que ha realizado en Chile, donde con máquinas ha
vendimiado grandes viñas y me ha explicado como en este País, no hay parados
como en su vecina la República Argentina. Ha cosechado cereales en Lérida y en
Huesca y yo creo que no ha parado nunca de trabajar. Me cuenta que en Chile
vendimió una viña de un oscense.
Es Víctor un hombre amante de su
tierra, la Maragatería, pero la ama, respetando
el amor a todo el mundo. Los catalanes aman Cataluña, pero quieren algunos ser
un País independiente y rico. Me dice que cuando se encuentra hablando con catalanes,
algunos de éstos, critican España, de la que un número importante de ellos son
hijos de inmigrantes. Víctor en estas ocasiones se adapta a, como explica el
trabajo ya citado, ser “inexpresivo”, pero piensa en el Mundo entero y en su
felicidad. En Huesca hay en la iglesia de San Lorenzo, una capilla en forma de
cueva, en la que se venera a la Virgen catalana de Monserrat, con lo que aman a
Cataluña, pues han tenido una historia común.
Víctor es un ciudadano del Mundo,
pero ama a su Maragatería y le gusta contemplar el monte Telero de 2.188 metros
de altura o Tilero, que fue sagrado para
los astures. Todavía es el monte mítico de los maragatos. Por la arquitectura
de sus edificios recuerdan la sacralidad de su tierra. Como también veneran las
figuras de dos maragatos en lo alto del Ayuntamiento de Astorga y mirando al
veleta de la Catedral observan la figura de Pedro Mato, maragato y símbolo de
los maragatos.
muy buena repotagen ,,vaya historia para guardadela,,
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