Además de ilustres cerebros de
hombres sensatos ,es decir “saputos”,los hijos de Almudévar tienen un corazón
generoso, casi todos ellos y digo casi todos porque un danzante de la gloriosa
virgen de la Corona ,me demostró con su vil rechazo a que le sacase una
fotografía en compañía de otros que no conociéndome ,rápidamente se agruparon
para salir fotografiados.
Y digo que casi todos los
“saputos”,tienen al mismo tiempo que el buen conocimiento que les da su
sabiduría ,unos sentimientos en su corazón ,que les hace amar a la Corona, a la
Parroquia, a su historia ,a su “Quijote” Pedro Saputo ,y que tratan de
revivificar y conservar en su transitar diario por la vida, recordándola con los
numerosos almudes, unos de barro ,otros
de madera ,que ya no utilizan para medir ,sino que los conservan en sus casas
,encima de un mueble o en una biblioteca o en un pequeño aparador hecho
exclusivamente para él. Yo ,en mi casa tengo cuartales y almudes ,que son la
cuarta parte de los anteriores, que pueden contener un volumen casi equivalente
a dos litros, pero quise tener uno nuevo ,como esos que fabrica el carretero de
Almudévar, que además de recién hechos ,parece que tienen cien años y fui
,acompañado de Rafael Puértolas a encargarle uno ;descubrí en el carretero un
artista y un hombre de gran corazón, como me demostró regalándome no uno sino
dos almudes, sin cobrarme ni cinco céntimos.
En la famosa pastelería hacen
unos almudetes o almudicos de un gran sabor y que al comerlos parece que uno
está haciendo homenaje a sus antepasados labradores ,a su tierra y al trabajo
de aquellos hombres y mujeres. Pero no sólo fabrican los almudetes, sino que
también hacen unas pastas cuyas aspas
parecen imitar las de los molinos de
viento ,que la historia nos recuerda su funcionamiento en Almudévar ,pues un
antepasado mío poseyó uno de esos molinos, ya que el Rey de Aragón se lo dio a
Juan Almudévar, que era “portario” En un chalet de la Villa hay un molino
pequeño ,que no tiene el tamaño normal ,pero que supone el reconocimiento de un
hombre que vive en Almudévar de la existencia de aquellos molinos y que algún
día ,como han hecho los navarros ,hay que esperar que se construya algún molino
grande ,en el que se puedan guardar recuerdos de museo, dedicado a Pedro Saputo
,que ironizó tantas costumbres del Alto Aragón, como por ejemplo la Justicia de
Almudévar , las obras de arte de los Almudévanos y los hechos nobles y humanos
realizados por sus hijos o por sus mayores.
Hace pocos días vino a verme a Siétamo un pariente mío ,madrileño ,que se
llama Rafael Almudévar y ocupa un alto cargo en una gran empresa española y
hablando del origen de nuestro apellido ,en la noble Villa de Almudévar, me
contó que en cierta ocasión ,entró con su familia en la Villa ,para contemplar
,entre otras cosas a Nuestra Señora de la Corona; paró en un bar y preguntando
por la forma de subir a ella ,unos niños se le ofrecieron para acompañarlo
;entonces él les dijo que subieran en su coche, pero ellos nobles y
desinteresados ,además de tal vez advertidos por sus padres, no quisieron
montar en el automóvil y corriendo ,aunque Rafael por no perjudicarlos no
aceleraba el coche, los acompañaron hasta las alturas desde donde la Virgen
vigila el término de Almudévar.
Pero Rafael estaba convencido de
que había que premiar la generosidad de esos niños y al bajar ,habló delante de
un señor para que los convenciese para aceptar una invitación, lo que el buen
hombre consiguió.¿No es un acto caballeresco el de los muchachos que hicieron
en honor de un antiquísimo descendiente de la Villa?. Y se vieron las gratas
sonrisas de los niños ,al decirles Don Rafael que su apellido era
Almudévar.
Y esos niños recordaron por un
momento la Historia de su Villa y se acordaron de Pedro Saputo y de tantos
otros saputos ,que de Almudévar desfilaron por el mundo y algunos llegaron a
ser hombres notables y otros trabajadores infatigables. Los niños tienen que
forjar su porvenir y su vida y los mayores tenemos que preparar nuestra muerte.
Para preparar la vida de los niños hay que recordarles el pasado y el presente
de la Villa ,como se les recuerdan ahora las famosas bodegas, unas abandonadas
y otras en pleno funcionamiento sentimental y gastronómico-vínico ,celebrando
reuniones ,en las que se habla y en las que sus asistentes se van “fartando” el
cuerpo y el alma. También se los
recuerdan las restauraciones de las imágenes de la Parroquia y se los
recordarán de la misma forma, las mejoras agrícolas ,como la Concentración parcelaria
de la huera de Almudévar Y como se les volvería historia actual si
reconstruyeran un Molino de Viento –Museo ,en el que ellos participarían con
sus dibujos ,con sus muñecos y con sus trabajos manuales ,entre los que
expondrían el acto que ellos mismos hicieron acompañando a Rafael Almudévar a
la Virgen de la Corona.
La vida de Pedro Saputo nos la
recordaría como nos la recuerda ,con sus dibujos Pedro Atarés Zandundo, como pone en el número de
Septiembre de este año de 2002,lo siguiente :”Vio ,en fin, las torres de
Zaragoza “y exclamó .”Perdona ,ciudad ilustre. He visitado otras capitales y no
te he visitado a tí, que debiste ser la primera”.Y “Al llegar al Llano de la
Violada, preguntó :”¿Qué es esto, señores y paisanos míos?...”No son más que hoyos
y catas para buscar unos riquísimos tesoros que hay acá o acullá, enterrados
desde los moros”.Parece todo esto una pesada broma que Pedro Saputo quería
hacerles a sus paisanos ,pero en realidad es lo mismo que yo siento al leer
tales advertencias, que es estimular a guardar ,reivindicar, estudiar y
difundir entre los hijos de Almudévar y entre todos los hombres, los objetos
antiguos.
”No deshicieron lo hecho: y así duran aún en día
y se ven a un lado del camino real los grandes hoyos, o fuesas de Pedro
Saputo”.Y el pueblo lo recuerda, pero hay algún hijo de la Villa que
,aficionado a lo antiguo ,hace colecciones de monedas y artilugios
que va buscando por el monte de Almudévar y que no se si conserva o las
cambia ,en los tenderetes que se organizan los domingos en Zaragoza.
Pero no sólo son los recuerdos de
las cosas los que hay que guardar ,sino también las figuras de los hombres
famosos y estudiosos ,y los trabajos de los hombres que no pudieron estudiar
y se dedicaron a sus faenas y
quehaceres.
Pedro Saputo se hizo médico ,pero
no sólo ha sido él quien ha alcanzado esta noble profesión ,sino muchos jóvenes
de Almudévar ,que están por el Mundo y siempre que pueden ,vuelven a su villa a
recordar sus tiempos pasados.
Es que la vida de un pueblo cuenta
no sólo con el futuro ,sino con el pasado y con el presente. De lo pasado
miraremos sus ejemplos ,los buenos para seguirlos y los malos, para
abandonarlos; en el presente prepararemos las obras industriales, agrícolas,
culturales como el Castillo, las bodegas
y el Molino de Viento, para que vuestros jóvenes y niños preparen un porvenir
brillante para sí mismo y para toda la sociedad de Almudévar.
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