Esta es la historia de un individuo, nacido en la República
Dominicana, de apellido Peralta, del cual un
antepasado suyo, ya había hecho el viaje contrario, es decir de España a
la dicha República. Y hoy lo he encontrado en Huesca capital, tierra en la que ya
existía y sigue transmitiéndose, el
apellido Peralta. En nuestra provincia se eleva el Pueblo de Peralta de la Sal,
del que probablemente proceden los apellidos Peralta.
Tenía Juan, treinta y un años,
cuando vino a España, contratado por medio de un documento, que le daba derecho
a ejercer de Camarero en nuestro suelo.
Es que los camareros nacidos en
la República Dominicana, tienen un sentido del ritmo muy especial, porque su
sonido lo producen acompañando el ritmo que produce la bebida en su cuerpo, con
el las notas musicales, que alegran su espíritu. Es que de los instrumentos
musicales que hacen sonar, surgen con una gran alegría, como por ejemplo de las
guitarras, tambores y de esos instrumentos cilíndricos, al que arrebatan los
músicos dominicanos, rozándolos con una especie de batuta metálica, que les
hace vibrar sus cuerpos con el roce metálico de ese instrumento, que al
principio será producido por los músicos dominicanos, hasta convertirlo en un
“volcán” de “ritmicos sonidos”. Esos sonidos que hacen vibrar sus cuerpos en
armonía con sus espíritus.
Hablé con Juan y me di cuenta de
que era un camarero, compuesto de cuerpo y de alma y estaba viviendo su vida,
igual que yo, es decir, gobernando o gobernado su alma o espíritu y su cuerpo.
Hablaba con toda sinceridad, pues contaba los acontecimientos de su vida, sin
ocultar nada que a otros les produce vergüenza y él piensa en que la vida del
hombre, está regida por el espíritu y por el cuerpo, pero no siempre gana el
bien en nuestra conciencia, sino que a veces, caemos en el pecado, ya sea
venial o mortal. ¡Es la voluntad del hombre directora de la realización buena o
mala de nuestras faltas!.
Tiene Rafael seis hijos y dice
que de varias mujeres. Yo no sé si sería un ser libre al procrear a sus hijos,
pero se ve en él, un hombre libre, que
confiesa con toda sinceridad, los hechos que ha creado. Es un hombre
completamente libre, porque se inclina en la vida por que no falte a sus hijos
el dinero que hace falta para darles alimento a su cuerpo y a su inteligencia.
El se da cuenta de que sus hijos, no tienen la culpa de la libertad sexual, que
empuja a los hombres y mujeres por la vida.
Vive contento, fuera de Santo
Domingo, porque de las obras creadas por su voluntad, no puede ir a su Patria,
porque se gasta el dinero en alimentarlos, poniendo su dinero a su disposición.
Piensa que sus hijos no tienen la culpa de su libertad sexual, que le empujó
por la vida.
Juan no es un desgraciado, sino que está contento y piensa cuando podrá
volar desde Huesca hasta Santo Domingo. ¡Qué puedas escuchar la música en tu
Isla natal que te recogió, cuando naciste!
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