lunes, 24 de octubre de 2011

Las ideas y las manzanas de Ballarín



Hoy me he encontrado con Ballarín y me he llevado una gran alegría, porque es un hombre de muchas ideas, entre las cuales resaltan las que le brotan de su manzanar o pomareda, que se encuentra frente a  Puendeluna. Sueña con tales frutas que lo hacen por un lado poeta y por otro un verdadero técnico de tales frutas. Al verlo me he acordado  de la poesía francesa, que dice así: “Je marche seul  dans la champagne. Que je me suis imaginé: les arbres sont de cathédrales”. Porque él marcha todos los días al campo, imaginándose que sus manzanos son catedrales, a las que cuida y pone sobre sus cúpulas redes de plástico que evitan los daños, que podía producirles el pedrisco. La historia del manzano asoma en la Epoca prehistórica, en que ya vivía el Malus Sieversi, del que se han originado multitud de manzanos que producen uno de los frutos completos y enriquecedores de la dieta humana, produce salud consumiéndola en fresco, pues tiene un ochenta y cuatro por ciento de agua, un catorce por ciento de glúcidos y es rica en vitamina E.  Pertenece el manzano a la familia de las Rosáceas, a la subfamilia de las Pomoideas y al género Malus. Polonia es la mayor productora de manzanas de Europa y España es la sexta. Se han introducido los manzano Golden Smouking,  la Golden Reinders, Royal Gala, Gramini y la japonesa Fuji,  entre otras y Ballarín  ya produce manzanas de dichas diversas clases. La Biblia cuenta que  cuando Adán y Eva estaban en el Paraíso, el título de fruta prohibida y su consumo provocó la expulsión del citado Paraiso. La mitología dice que Paris entregó a la diosa Venus una manzana de oro, de donde viene “la manzana de la discordia”. Ballarín goza mirándose en primavera las hojas de sus manzanos caducifolios, con sus hojas alternas, simples, de forma oval y bordes dentados. Sus hojas son de verde intenso por el haz y más claras por el envés. Cuando lucen los manzanos sus frutos admira en unos el color amarillo y en otros el contraste entre el verde y el rojo. Esa visión poética le provoca ideas productivas y sueña con terrenos que tengan un clima adecuado para el cultivo de los manzanos, pero hoy me he enterado de que también cultiva cerezas y melocotones  en Villanueva de Sigena, en su huerta  nueva y a donde me va a llevar esta misma tarde. El regadío le da desarrollo al árbol y él tiene aparatos que miden el agua que diariamente evapora la atmósfera y la repone con un riego por goteo.
En España no se progresa en la producción, como en Alemania o en Polonia con el cultivo de los manzanos, porque dice Ballarín “que los españoles no piensan en positivo, es decir que hemos visto como han dejado yermos sus huertos, porque dicen: ya compraremos las verduras y las frutas”. Del  fútbol, en cambio, dice: “que nos hace gozar el contemplar once hombres en canzoncillos, como si fueran medio desnudos, corriendo detrás de un balón, disputándoselo con otros once jugadores de distinto color”. Hay quien se retira de la vida productiva y sólo se ocupa de ver los balones y no les preocupa la producción que redime a los hombres que buscan el trabajo y a los alemanes y polacos, que con sus manzanos procuran a la humanidad los alimentos,  para no entrar en las crisis actuales.

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