domingo, 20 de agosto de 2017

Guati y Zalema o la Mora encantada.(Año 1840)





Este relato fue escrito por un señor del que conocemos las letras iniciales de su nombre y apellidos, que son J.P.L., del año de 1840. Sin embargo, mejor conocemos el nombre de su sobrina, Doña María Teresa Adriani Rossigue de Cavero. El caballero de nombre encubierto por las tres mayúsculas J.P.L., iba a visitar  a su sobrina al Castillo de Argavieso, pueblo que se encuentra debajo de Alcalá del Obispo y encima de Novales, a escasos kilómetros de Huesca, a unas tres horas caminando. Pero no le era ajena su vida a esta fortaleza,”resto bien conservado todavía de antes de la Edad Media, la imponente y elevada cordillera del riscoso Guara, los infinitos pueblos situados en su falda, los fértiles valles por donde corre, a veces manso y otras como un torrente, el delicioso río Guatizalema, sus bellas cascadas, las fuentes saludables que brotan por dó quiera, la Peña llamada la Mora encantada…”.”Su esposo, sobrino  del escritor J. P. L., se llamaba Félix Cavero y era un caballero de Alta Alcurnia, que fue el heredero del antiguo Castillo de Argavieso, cerca de la ciudad de Huesca, según está escrito en un relato del año de 1840. El río Guatzalema que nace en la Sierra de Aineto a 1.370 metros de altitud, sigue por el valle de Nocito, pasa por Vadiello, bajan sus aguas hasta la Almunia del Romeral y una vez en la llanura, desemboca en el río Alcanadre.

El río Guatizalema lleva sus aguas por Nocito, las acumula en el Pantano de Vadiello y bajan a la Tierra Plana por  Almunia del Romeral, por Arbaniés, por el pueblo de Siétamo, en que yo nací, sigue por Pueyo de Fañanás, regando los términos de Fañanás, de Alcalá, de Ola,  de Argavieso (que se encuentra a tres horas de camino de la capital de Huesca) y de Novales, hasta desembocar en el río Alcanadre.

En la misma Sierra de Guara, se encuentra en el pueblo de Nocito, un templo dedicado a San Urbez y una ermita más pequeña. De la misma Sierra de Guara, salía un camino muy primitivo, al pueblo de San Julián de Banzo.  Y desde este pueblo, bajaba San Urbez por Loporzano al pueblo romano de QUINTO, hoy al lado de la carretera N-240, y desde éste corría todo el Saso,  hasta OlLA. San Urbez vivió en la Montaña y en su Somontano, cuando los moros ya habían invadido OLA y el SASO. Se dedicaba a cuidar  ovejas y a cultivar su fe en el Dios del Cielo, a la Virgen María y de Cristo crucificado. De vez en cuando subía a San Martín de la Val  D’Onsera, donde todavía se encuentra un templo, en el que oró San Urbez. Aquí vivió muchos años, pero fueron unos cincuenta los que pasó en Nocito.  El Santo se hizo de cien años de edad.
Ermita de la Valdonsera.



San Urbez, cristiano en aquellos años de invasión de los Moros, vivió unos años en San Martín de la Val D’ Onsera, pero en aquella Paz, muchas veces interrumpida por las diferencias entre el mundo islámico y el cristiano, conservaba su vida en aquel antiguo Monasterio de la Sierra de Guara, al que resultaba casi imposible llegar a los moros. Vivía el Santo en el mismo lugar  en que los moros vivían en OLA y en los pueblos del Sur de la Sierra de Guara, pero tenía su posible refugio en San Martín de la Val D’Onsera. En casa OTAL DE OLA, conservan con todo respeto y cariño, una LOSA DE PIEDRA  ARENISCA, en la que dormía San Urbez. Antonio Otal no sabe qué hacer para que esa  losa pétrea- arenisca, no se vaya descomponiendo.

Hay una larga época desde que los moros invadieron España hasta que el Rey Cristiano Sancho Ramírez, en el año de mil noventa y seis, conquistó con sus tropas, el pueblo de Argavieso y los que estaban en la orilla del río Guatizalema, debajo de la Sierra de Guara. San Urbez tenía su “nido” en San Martín de la Val D’Onsera, pero cuidaba las ovejas en el Saso, que va desde la gran Cruz que mira al Monasterio de Montearagón, hasta Argavieso. Pero esta vida de lucha entre dos religiones, cristiana y la de Mahoma, era común en toda la orilla del río Guatizalema.

