viernes, 26 de agosto de 2011

Hacen falta aragoneses con iniciativa


Puendeluna
Desde los altos Pirineos hasta Teruel, son muchas las comarcas que se van quedando vacías, engrosando cada vez más a la capital Zaragoza, a  orillas del Ebro. Hay comarcas ricas en agua y otras carentes de ella. No hemos sabido  llevar el agua a todos los pueblos, como quería Joaquín Costa, para dar vida a la agricultura y para crear o fomentar  industrias, como están haciendo en la vecina Navarra. Nosotros con San Juan de la Peña, más tarde con el castillo de Loarre, el de Montearagón y el de Arraro, formábamos un mismo reino  vasco-ibérico, pero se ha ido separando a lo largo de los  años y perdiendo hasta la lengua dialectal vasco-ibérica, no sólo en Aragón, sino también en Navarra, concretamente en el Valle del Roncal. En Huesca capital se prohibió hablar el vasco en el siglo XIII y en Uncastillo han cantado el Padre Nuestro  en euskera, hasta hace muy poco tiempo, en este siglo XX.  Ahora la carretera que va desde el pueblo navarro de Carcastillo a Sádaba, es mala cuando pasa por Navarra, como si quisieran evitar el desarrollo de Aragón  por Sádaba y Egea. Más abajo Las Bardenas Reales, de las que una parte corresponde a Navarra y otra a Aragón; la primera, cobra dinero por su uso y en cambio la aragonesa, allí permanece indiferente para todo el mundo, para el   poder y sobre todo para los mismos aragoneses. Navarra goza de sus fueros, pues el Fuero de Jaca de mediados del siglo XI,  se extendió a poblaciones navarras y guipuzcoanas. En Navarra siguen gozando de los Fueros a los que dio origen Jaca, pero  Aragón sufre la indiferencia de toda España. A pesar de la mala carretera que une Carcastillo con Sadaba, parece ser que varios fábricantes han intentado establecerse en Ejea, pero siendo que ponían los impuestos inferiores a los de Ejea, a Navarra se marcharon las citadas fábricas. Aquí pasó como ocurre en Logroño, donde viven unos hombres con iniciativa, pero Alava con sus fueros, se les lleva las bodegas y las fábricas.
No acusamos a Navarra del celo que dedica a su desarrollo, sino a Aragón por no procurar que sus comarcas, por ejemplo la de Nocito, siguieran vivas y con su abundancia de agua, dotar de ella por ejemplo a Angüés, a Velillas, a Siétamo y a la misma Huesca, por el Canal procedente del Pantano de El Grado. ¡Qué bien hubieran venido esas aguas,  para cultivar la tierra y para levantar industrias al lado de la autopista de Lérida a Huesca!.
Aragón sigue siendo el centro de las puertas europeas de los Pirineos, y por eso  parece que está preparado para que por el centro de los Montes Pirineos, pasen a Europa los marroquíes y otros africanos y a Africa los europeos y para que  los  portugueses, andaluces, extremeños,  murcianos y tantos otros viajeros  vayan a Europa o regresen a España. No sólo pasarían los seres humanos, sino también las mercancías. Los dos pasos grandes que existen en España para pasar a Francia son el de Irún y el de Perpiñán, situados en dos regiones en las que sus gobiernos se presuponen de superior categoría, en tanto Aragón, como he dicho se ve despreciado porque no es que no lo haya intentado, sino que se ha visto perseguido en Canfranc, por los de arriba y por los de debajo del Pirineo. Aragón demostró voluntad de comunicarse con Francia, lo que ya había hecho desde hacía siglos. En los años en que se construía el ferrocarril en Canfranc, con su gran estación, subieron a trabajar varios sietamenses, como Lobateras y las pasaron moradas, comunicándoselo al Rey de España. Alfonso XII y Alfonso XIII, de los  que uno de ellos,durmió en el Casino de Huesca, en una cama prestada a Camo por mi abuelo Ignacio López de Zamora Blasco. Como preludio de la entrada de España en Europa, los franceses, cuando se quebró un puente en el Midi, lo dejaron que se “pudriese”.
En este mes de Agosto de 2011, me ha llevado un antiguo amigo de Vellillas,  Antonio Ballarín a contemplar una finca de unas veinte hectáreas, situada a la orilla oscense del río Gallego. El está enamorado de su finca, como me ocurrió a mí, después de contemplarla. Salimos de Huesca hacia Almudévar, villa por la que pasaba la Via Lata, que ha dado a aquellas tierras el nombre de la Violada y pasado el casco urbano, parece que el instinto lo condujo por la orilla del Canal, en cuyo carretera hay pocas señales que seguir porque unas filas de enormes pinos, van a unirse con los pinos autóctonos de Alcalá de Gurrea y de Montmesa y de Cinco Villas. El  agua que baja del Pirineo ( Francia), forma a través de la Presa de Ardisa, el Canal de Aragón , el Pantano de la Sotonera y el Canal que conduce el agua al salto de Marraco, donde la convierte en energía eléctrica. La Presa de Ardisa detiene el agua en terrenos del pueblo de Ardisa, en la provincia de Zaragoza y en los de Biscarrués, en la de Huesca. Estamos en una tierra, que desde la Via Lata, se subía a Francia por el Puerto de Palos, por la Selva de Oza y por Guarrinza. Pasaba dicha Via por Las Cinco Villas y por Hecho. Queda una tierra de trazos comunes, a saber Las Cinco Villas, Almudévar, Alcalá de Gurrea, Gurrea y el zaragozano pueblo de Puendeluna, bañado por el río