miércoles, 29 de junio de 2022

Nocito.-

 


Nocito es un pueblo montañés, cercano a Huesca, pero sin embargo muy alejado de la misma, cuando en viejos tiempos, estaban unidos por la Vía, que pasaba por Santolaria, desde cuya torre se veían, más tarde Huesca, Montearagón y el Pueyo de Barbastro. Por ella se comunicaba Huesca con Francia, pasando por Sabiñánigo, con sus iglesias según Don Antonio Durán Gudiol mozárabe y prerrománico, según otros. La más meridional ofrece todavía a los ojos del que se atreve a pasar por dicha Vía, sus ruinas, es decir las ruinas de Nuestra Señora de Sescún, cuya veneración se ha bajado hasta el pueblo de Santolaria. Por esa Vía pasaban hacia el Sur las ovejas, que en el invierno iban a pastar al Somontano o a la Tierra Baja, y volvían al llegar la primavera hacia la Montaña. Bajaban los montañeses a buscar el aceite y el vino que habían de consumir en sus pueblos nobles de tejas de piedra y llevaban a vender las patatas, que producían en sus tierras para que consumieran los habitantes del Llano.



Pero, ahora, esas vías y caminos, se hacen largos, llenos como están de baches y de grava, pero aún así suben muchos a practicar el turismo y a hacer la Rogativas a San Urbez, para que consiga del Señor que las lluvias rieguen los campos de la Tierra Baja. Cuando uno llega a Nocito y a sus Santuarios, se encuentra en un Valle profundo rodeado de montañas y la que se ve más alta es la Punta de Guara, que en vasco equivale a Gora (arriba), como muy cerca de Nocito se encuentran los restos oscuros y afligidos de Isarre, que en vasco quiere decir algo así como lugar bajo. Abajo (Isarre), se encuentra el bello y casi despoblado Nocito y arriba (Gora), se elevan estáticos los Santuarios de San Urbez y todavía más alta hay una cruz, atribuida al lanzamiento de la vara pastoril de San Urbez. ¡Dios mío, piensa uno al verse en tan fantástico lugar, como vamos los oscenses a Leyre, a San Juan de la Peña, a Aranzazú, a Estíbaliz o cualquier otro lugar sagrado y famoso y  no nos acordamos de estos antiguos santuarios, en que se enterró a San Urbez, que murió en el año 805!.Los restos del santo fueron quemados en otros años, ya pasados, pero se restaura poco a poco lo que queda del arte románico, se acuerda uno de las dos cabezas romanas encontradas por estos parajes y se admira de ver en la pequeña iglesia, adjunta al santuario, a la Virgen del Sol, se excita la devoción al santo al ver sus reliquias, portadas en procesión por los hombres del Somontano y piensa uno que es lo que querrán decir aquellas cadenas dibujadas en la columna de la derecha del altar mayor y si tienen algo que ver con las de Navarra o se deben a un acto valiente de la vida del Santo. Uno piensa, si este lugar sagrado y montañero estuviera cerca de Zaragoza o en alguna otra provincia vascongada, habría carreteras asfaltadas y anchas, restaurantes y alguna comunidad religiosa se ocuparía del culto y de la conservación de estos santuarios. Pero sólo somos cuatro los habitantes de los pueblos de alrededor de Huesca los que tenemos amor a Nocito y a su santo y tenemos fe, pero pocos votos pueden salir de nosotros.

Estoy sentado delante de vosotros en un velador que se encuentra delante de la casa palacio de los Benedet, antigua familia de Siétamo, cuyo heredero ,hoy día se encuentra en Nocito con una cruz que le ha proporcionado mi esposa para hacer compaña a favor de Nocito y de su Santo Patrón San Urbez. Porque bajaba San Urbez a través del Pirineo hasta Siétamo y Ola, a pastorear ovejas, que pastoreaba por el Saso, en una época en que los moros habían invadido España. Era esta zona desde la sierra de Guara, hasta casi la Tierra Baja, como si fuera gobernada por la familia que ostenta el escudo de los Benedet. Frente al bar se exhibe el escudo de Benedet. Escudo noble que gobernó en tiempos pasados toda aquella zona que llego desde Nocito hasta Torres de Montes, antiguo ducado de los Condes de Aranda, que vivieron en Siétamo en el Palacio de dichos Condes y que fue destruido en el año 1936.



El nombre de Nocito, situado en plena Sierra de Guara, está casi despoblado, pero con dos Santuarios que recuerdan la histórica familia de San Urbez. Y la presencia de fieles se manifiesta varias veces al año, cuando sus fieles van a la iglesia y a la ermita de gran belleza de Nocito y allí recuerdan a San Urbez, con el que se unen, a pesar de perder el cuerpo de su Santo Patrón. 


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