Conocí a un Veterinario
Titular de Sariñena, hace ya unos setenta años, que en la Torre de Casaus,
debajo de San Jorge, operó a un mulo, cortándole los tendones retractores de
los cascos. Con la tensión que producían dichos tendones en los cascos del
animal, éste no apoyaba bien sus patas anteriores en el suelo y al hacer
desaparecer dicha tensión, el animal se convirtió en un ejemplar ideal. Aquel
Veterinario me habló con mucha amabilidad y me deseó un buen porvenir. Desde
entonces han pasado por Sariñena varios Veterinarios Titulares, entre los que
quiero destacar a San Román, porque cuando yo viajaba por la Provincia como
Veterinario de una casa de alimentos animales, él siempre me acogió con un
notable compañerismo. Yo creo que tal vez fuera porque cuando él llevaba el
Centro de Inseminación Artificial de la Diputación Provincial de Huesca,
ejerció de maestro conmigo, que alcancé algún éxito inseminando algunas burras
en Bolea.
Ya no recuerdo otros
veterinarios en Sariñena pero el actual Presidente del Colegio de Veterinarios
actual, me trajo a la memoria, la historia del Veterinario Julio Cesáreo
Casabona Marías. Era hijo de un Veterinario y ejerció su profesión en Sariñena.
Estudió en Zaragoza en la Escuela de Veterinaria que luego elevarían a la
categoría de Facultad Universitaria. En el año 1936, ejercía en Sariñena, donde
escribió al Ilustre Veterinario Félix Gordón Ordás, “sobre el desprestigio de
la clase política española”. Llegó la Guerra Civil y fue incorporado como
alférez en dicha contienda, y al finalizar esta huyó a Francia.¡Bienvenido mal si vienes
solo!, porque en Francia tuvo que luchar
en la Línea Maginot,donde fue detenido por los alemanes y enviado al campo de
exterminio de Mathaussen .En tal campo de concentración había unas porquerizas
en las que los hombres enflaquecidos tenían que engordar a los cerdos y lo
nombraron , dada su profesión de veterinario, como técnico. Al darle tal cargo
le dijo el jefe del campamento a Julio Cesáreo ”La vida de un prisionero
español, me importa muy poco al lado de mis hermosos cerdos, porque vosotros
sois subhombres”. El con los alimentos de los cerdos dio de comer a muchos compañeros,
salvándoles la vida. Los veterinarios aman a los hombres y cuidan su
alimentación y aman a los animales, porque son criaturas de Dios.

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