No se sabe en qué años vivió Guati, pero se daba a la actividad agrícola y ganadera, entre moros y cristianos.

Tenemos el ejemplo de San Urbez, cuidando en el pueblo moro de OLA, ovejas, y también estaba Guati, que era cristiano y se enamoró de la mora Zalema. La madre de Guati vivía para estar segura, en plena Sierra de Guara y él vivía en las tierras de Siétamo y con sus ganados. No coincidió la época en que estuvieran en OLA,  al mismo tiempo, San Urbez y Guati, el cristiano.

Bajaba San Urbez desde la Val D’Onsera y llegaba al pueblo, fundado por los romanos al que llamaba Plan de  Quinto. Marcaba el Quinto Miliar en la Vía Romana que iba desde Huesca a Alquézar. Todavía se conserva el Miliar del pueblo de Tierz y después el de Siétamo o Séptimo Miliar. Su  población era cristiana durante el tiempo de dominio romano, pero su mayoría de pobladores, al llegar los moros se hizo  discípula de Mahoma. Todavía quedan restos del pueblo romano de Quinto, cuyo solar se encuentra en la carretera N-240, frente al más elevado Saso, que ocupan los pueblos de Loporzano, Siétamo, Ola, Alcalá del Obispo y Argavieso. Hace ya muchos años encontré en Quinto, lo que demuestra que era romano, una V (uve mayúscula), muy bien labrada en piedra, que coincide con el número romano cinco, que indicaba que ese cinco equivalía a Quinto. Quinto es el nombre de un millar o milla romana, como Tierz, lo es del tercer miliar y Siétamo del séptimo. Yo encontré esa V, número y letra, de piedra, pero mi excesiva vergüenza, no me lo dejó llevar y a los pocos días desapareció. También apareció un pequeño espacio, cubierto de mosaico de teselas. Por lo visto había sido descubierto por un oscense, que  tenía más vergüenza que yo y dejó allí las teselas. Yo conservo un número muy escaso de ellas, que me harán recordar mientras viva, al pueblo romano de Quinto. Al lado de la carretera N-240 y de la Vía Romana, que conducía a Alquézar y hacia el Este, se encuentra una colina, que no muestra nada a la vista del viajero, en la cual se alzaban los edificios de Quinto. En esa colina estaba la V tallada en piedra, que indicaba la quinta unidad de distancia entre Osca (Huesca) y Alquézar. La distancia entre uno y otro miliar era de 1.480 metros de distancia actuales.
Argavieso (Huesca).

La zona del río Guatizalema estaba desde debajo de la sierra de Guara, dominada por los moros, mientras los cristianos dominaban, desde la Sierra de Guara hacia el Norte. Sin embargo San Urbez tenía su convento en la misma Sierra  y bajaba al Saso, extensa llanura, que va desde el Estrecho Quinto hasta Argavieso. Vivió por tanto en las dos partes enemigas, a saber en el convento de San Martín de la Valdonsera y se comunicaba con el pueblo de OLA. En este pueblo todavía se conserva en Casa de OTAL DE OLA, una piedra arenisca sobre la que dormía y que a su actual dueño JOSÉ MARÍA OTAL, le preocupa la conservación de esta piedra arenisca.

La zona Norte del Guatizalema está gobernada por el pueblo de Nocito, hasta debajo de San Martín de la Val D´Onsera y hasta Vadiello, encima de la parte mora, es decir con el pueblo de La Almunia de San Juan. Unas veces se comunicaban, como lo hacía San Urbez entre la parte Mora de San Martín de  la Val D’Onsera y el Saso de OLA, pero en ocasiones, Guati agricultor de la parte cristiana, no podía comunicarse con su madre,  que vivía en la parte mora.

Desde el año en que murió San Urbez a los cien de edad, el año de 802 y nacido en Burdeos  el año  702,  hasta el rey Pedro I  que conquistó Huesca,  y las orillas meridionales del Guatizalema, pasaron muchos años. En 1096, Pedro I ganó la Batalla del Alcoraz y tuvo ocasión de conquistar los pueblos moros que he citado. Ya se ve como los cristianos habitantes de la parte baja del río Guatizalema, estuvieron dominados por los moros, desde el año 802 hasta el año de 1.096. Pero sí eran dominantes los moros, pues vivían en los terrenos dominados por ellos, los cristianos,  como Guati y los judíos.

