¡Al compás del cha-cha-cha, del cha-cha-cha del tren, que gusto da viajar al son de este vaivén! pero ya quedan pocos trenes en España, que circulen con esos ruidos y esos movimientos y es que ahora, son más rápidos y no suelen ir con carbón como combustible de sus motores.¡Cuantas veces hemos subido a Canfranc en aquellos trenes que circulaban lentamente y sus ocupantes, unas veces iban sentados en aquellos asientos de tablas cruzadas, que acababan marcadas en sus posaderas, sobre todo en las de las personas más gruesas, pero, otras veces, cansados de ocupar las tablas, paseaban por los pasillos, se miraban por las ventanas y algunos, más adelantados, intentaban sacar fotografías al paisaje, muchas veces en los Mallos de Riglos!. En los túneles había que cerrar las ventanas para que el humo negro del carbón no se introdujera en el tren, llenando nuestros ojos de pequeñas partículas de carbonilla. ¡Qué viaje tan largo resultaba ir de Huesca a Francia, pero qué ilusión producía pasar por Alerre,Turuñana,Ayerbe,Riglos,Anzánigo,Caldearenas,Sabiñánigo,Jaca,Villanúa y llegar a Canfranc!. En Ayerbe se paraba el tren y bajaba de él la gente para beber y comer alguna torta, hasta que el Jefe de la Estación gritaba ¡arriba, que marchamos!.
En las obras de construcción del túnel y de la Estación trabajaban hombres de Siétamo, que se sentían explotados porque, entre otras cosas, decían que habían tenido que trabajar el día de Año Nuevo y además nevando y cuando acudió a las obras Alfonso XIII, se lo dijeron pero su Majestad les contestó que hablaría con los ingenieros y se corregirían aquellas actuaciones injustas. También hablaban algo que los mantenía orgullosos, como el hecho de que la estación, que tenía más de trescientas ventanas, era la más hermosa de España.
Funcionó muchos años, pero en los sesenta eran muy pocas las personas de esta tierra que necesitasen ir al País vecino y eran ¡tan pocos! los vecinos de ese País que quisieran venir al nuestro, que sus gobernantes ante una avería en un puente, tal vez como excusa, cortaron su circulación el año 1970. ¡Qué pena causó en los aragoneses tal cierre, opuesto totalmente a lo que les costó abrirlo!. ¡Qué pena que la voz de los altoaragoneses no se oyera en España, pues eran tan pocos y con tan poca autonomía, que muchas veces se les reían, diciendo que en España estamos muy bien comunicados con Francia por Irún y por Port Bou y ¡para qué queremos pasar por Huesca!.
Menos mal que algunos franceses nos comprendían mejor que los españoles pues el Dr. Charles Vaillant, presidente del Sindicato Nacional de los Usos de Transportes, decía: ¡no hay que olvidar que Zaragoza se encuentra a 335 Kmtros. de Irún y a 540 Kmtros. de Port Bou, y a 218 Kmtros de Canfranc, vía Huesca". Por otra parte Aragón es un sector políticamente tranquilo. No ocurre lo mismo en el Pais vasco-español. Subiendo a Irún a lo largo de las estaciones de los barrios de San Sebastian, se lee sobre las paredes :RENFE= sabotage".
Ahora, en Aragón, unos quieren arreglar el Canfranc y otros iniciar la vía férrea que circule por debajo de Vignemale, pero, como dicen los periódicos "un informe financiado por el Ministerio de Infraestructura francés recomienda la reapertura de la línea ferrea internacional Canfranc- Oloron en un plazo máximo de dos años como complemento a la futura vía que transcurriría bajo Vignemale".
Cuando allá en Urdós, ya en Francia, hemos recorrido la vía férrea, nos hemos dado cuenta de la vegetación que la ocupa; incluso hay árboles entre los rieles. Si restauran la línea sería un éxito para Aragón, que antiguamente era uno con el Bearn, como se puede ver en el cementerio de Urdós, donde se ven nombres como Lapetre, Lalane, etc. que son precedentes de Lapetra y Lalana, aragoneses.
Comenta el informe francés que "la línea Canfrac-Oloron, a uno y otro lado de la frontera podría llevarse a cabo en un plazo aproximado de tres años. Esta reparación apoyaría enormemente la construcción del Vignemale que dinamizaría la exportación de cítricos de Valencia y de automóviles y contenedores. Además de la vía se construiría una carretera para el paso de coches y camiones. Con todo ello, Aragón sería una vía de comunicación desde Levante y desde Madrid, por Zaragoza a Francia.
¡Entonces si que dará gusto viajar a Francia al son del cha-cha-cha!.
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