Yo
de niño iba a abastecerme de regaliz ,que es la raíz que tiene esta planta y
que chupando sus raíces ,se siente un agradable sabor, que alegra el placer de
chuparlas, que producen al “laminarlas” un gran placer. En Huesca vendían en las
“carricos” dos familias para dar placer a los niños que íbamos a comprarles
raíces de regaliz, en el centro de la ciudad de Huesca, Pero a los niños nos
producía un gran placer el ir a buscar ese sabroso sabor por la zona, en que
está la antigua ermita de Salas. Pero no era yo ,el único que iba por la zona
de Salas a buscar tan delicado, que daba gusto al sentido del sabor, porque me
acuerdo del entonces mozo José Antonio Llanas, que como farmacéutico conocía la
salud que producía chupar el sabroso regaliz, Era José Antonio que apreciaba no
sólo los medicamentos farmacéuticos, sino esos medicamentos populares , que se
encontraban vegetando libres por el campo, Me acompañaba con gran placer a
buscar el deseado ragaliz.
En Mayo, el pueblo de Quicena hace
una romería a la Ermita de Salas, donde se celebra una misa oficiada por el párroco
de Quicena. Antiguamente, la romería se hacía a pie (en 2016 se ha recuperado
esta tradición), y se comía en el pinar cercano a la ermita. Los vecinos
de Quicena van todos los años de pergrinación a Visitar a las dos Vírgenes que
protegen a los fieles. Pero son corrientes las procesiones a la Ermita, donde el
pueblo le reza a Las Vírgenes de Salas y se divierten cantando y consumiendo
buenas viandas.
La ermita de Salas fundada a principios del siglo XIII por la reina Doña Sancha (se caracteriza por ser castellana y casada con Alfonso II de Aragón). Murió en 1.208 y enterrada en el Monasterio de Sigena.
Fue
considerada como protectora de los santuarios más sólidos.Este templo muestra
una estructura original, asi como guardar a la Virgen románica de Salas, a la
que Alfonso X El Sabio, Rey de León y Castilla “1252 a 1284”, le dedico nada
menos que 17 de sus Cantigas, siendo la Virgen de Salas a la que mas cantidad
le dedicó.
La
cantiga 164 que justifica el palido
color de la imagen de la Virgen, en relación con un episodio de acusación a su
prior de batir moneda falsa. Fue detenido por los soldados del Infante
Fernando, Abad de Montearagon, cuando se había refugiado en el cementerio. “La
Virgen dio entonces un gran grito que hizo tembalar la tierra, apartó de su hijo y perdió el color y la hermosura. El
infante Abad arrepentido de la violación del asilo sagrado, dio libertad al
prior, y por consejo del Obispo de Huesca,que le reprendió el hecho, entro en
la iglesia con su gente todos con dogales al cuello,para desagraviar a Santa
María. La imagen para demostrar que los perdonaba, acerco así a su Hijo, pero
nunca volvió a recobrar el color perdido.
Pasado
el tiempo se ven numerosas marcas de cantería, al igual que en los muros
laterales y contrafuertes, atestiguando su antigüedad, hallamos abundantes
señales y proyectiles explosivos, son recuerdo de la Guerra Civil.
Pasando
la parte norte del templo, hacia el siglo XVI se levanto un porche que tiene 10
arcos de medio punto. Uno de ellos hacia la mitad luce escudo heráldico con dos
lobos pasante en un cuartel y nueve bezantes en el otro, probablemente de Don Martin
de Urrea que acabó las obras del templo.
Hoy
en día está el templo más cerca de Huesca y tendrá que ser aquella Ermita una
Parroquia de la ciudad.Por eso causa alegría contemplar aquella iglesia, en qué
el pueblo de Quicena y de Huesca, han gozado de su amor y de su devoción, en
aquella iglesia que inspira el amor a las Vírgenes de Salas.
Los
devotos de las Virgenes de Salas, gustamos de acompañarlas en esa bella Ermita,que nos mantiene cerca del
Cielo.
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