“Al Oriente de la Ciudad de Huesca, cabeza de la Provincia del mismo nombre en el Reino de Aragón y a la distancia de tres horas, y frente a la punta más culminante de la Sierra de Guara, hay un lugar llamado Argavieso, que se halla situado en una pequeña colina, con forma de media luna con descenso hacia el medio día, y en cuyo ángulo derecho se alza antiguo y majestuoso  Castillo, todo de piedra con su alta barbacana, y en ella sus lunetas a la antigua”.

Todo el Castillo recuerda una figura del tiempo de los Moros y más atrás, de tiempo de los Godos. En esta Castillo vivía como Gobernador el moro Abenheya. Había nacido en Africa, pero se quedó viudo en España de su esposa, que murió por mano de los perseguidos cristianos. Le había quedado una hija, llamada Zalema, de una gran belleza. Su padre no le permitía ningún contacto con nadie, excepto con la familia del Gobernador moro de Novales. Este Gobernador moro era una buena persona, que tenía dos hijas, llamadas Zalmira y Fátima, muy amables y educadas. Estas jóvenes moras salían con su madre a pasear un rato hasta la Fuente de las Canales. Allí, para encontrarse con ellas, acudía Zalema y a la orilla de la fuente se narraban los hechos que sucedían en aquellos lugares. En esos días llegó el moro Zair, natural de Siétamo, que además de contarles datos, a las muchachas moras, les dio muchas y buenas noticias del cristiano Guati.  A causa de estas noticias, Zalema ya se puso mejor. Por la mañana ya estaba haciendo sus labores en la reja que mira al camino que va a Huesca. Qué casualidad cuando vio venir a un caballero de gracioso tipo, que a su vez no paraba de mirar a su reja, como siguió mirando después de pasar su caballo por delante de ella.

Zalema, que estaba enterada por el mor Zahir de Siétamo, de la personalidad de Guati, en unos días de tormenta, al leer “un manuscrito árabe, le hacía la siguiente reflexión: Hay en los corazones humanos, un sitio destinado a inspirar en las criaturas los presagios de su ventura o de su desdicha”, con lo que su corazón se enteraba de lo que la suerte le tenía preparado. Al día siguiente recibió una carta de su amiga, la de Novales y Zalema recibió esa carta, que le decía: “Alá te guarde, amiga Zalema. La casualidad de haber estado mi hermano (moro de Navales) en Siétamo, me ha puesto en situación de satisfacer los deseos que nos manifestaste, de saber quién era ese caballero,  que te saludó, cuando pasaba con su caballo por debajo del Gobernador moro de Novales. Su esposa y sus dos hijos y dos hijas, HABÍAN INVITADO A COMER A ZALEMA Y A GUATI  en su Palacio de Novales. Se celebró de una forma cordial la comida y a los postres se suscitaron diversas cuestiones, la principal el canto de la excelencia de las mujeres sobre los hombres”.

Se oía una conversación fluída y GUATI callaba, pero fue preguntado por los comensales y se expresó así,  aludiendo a su madre, recién muerta:”Convengamos en que cada cosa tiene por la Madre Naturaleza, su destino particular, y bajo este principio,  todo es bueno y todo es malo….No obstante, en las mujeres, siendo así que nacieron para distinto empleo que los hombres, hallo visibles rasgos en que positivamente nos exceden…El ser moral de las mujeres, nos aventaja a los hombres en mucho… Y después  de hacernos a los hombres tanto bien, como que sin ellas, quizá las guerras y los bandos nos hubieran transformado en fieras…confieso pues, sin avergonzarme de ello, que la mujer nos excede en la mayor parte de las prendas, y que nos compensa con otras, aquellas, en que le aventajamos los hombres”. “Hubo de disolver tan gustosa reunión, para marchar unos a Novales y Guati y su amigo moro Zair, para Siétamo”.
Castillo de Argavieso (Huesca).


Después de este banquete aumentó el amor de Guati a Zalema y bajó a  Argavieso, escribiendo en la corteza de un árbol el siguiente verso:

”VES CUAN DURA  ES ESTA PEÑA-

 ZALEMA, PERLA ORIENTAL,-

PUES EL AMOR CON QUE TE AMO-

CUAL ELLA, SERÁ  ORIENTAL”.

