En los montes, erectas y en las cuevas, ocultas, languidecen innumerables nuestras ermitas. Sus Vírgenes y Santos han emigrado con los vecinos de las aldeas que se han marchado; otras adornan las residencias de americanos o se reúnen en los Museos con imágenes, que como a ellas las arrancaron de sus peanas, formando corros masificados de santos, diablos, Vírgenes, tablas y capiteles. Son comentario de los turistas, de los artistas, de los excursionistas y contrabandistas. Pero están solas, porque perdieron allá en la ermita de la montaña, los vientos suaves, los huracanes y los bochornos, los soles matutinos y vespertinos que las besaban por las mañanas y en los ocasos, por las ventanas.
Pero están tristes porque las miran como un objeto, por su belleza y por su arte, no con amor. En las ermitas y santuarios que están ocultos en las “esplugas” de las montañas, como en San Cosme y en San Martín y allá en la Peña, suben las hiedras sobre las rocas para asomarse a saludar al buen San Juan o a San Damián. No va el santero a espabilar la lamparilla y a rellenar, con el aceite, el antiguo "lampadario". Ya no paran los labradores al mediodía a saludar con el ángelus a Santa María, porque su imagen se la han llevado y porque ya no suena la campanilla. Ya no volverán las romerías a la ermita de San Fertús de Ayera ni la de Jaca ni a tantas otras del Somontano, de los Monegros y la Montaña. Los de Alcubierre suben a San Caprasio todos los años, donde rezan en sus cuevas los ermitaños. Danzan los danzantes de Yebra de Basa en romería y agitan sus pendones los peregrinos a Santa Orosia. Van a Bureta de Fañanás y a los Dolores de Monflorite, andan descalzos los de Siétamo. A Santa Quiteria van los de Tardienta y los de Torralba van a Santa Elena, los de Huesca van a Salas y cada pueblo a su ermita.”La Purisima está en Apies, la Virgen de Ordás en Nueno, la del Olivar en Arascués, y en Lierta la del Remedio”.
Aún quedan ermitas como basílicas: Turrullola de Junzano, San José de Casbas y la Carrodilla...
Vayan las oraciones a tantos santos de las ermitas y en este mes de mayo, en sus altares, a la Virgen depositemos rosas místicas.
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