Siempre me ha llamado la atención
el pequeño pueblo serrano de San Román de Morrano, que desde la sierra de
Guara, contempla el Somontano. Conozco al señor Don Alfonso Buil Aniés, que ya
de niño estuvo interno en los jesuitas de Huesca, para incorporarse en poco
tiempo en el Monasterio de Veruela, cerca del Moncayo. Tenía catorce años y hoy
con fecha de 2014, todavía vive. Cuando
llegó la Guerra Civil, tuvo que regresar, con catorce años, a su Castillo de
San Román de Morrano, para salvar la vida de su padre, cultivándole la tierra.
A pesar de la dureza de esa
tierra serrana, Alfonso Buil Aniés, desde muy niño, acudía a la Escuela Nacional del pueblo
vecino de Morrano, y desde 1875 estaba
de Maestro el tío –abuelo de Ballarín de Velillas, que hoy cultiva extensas
tierras de frutales. San Román de Morrano, domina con la vista la expansión del
Somontano y yo mismo, con Joaquín Borruel Buil, de casa Caborbaya de Siétamo, el día 23 de
Agosto de este año de 2014, de setenta y nueve años de edad, pariente de los
únicos habitantes que quedan en San Román, pues su abuelo se llamaba Francico
Buil Calvo, estuve con él y con Pepe Ballarín, que goza ya de ochenta y seis
años de edad.
Una vez en San Román de Morrano,
fuimos a visitar a Manolo Aniés a su
casa, que se cerraba con una fortísima puerta de carrasca. Joaquín declaró que
su abuelo salió de la Casa de San Román, llamada Casa Juanico, y el “joven Pepe Ballarín”, se declaró pariente
del culto Maestro de Morrano, como también lo es de los Ballarín de Velillas. Éramos
tres hombres, ya mayores, que necesitábamos ver aquel paisaje serrano de
nuestras familias y venía con nosotros mi sobrino Pablo, que, siendo estudiante
de Cinematografía, parecía querer proyectar ese mundo, que se está yendo, poco
a poco.
En la puerta de casa de Manuel
Aniés, en la parte alta, estaban clavadas
dos patas de un animal de tipo cabrío, cazado en el monte y en la puerta
vecina, donde ya no vivía nadie, colgaban dos garras de águila. Ya llevaban
muchos años colgadas en las puertas, pues estaban muy desgastadas. Nos sacamos
unas fotografías con Manuel Aniés, en el centro, nosotros alrededor, encima las
patas del animal cabrío, debajo una piedra, en la que Manuel Aniés, había
grabado su nombre y al fondo la puerta, que al preguntarle con que madera
estaba cortada, nos dijo que con carrasca. Carrasca dura, como la Sierra de Guara. Le pregunté a Manuel
la categoría del título que acompañaba a los miembros de su nobleza y me
contestó que en aquellos castillos, con varios apellidos Calvo, gobernaba el
Título de los Señores de Aniés. Y Manolo Aniés, era el único Señor que vivía en
estos tiempos en San Román de Morrano. Había que mirarlo con respeto.
Al salir por el mirador por el
que se contempla el Somontano, alrededor de una Cruz de hierro, nos pusimos a
contemplar el pueblo de Casbas con su Monasterio y el también pueblo de Sieso,
donde se asentaron los Almudévar, que provenían de la Villa del mismo nombre. “En
una Infanzonía del apellido Almudévar, se dice que sus portadores, fueron
Señores de Aniés. pero el Señor Alfonso Buil Aniés,Calvo,
Calvo,Villacampa,Pablo, Azlor y Blecua ya me dijo, hace dos o tres años, que él
procedía del Señorío de Aniés, también
llamado de los Calvo”. Manolo Aniés no
estaba muy conforme con la posesión del título de Señor por sí mismo, ni por
parte de Alfonso Buil Aniés. Mis antepasados, que según dicen los libros fueron
Señores de Aniés, tampoco lo son desde hace muchos años. Alfonso es un hermano,
entre varios, y dice que en su casa poseían una Infanzonía, ya perdida. Al buen
Manolo por su apellido Aniés, no le cabe duda de que forma parte
del Señorío de Aniés. En aquel trozo de Sierra de Guara, no queda
riqueza para ser Señores y por tanto, son todos sus miembros poseedores de una
dignidad Señorial.