Gallego y enfrentado a la finca plantada de manzanos, de EsAntonio Ballarín, al otro lado del río. Constituye aquella vista un espectáculo extraordinario. Pues así como Puendeluna, está situada, como queriendo ser acariciada por las aguas del Gallego, la finca de Antonio Ballarín, a la que se llega desde Almudévar, está elevada, teniendo como fondo una montaña de su propiedad, revestida de pinos, por debajo de la cual corren las aguas del Canal de riego que viene de Ardisa y en la que toman el agua aquellos manzanos, que producen unas manzanas de un color brillante y de un sabor exquisito. Hay una tajadera que da paso al agua, que baja a un edificio de distribución que por medio de goteo, va refrescando a tan fecundos árboles. Esas manzanas son de una calidad tan extraordinaria, que se venden en Francia y Alemania principalmente. Cuando, subiendo desde Almudévar, de repente, bajamos por la ladera de la montaña a la primera plantación de manzanos, le debió parecer a Antonio Ballarín, lo que sintieron los judíos cuando de Egipto,  llegaron a Israel, pues exclamó : ¡ya estamos en Israel!.  Yo le dije: tienes razón porque además de la belleza sagrada de la plantación, están los manzanos cubiertos como por un enorme palio de plástico transparente, que en caso de que las nubes lanzaran piedras, ese palio de plástico las resguardaría de todo golpe  perjudicial para su venta. Además yo creo que en Palestina, en los tiempos actuales, deben existir plantaciones de frutos, como el que tú,  has plantado al lado del río Gallego. Es curiosa la estructura de esta plantación, porque salvo en su parte central en que bajan los manzanos, suavemente hasta el río, por otras partes, las fajas están cortadas por unos tajos verticales, igual que precipicios, de unos treinta y cinco metros de altura, por los cuales es imposible bajar sin matarse, hasta abajo. Cuando llegan los hielos, por aquellos precipicios corre e aire, que evita que aquellas flores de los manzanos se queden heladas. Desde esos balcones naturales, se ve a las orillas del río, una huerta llana como la palma de la mano, que está en el lado zaragozano del río Gallego. Está muy próxima al pueblo de Puendeluna, cuyos vecinos recogían verduras en otros tiempos. Y digo en otros tiempos porque ahora ya no cultivan esos fecundos huertos y hasta hace unos dos años, los trabajaban unos verduleros de Ayerbe, lo que alegraba el paisaje. Ahora, que dicen que está llegando el hambre, están esos huertos yermos. Antonio dispone de dos tractoristas rumanos, de los que saludamos a uno que estaba arando y me hizo fijar la atención en las manzanas, agrupadas, como los granos de uva en un racimo, y atadas sus ramas con alambres, para que no se quebraran  por el peso de las manzanas.
Y ante aquel contraste entre la huerta vieja del agradable pueblo de Puendeluna y la modernidad de una finca  moderna de producción de manzanas,  super europea, me quedé admirado al mirar y escuchar a mi amigo Antonio Ballarín, nacido Velillas, pueblo vecino de Siétamo, por su imaginación y su iniciativa tan original,  en unos momentos, en que los pueblos están despoblados y aumenta el paro obrero en las capitales. En el terreno que recorrimos, desde Almudévar  a Ardisa, a Ayerbe y a Huesca, nos llenaron de satisfacción la presa de Ardisa, los Canales de Almudévar y de Marracos y varios grupos de elevados postes que por el viento producen energía eléctrica, pero no eran abundantes ni las granjas ni las fincas agrarias como la de Ballarín, sino el gran número de grandes fincas, como el Monte La Coveta.                                        No había casi pobladores de aquel terreno, pero consolaba la proximidad de Ejea y de los riegos de Yesa. Estamos al lado de Navarra y tenemos necesidad de resucitar esta comarca.Al lado de la Gran Manzaneda de Ballarín, se encuentran los montes de Purpullín, de Rosell y muchos otros,por Ortilla , Lupiñén, Ayerbe y poco antes de llegar a Huesca el Castillo de Castejón.
Hemos recorrido en pocas horas un territorio que de Huesca sube a Agüero,cruza por debajo de Ejea, baja por las Cinco Villas, por Gurrea y Alcalá,  hasta Almudévar.Tiene agua y energía, que se pueden aumentar el agua desde Yesa y energía como la producida en Marracos y en las estaciones fotovoltáicas, como la que existe en Alcalá de Gurrea. En la huerta se produce maíz, trigo y cebada,que servirán para aliviar los estómagos de la población, pero lugares como La Gran Manzaneda de Ballarín,frente a Puendeluna, no pude adivinar ninguna en toda la zona aragonesa, que visitamos. Esta explotación tiene la ventaja de exportar fruta a Alemania,  a Francia y a Polonia, lo que permitiría a la Nación recoger dinero para seguir industrializando todas las zonas de España.
Yo, de vez en cuando, me miro el rostro alegre y sonriente de Antonio Palacín y me pregunto:¿hay muchos aragoneses que sean capaces de convertir con su iniciativa, aquel territorio, desde la cima de un monte hasta el cauce del  río Gallego, en la base de un precipicio, en un lugar agradable, capaz de recaudar divisas y dar trabajo a lo largo del año a unos cincuenta trabajadores?.        

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