Pero enfermedades, tal vez del amor, invadían la  espera de ambos a la muerte, pues Zalema escribió a Guati lo siguiente: “Veo la muerte y no me espanta, Guati mío, por qué no puedo darte gusto en tus deseos…A Dios, amigos, llorad la muerte de Zalema… Y MURIÓ A LOS POCOS MOMENTOS, BESANDO EL ÚLTIMO PAPEL QUE LE HABÍA ENVIADO GUATI.

Guati se había retirado al pueblo de OLA, y cuando se enteró de la prisión de Zalema, por su padre, “pusosé a morir tan de veras que hizo llamar a un Confesor…se echó en cama y se despidió de los muchos amigos, que le seguían…mis días eran para Zalema y si ella no existe, mis días están de más. “Habíase hecho pública la cruel  persecución y cantó el siguiente romance: de Zalema y de Guati y por supuesto también se publicaron sus amores”. Los jóvenes se declararon en favor de los amantes “y buscaban a Guati  y por un alarde atrevido querían librar a la amada…Las muchachas oyeron lo de los arboles del río, y todas acudían con cestillos de flores y coronas, con que adornaban los nombres de Guati y de Zalalema”. De estos gritos de Guati y de Zalema,  “después corriendo el tiempo, vino a llamarse todo, el Río Guatizalema”.

Guati se concertó, con sus partidarios, y disfrazados, y bien armados, se movieron a OLA… a las diez de la noche…llegaron al Castillo, donde se encontraba el cadáver de Zalema…y al ser la noche tan oscura, llegaron sin ser vistos ni oídos.”Al llegar a la reja…hizo resonar sus cuerdas y con voz suave y desmayada, cantó un romance, que se expresaba así:

-“Gime en estrecha prisión-

Desventurada beldad,-

Y llora vigor tan duro-

Su caballero leal-“.

“Ya el lucero matutino asomaba por la inmediata Sierra de Guara, y ninguna señal había dado Zalema. Por lo cual dijeron a Guati, que pensase bien en lo de liberarla por fuerza, y que se haría por la siguiente noche, debiendo a la sazón retirarse  porque venía la Aurora”, Guati estaba acabándose porque se desmayó en estos momentos.” A cada momento  perdía el sentido, y en volver preguntaba, que le anunciaba de Zalema”. En poco espacio de tiempo, se volvieron a cerrar aquellos hermosísimos ojos y una contracción general de nervios indicó que ZALEMA, DEJABA EN AQUEL MOMENTO DE EXISTIR. Guati quiso leer el último papel que le había escrito Zalema, que decía :”Veo la muerte y no me espanta, Guati mío…Ahora soy verdaderamente digna de tu amor. ¡Ay! Las fuerzas me abandonan…Siento el hielo de la muerte y mi corazón arde aún por ti……Alá nos perdonará ……. Y él nos reunirá también…..yo …..Guati……Guati…….Después de leer estas frases, exclamó Guati. “Zalema me llama y debo yo obedecerla……… A Dios, amigos, llorad la muerte de Zalema, Y explicándose en él  furiosas convulsiones, MURIÓ  A LOS POCOS MOMENTOS, besando continuamente el papel y ofreciendo un espectáculo triste y desolador.


Río Guatizalema.


Los que más sintieron la muerte de Guati, fueron el moro, hijo de Siétamo, Zahir, que se expresó así: “Dejemos a los Cristianos cumplir con Guati, el desgraciado los últimos oficios de su Religión”. Al marchar de OLA, encargó a los parientes del difunto, que dejasen sin cerrar la urna, en que se colocara su cuerpo y marchó a Novales a ver a Zelmira y a sus hermanos. Los hijos del Gobernador moro le informaron de cuanto en el Castillo pasaba, como por ejemplo que su padre había ordenado depositarla sola en la Huerta.”Así en que sonaron las doce de la noche, encaminó sus pasos a la difunta Zalema…y ayudado por sus compañeros, tomó el cuerpo de Zalema y sin ningún obstáculo lo CONDUJO HASTA OLA. Y en lugar de descansar, de tan continuadas fatigas, se ocupó EN COLOCAR  SECRETAMENTE EN EL SEPULCRO Y URNA DE GUATI, su cuerpo, hacerlo cerrar y en poner por vía de inscripción lo siguiente:

                                                      GUATI Y ZALEMA

               LA TIRANÍA y LA SUPERSTICIÓN, LOS SEPARÓ,

               LA AMISTAD Y LA MUERTE LOS UNIÓ PARA SIEMPRE.

