Hecho (Foto del National Geographic)
La Val d'Echo para
los que la visitan es como un "país de las maravillas" y más si
llegan en un día de fiesta, en que los hombres, mujeres y niños visten sus galas
ancestrales. Se mueven solemnemente por unas calles cuyas casas de tejados muy
pinos y de puertas y ventanas de inmensa nobleza, están coronadas por unas chimeneas,
que por sí solas parecen pequeñas y a veces no tan pequeñas, castillos encantados,
con una cimera, llamada "motillón",cuya misión consiste en no dejar
entrar redondas las brujas en el interior del hogar, por donde el humo sale.
Algo hay en Hecho
que recuerda el progreso de los ingleses porque respeta la tradición pasada,
porque hasta los bailes son más reposados, que, en el resto de nuestra región,
las jotas son más cortesanas porque ¿no estuvo en Siresa la primitiva corte de Aragón?
Se hacen los bosques selvas como en Oza, donde ejercen de equilibristas las
ardillas y los prados no tienen nada que envidiar a los de la verde Erín.
El invierno lo
"zaboya" todo como el yesaire enyesa las paredes, dejándolas blancas
e igualadas.
Las esculturas
modernas talladas sobre el terreno por los artistas en verano contribuyen a
hacer más irreal este paisaje con su surrealismo.
No todo son luces
en la Val, que también las sombras de una vida dura obscurecen la existencia de
los ganaderos,
aunque la belleza
reinante las haga permanecer semiocultas.
Pero hay algo más
en Echo, relacionado con su tradicionalismo y con su esencia y es que conservan
la "fabla” aragonesa y no sólo la hablan, sino que también la cantan.
Sería extraño que
de un país así, pequeño país que se expansionó por Aragón no hubieran salido
poetas y ¡si,señor!,surgen como las setas multicolores en sus bosques. Don Veremundo
Méndez fue el primero, pero hubo otros, que por ese falso pudor que tiene el
rudo cheso, por parecer sentimental, permanecen en el anonimato, como las setas
escondidas en la hojarasca.
El Ayuntamiento
,presidido por Constancio, convocando el concurso literario de los
"Onsos",ha roto ese sortilegio y han aparecido a la luz y a dar luz
las poetisas Ustariz y Mariví de Gastón, además de otros buenos poetas más.
Pero yo ,después
de tanto circumloquio,lo que quería era sacar a la luz la poesía a los Reyes
Magos, que un cheso rudo de aspecto escribió el siete de diciembre de 1965 y
que quiere permanecer en el anonimato. Se fastidiará porque al que le
pregunte de quien se trata,"l'en pienso charrar".
Y para los que
dicen que la "fabla" no existe, les diré‚ que, si existe, pero que a
los aragoneses hay que arrancarles los sentimientos, para que los manifiesten y
más si los escriben en su "fabla". Para confirmarlo me remito a
palabras de Lupercio de Argensola en el año 1591:"El silencio de los aragoneses
y su natural encogimiento y modestia han dado licencia a muchos autores, para
que contra la verdad escribiesen algunas cosas que suceden en este Reino”. Y
sucede que la "fabla" todavía se escucha en este Reino de Aragón.
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