Allí, alrededor de esa Cruz de hierro, estábamos varios
hombres y un muchacho, mi nieto Pablo Adiego, poseyendo la dignidad de Señores,
que nos había unido, para observar el Monasterio de Casbas, de donde fue
Abadesa la hermana de Don Alfonso Buil Aniés. Esta María José Buil Aniés, inició
los estudios con la Monjas de Casbas, acabando haciéndose Monja y llegó a ser
Abadesa del mismo.”Como escribo en “Señorío de Aniés, en San Román de Morrano”,
por las ventanas de la cara Norte del Monasterio, se veía la superficie de Guara y el pueblecito de San
Román de Morrano. Y la Abadesa María Jesús Buil Aniés, se lo miraba igual que
en sus años de juventud, contemplaba desde su Castillo, el antiguo Monasterio”.
Desde San Román, daba la
impresión de que Casbas, con su Monasterio y Sieso de Huesca, con los Almudévar,
Claver, héroes en Huesca en la Batalla del Alcoraz y los Señores del reducido
pueblo de San Román, estuvieron siempre unidos, cuando el transporte se hacía
únicamente por caballerías. Pero la Sierra impide el paso directo desde Casbas
y Sieso a San Román, por lo que desde Aguas, se pasa por Bastaras, Yaso y
Morrano, hasta llegar a la carretera que sube al noble pueblo de San Román. Al
marcar se pasa por el pueblo de Bierge en la entrada a la Carretera que va a
Rodellar y al Brarranco de Mascún.
“Vicén Do Río en su obra de
Infanzones Aragoneses, escribe que “Los Claver de Sieso: Don Miguel Claver
(alias Valeta), trasladó su residencia, (que
estaba en la Alta Montaña), al lugar de Sieso de Huesca, para celebrar el matrimonio
con Doña Violante, de la linajuda familia de los Almudévar….Celebraron
entronques con las linajudas familias de los ANIÉS, Seral, Alamán,Monter y
Viñuales”.
Miguel Claver, alias “Valeta”,
descendiente de “Don Juan Claver, embajador de los Reyes Católicos y militar
aguerrido, que gozó de la confianza del Gran Capitán”, tuvo como descendiente
al citado Miguel Claver, alias “Valeta”, que fue a residir a Sieso, donde se casó
con Doña Violante Almudévar en1515. Un nieto suyo que también se llamó “Miguel
Claver, se casó con Doña Isabel de Aniés, hija de la familia de los opulentos
SEÑORES DE ANIÉS, de SAN ROMÁN DE MORRANO, QUE TENÍAN SU RESIDENCIA EN EL CASTILLO”.
De Miguel CLAVER y ANIÉS,
desciende Antonio Claver y Viñuales, que se casó con Teresa ALMUDÉVAR. Fueron
padres de Manuel CLAVER y Almudévar,que se casó con Doña Jacinta MANCHO,
natural de Torres de Montes.
De aquí salen los apellidos
Almudévar, Aniés y Claver en la familia Mancho de Torres de Montes. Desde el
pueblo de San Román de Morrano, en la sierra de Guara, se fueron mezclando las
familias de los Aniés, los Almudévar, los Claver y los Mancho de Torres.