   El moro de Siétamo ZAHIR, se dirigió a ARGAVIESO y se dirigió a la Huerta del Castillo, en la cual entraron varias personas sin franquear sus puertas, “ Y tomando el cadáver, se subieron al cabezo de enfrente, colocando una figura blanca, pero de menos corpulencia, la cual era la figura de la difunta Zalema”. Pero al salir del Huerto del Castillo, “todos distinguían el peñasco, el cual, dice el cronista árabe, tal vez mucho antes se divisaba, pero no había llamado la atención de las gentes al ser observado, como ahora… lo que al ir algún forastero al pueblo, veía el cuerpo de Zalema, convertido en la PEÑA DE LA MORA ENCANTADA”. Su padre lleno de odio, destruyó la sepultura que había preparado para su hija.

Distinta era la situación del amigo de Guati, natural también de SIÉTAMO,  Zahir. “Este recibía continuos parabienes de amigos, y aún de extrañas personas que miraban, como causa de humanidad, el desagravio a los amantes, y a ZAHIR, mi paisano, como el instrumento de la venganza del Cielo… ZELMIRA la amiga de ZALEMA, de ARGAVIESO, oraba a ALÁ. Habían organizado un campo para que ZAHIR con el Francés, partidario del padre de Zalema, lucharan sobre sus caballos.

De cristianos sobre todo, era el número prodigioso, y así de todas partes acudían a contemplar la lucha, como si se tratase de un torneo. Se hallaban entre otros muchos asistentes MENDIOZA, cuyo apellido cambió con el tiempo  por MENDOZA. Este apellido se conserva en Novales y en los pueblos cercanos.                     
Castillo de Sietamo.



“En el campo de lucha, estaba el FRANCÉS con toda la disposición de un arriesgado combatiente, y en él se notaba el orgullo y la altanería de su NACIÓN … en cuanto a ZAHIR, no menos se ostentaba grande serenidad y confianza”. Lucharon sin descanso y como no salía ninguno de ellos triunfante, exclamó ZAHIR: elegid el arma para vuestro sacrificio…el francés eligió el venablo….el francés arrojó  presuroso el venablo, que dio de soslayo en el muslo a ZAHIR, causándole ancha aunque no temible herida…. Y Zahir disparó su venablo, que dio en el pecho del FRANCÉS, venciendo y destrozando todas sus defensas, pasó hasta salir por la espalda”. Al bajar los Jueces de sus asientos, declararon al Francés, vencido y muerto. Zahir recogiendo su alfanje le cortó la cabeza.

El moro de Abenheya,  que fue el mal padre de ZALEMA, que dirigía el Castillo de Argavieso, huyó y fue a pasar por un Pórtico  Cristiano, cuando una manada de lobos aullaban, y el caballo se puso a correr y al pasar por el citado Portal del citado Santuario, recibió un golpe en la frente, y al caer fue arrastrado por el caballo, porque tenía el caballero un pie, agarrado en un estribo y arrastraba su cuerpo por “los jarales y las quiebras del terreno, sin cesar de correr el caballo, fue despedazándose”.                                  

Al morir este cruel Abenheya, ocupó el Gobierno del territorio del Guatizalema, el Padre de ZELMIRA, y se traslado toda la familia al Castillo de  ARGAVIESO. Pusieron en libetad a todos los presos que tenía ABENHEYA en dicho Castillo.

En ese Castillo vivieron felices durante muchos años ZAIR, el hijo moro de mi pueblo de Siétamo y su esposa ZELMIRA. La felicidad de esta pareja lo atribuye el pueblo al celo, que mostraron en socorrer y en vengar, como causa del Cielo, la virtud demostrada por GUATI y por ZALEMA, perseguida y oprimida, por Abenheya y por su ayudante el  Francés.
Castillo de Novales.


Acaba esta Leyenda:”Por qué es constante, que nunca deja el Eterno Dios, llamado Alá por los musulmanes, sin un premio, las buenas acciones de los humanos, bien que a las veces no son bien conocidas sus obras, como quiera que aún, nos son más desconocidos sus misteriosos designios”.

