Hoy se da una gran inquietud por reconstruir la cultura
vieja, pero esa cultura conserva principalmente sus manifestaciones en el medio
rural. Además hay dificultades para que los campesinos cuenten sus experiencias
y recuerdos, unas veces por no aparecer como gentes retrasadas, otras porque no
quieren que sus hijos vuelvan sus ojos al pasado, sino que miren al porvenir.
Si consideramos, además, la despoblación de muchas comarcas y la poca
población, generalmente, además envejecida de otras, nos daremos cuenta de la
dificultad tan enorme que se da para
poder sacar a la luz supersticiones, tradiciones, canciones, etc. , etc.
Por ejemplo unos investigadores estuvieron hace poco por
Saqués y no encontraron ningún resultado, pero un amigo mío de Escarrilla, hablando de este caso me dijo que Lartosa,
finca del citado Saqués, estaba llena de brujas y exconjuradores; esta finca
estaba relacionada con Piedrafita de Jaca, donde en una casa había una
curandera, también relacionada con las brujas. Todavía vive la curandera,
aunque su hermano con las mismas actividades, ha muerto hace poco tiempo. En
cierta ocasión festiva uno de los visitantes, durante la comida preguntó sobre
las brujas y los invitadores, se pusieron a mirar unos hacia arriba y otros
hacia abajo, pero ninguno contestó lo más mínimo, pero el invitado tozudo en
obtener información se puso a contar un cuento o una historia, del que yo no me
acuerdo o no quiero opinar, en que morían los niños, en cierto pueblo, al sacarlos de sus casas para ser bautizados y
uno de los invitados, al tocarle su memoria lo narrado, declaró todo sonriente,
que en Antillón pasaba lo mismo, pero que a él no lo fastidiaron las brujas o
brujos, porque al sacar a sus niños para bautizarlos, en lugar de hacerlo por
la puerta lo hacían por una ventana, con lo cual todos sus hijos vivían.
Amparo, ya antes de la Guerra cuando todavía era una
jovencita y nacida en Bespén, nos contaba que un hombre iba andando por la
noche de Bespén a Angüés y en medio del camino, le salió a su encuentro un
individuo, por llamarlo de alguna forma, porque no se sabía si era un brujo o
un diablo y le dijo: ¡hombre! ¿por qué
no me ayuda a llevar este cabrito? el caminante que era muy bueno le dijo que
si, se lo cargó, pero a medida que avanzaban el tiempo y el camino, notaba que
iba aumentando su peso y casi no podía con el dichoso cabrito. Pensó :este
individuo debe ser un brujo o un diablo que quiere que penetre dentro de mí el
espíritu del cabrito para conquistar mi alma
Entonces dejó el cabrito y al decirle sus reflexiones al
brujo, éste desapareció.
Estos cuentos de brujas, no son más que consecuencia de la
lucha entre el Creador y los demonios, ya que si la Gracia es “Jesucristo
metido dentro de nosotros por el Espíritu Santo”, el destino infernal es
substituir la Gracia Santificante por la maldita gracia de los demonios,
enemigos del Señor.
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