“Dicen que aquí se acaba la
varonía del apellido Claver en el Casal de los Claver de Sieso, entretejida con
la familia de Almuévar también de Sieso y con la de Aniés de San Román de
Morrano”. Don José de Calver y López de Zuazo,ha escrito un tratado de la
Familia Claver, con todas sus bodas y grandezas de sus generaciones, como la de
San Pedro Claver ( combatiente de la esclavitud en Sudamerica) y de las
batallas en el Mediterráneo, esculpidas en la parroquia de Sieso.
Aquí, alrededor de la Cruz de
hierro, que está situada al lado del mirador, sobre su base de piedra, nos
encontramos, contemplando la historia de la Sierra de Guara, a través del
Monasterio de Casbas, donde no sólo fue Abadesa la hermana de Don Alfonso Buil
Aniés, sino la escritora en castellano y en Fabla aragonesa Ana María Abarca de
Bolea, tía del Conde de Aranda. Monasterio de Casbas. Eramos Joaquín Borruel
Caborbaya, cuyo abuelo nació en el
Castillo de San Román, Pepe Ballarín, pariente del Maestro que inició a Don Alfonso
Buil Aniés, en su enorme cultura, otro
era yo mismo, Ignacio Almudévar Zamora, pariente de los Claver y de los de Casa
ANIÉS de San Román de Morrano. Gracias a Dios, también vino con nosotros, mi sobrino Pablo
Adiego Almudévar, que es estudiante de Cinematografía y que encontró alrededor
de esa Cruz, un maravilloso tema para filmar una película.
Se hizo el año 1730 por orden de Don Joseph Paul y Abiego y Almudevar y Doña Josepha Puyuelo Fernandez de Eredia |
Había dejado Pepe, con sus
ochenta y seis años de edad, aparcado el coche, cerca de la Puerta enrejada del
Cementerio. Nos paramos frente a ella y nos llamó la atención una gran Cruz de
hierro forjado, de gran belleza, pero un tanto deteriorada por el tiempo y a su
lado dos piedras, que señalaban la situación de otro que fue hermano de la
humanidad, en el que no pudimos ver su nombre, ni sus apellidos.
La Humanidad tiene una vida pasajera y nos
dimos cuenta al marchar de San Román y llegar al pueblo de Abiego. El ambiente
era de una gran vivacidad, pues estaban muchas personas en la Piscina Pública y
en la iglesia parroquial, de un aspecto maravilloso, desfiló una boda, que nos
hace creer en nuestra continuación en la Tierra. Allí se unían el pasado y el
futuro; el futuro con esa función matrimonial espléndida y al lado del escudo,
estaba escrito en la piedra, con letra muy clara, lo siguiente: “Se hizo el año
1720.Por orden de Don Jospeh Paul y Abiego y Almudévar y Doña Josepha Puyuelo
Fernández de Eredia”.
Estábamos en Abiego con los
apellidos grabados de Abiego y Almudévar, que son los dos de mi nieto Pablo,
que venía con nosotros. El nombre de Abiego es una palabra ibérica, que quiere
decir “terreno profundo” y el terreno de Abiego, cerca de los Pirineos, y en lo
profundo del río Alcanadre, es difícil de subir el agua al depósito del pueblo.
Mi nieto se llama Adiego, que es una palbra equivalente a la de este hermoso
pueblo. Hemos estudiado una pequeña parte de de la historia de esta Sierra y de
su Somontano. Pero la boda que presenciamos nos infundió un optimismo en
nuestros corazones y el encuentro del Abiego Ibérico del pueblo con el también
Ibérico, que lleva por sus venas mi nieto, en Agosto de 2014, nos dio alegría y
esperanza en el porvenir.
Nos marchamos del espectáculo y
nos quedamos a comer en un Restaurante a la salida de Abiego y gozamos del
optimismo de Pepe Ballarín, que todavía conduce maravillosamente, de la alegría
de Joaquín Borruel Buil por haber visto en San Román de Morrano, la casa-castillo
de sus antepasados y el gozo de mi nieto al ver sus dos apellidos en el escudo
de Joseph Paul y Abiego y Almudévar.
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