jueves, 28 de julio de 2022

A Mayte y a Franco



Querida Mayte: Mi esposa y yo no tenemos ya el temple y la energía suficiente para asistir a fiestas y a bodas, pero la vuestra es un caso especial, porque tú eres la representación física y real de nuestros años pasados tan cerca unos de otros. En ellos conocimos y amamos a tu padre, noble salmantino, que siempre se portó con nosotros con un comportamiento digno del Evangelio y  estuvimos  más tarde en Ledesma, donde nos conmovió la visión de sus edificios, la originalidad de sus cocinas y su arquitectura. Cerca de aquella población se encontraba una central nuclear por un lado y al otro estaba la ciudad portuguesa de Miranda do Douro; esto me explica vuestra sencillez y el interés de tu marido por el estudio de la ciencia y de las letras. En Ledesma murió tu querida abuela, con la que la Divina providencia hizo que allá se acabara una vida, que estaba haciendo con vosotros en Huesca. Este caso acrecienta mi fe en la Providencia del Señor, que premia a los buenos.

¡Cómo no vamos a acordarnos de tu hermana mayor Mapy, que conmigo tuvo que asistir a tu padre cuando, yo creo que sin sufrir, se marchó al cielo y de tu hermano Jesús, vivo retrato de su padre, tan grande corporalmente y espiritualmente como él y al que de niño, llamábamos Tato, nombre que revelaba su pequeñez infantil y la grandeza de su alma!.

Y te llevas al matrimonio a un italiano, al que hace unos siglos  hubiéramos  llamado un romano, de aquellos que hicieron de España una nación, que a su vez influyó en el Mundo.

Nuestro cariño hacia vosotros se extiende a mis hijos, pues  Pilar, no dudó en marchar un fin de semana a Holanda, para gozar de vuestra compañía y sellar el cariño y la amistad ,que os ha unido a lo largo de la vida.

Yo sólo deseo que os queráis mucho, para que allá en Zaragoza seais felices y logréis educar a vuestros hijos con el mismo celo con el que lo hizo vuestra madre!.

¿Y quien no se acuerda de tu buena madre, que tanto os ha querido y tanto ha luchado por vosotros para educaros y afianzar vuestro porvenir?.Siempre ha estado preocupada por su hijo y por sus hijas y siempre la he visto corriendo por las calles, por las escaleras de vuestra casa, por las oficinas y por todos los lugares de este mundo, procurando cumplir con sus obligaciones y con vuestras personas.

¡Mayte y Franco, Franco y Mayte que esa unión que os une y que hace que os ameis, con ese matrimonio quede  consagrada, allá en la iglesia del Castillo de Loarre, por los siglos de los siglos!.

 


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