Teresa

El nombre de Teresa tiene un carisma especial. Ya nuestra santa de Ávila fue una mujer andariega en unos tiempos machistas, en que se tenía a gala confinar a la mujer, ya en claustros fríos de piedra o con la “pata quebrada” en lo oscuro del hogar. Teresa amaba la luz y un fuego interno le ardía dentro de su corazón; la llevaba por caminos, por posadas y conventos para ayudar a los otros. Sin estudios retóricos, con el sentido común, con su mística estática y corazón de mujer, escribió libros que luego en la lengua castellana resultarían clásicos y en la Iglesia Católica la nombrarían doctora. Hoy los tiempos han cambiado y Tere, la de los ojos verdes tan profundos como el mar, sigue también andariega, mas “Las Moradas” que corre no son, las de la mística, sino las casas de pobres y marginados sociales y trata de hacer felices a aquellos, que sin amor, son dejados por los hombres y mujeres a su desgraciada suerte. También tiene una mística la nueva Tere andariega, por calles y callejuelas, escaleras y casetas y es ver a Dios en los hombres y sobre todo en los niños. Si como dice la santa, también entre los pucheros se puede encontrar a Dios, más lo encontrarás tú ¡Tere! mirando a los ojos tristes de niños abandonados con el verde relajante de los ojos de tu cara.