Muchas veces escuchamos con gusto lo que ocurre lejos de nuestra tierra y no nos interesamos por lo  que pasa o pasó en la nuestra.Hemos visto relatos y visto películas sobre Romeo y Julieta, italianos, que se amaron tanto, que murieron por su amor. Asi lo relata la canción: “Nosomos ni romeos ni Julietas, aquellos que murieron por su amor….”, que con su pegadiza música nos recuerda aquella historia de amor.

Como aragoneses todos conocemos los amores de Diego y de Isabel, los amantes de Teruel, que los llevaron a una trágica muerte. El pueblo, que está en posesión del sentido común, los recuerda con simpatía, pero piensa que todos los excesos son malos y lo explica diciendo, ”los amantes de Teruel, tonta ella y tonto él” y es que el amor entre un hombre y una mujer, debe conducir a la vida y no a la muerte.

Como he dicho, conocemos muchas historias de amor, pero no sabemos cosas nada de la que sucedió entre Guati, cristiano de Siétamo y Zalema, mora del pueblo de Argavieso. Ahora ya la conocemos, gracias a  una novela histórica, de autor desconocido. Se sabe que las iniciales de su autor,son J.P.L. y que la publicó el año de 1.840.Se podrían aplicar esas iniciales a algún miembro de la Casa Noble Zaragozana de los Pignatelli de Aragón: Gonzaga, Manrique de Lara, Marqués de Coscujuela, Grande de España, Príncipe de Castel Glioni, Duque de Solferino,Conde de Fuentes, Barón de Huerto, Argavieso, de Riesi y  Cepulla, con sus nueve feudos en Sicilia, nueve feudos en Sicilia,Jefe de la noble casa de Gonzaga en Mantua y dela Aborca en Cerdeña Casó con Adelaida Belloni y Meroni. No se encuentra relación directa con las iniciales de 1.840. Pero se adivina la presencia de su primer apellido Pignatelli con las Baronías de Huerto, de Argavieso y las italianas de Riesi y de Cepulla.

Como he dicho, conocemos muchas historias de amor, pero no sabemos nada de la que sucedió entre Guati, cristiano de Siétamo y Zalema, mora del pueblo de Argavieso. Ahora ya la conocemos, gracias a una novela histórica, de autor desconocido. El río Guatizalema se presta a los amores, como habéis podido comprobar al recorrer durante el verano sus orillas. Y esa misma cualidad de nuestro río, intuyó el autor de la dicha novela histórica, cuando escribía:”¿Cómo era posible, decía yo, que entre estos sitios tan amenos, tan pintorescos, tan poéticos, dejasen de amarse locamente sus habitantes en aquellos siglos románticos y caballerescos?. Ya lo creo que se amaron los ribereños del río Guatizalema, pues lo hicieron hasta la muerte.

La fe en Dios por parte de Guati y la fe en Alá, por parte de Zalema, ha hecho que vivan juntos en el cielo. Bueno  sería que esa fe monoteísta en un solo Señor, nos sirviera para convivir con judíos y moros, no sólo en el cielo, sino que aquí abajo, pues nuevamente regresan a España, después de ser expulsados, hace quinientos años, cuando aquí en SIÉTAMO, todavía persiste el cementerio musulmán, que mira al Oriente.     Siempre ha habido en el Mundo varias religiones, que apartaban a unos hombres de otros, porque no se sabía leer. Ahora, en cambio se reúnen varias autoridades religiosas distintas en el Vaticano y se elevan oraciones todos juntos. Pero hay que reconocer que hay hoy en día musulmanes, que persiguen, por ejemplo a Coptos, en Egipto. Somos seres humanos compuestos de cuerpo y de alma y hay casos en que se cultiva sólo el cuerpo y el alma se queda abandonada.

En mi pueblo, SIÉTAMO, nadie sabía donde se encontraba el cementerio moro, pero estos últimos años se ha descubierto un cementerio en que las tumbas, formadas debajo con piedras, que miran a Oriente. Salieron los moros de estas tierras y nadie se ha acordado de ellos, porque siempre estaban luchando, como lucharon Guati cristiano de SIÉTAMO, contra los moros y viceversa.

Hay algunos musulmanes que está en Guerra contra el Cristianismo y parece que quieren obligar a todos los hombres a formar parte del Islam.

Guati y Zalema, uno cristiano y otra musulmana se amaron como dijo el Señor: Amaos los unos a los otros , como yo os he amado.                      

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