lunes, 6 de enero de 2025

“Auto” de los Reyes Magos, compuesto alrededor de 1.200.


Este  movimiento  no alcanzó su cima hasta el siglo XVII, en que Lope de Vega, que entusiasmaba al pueblo con sus escritos, como el “Auto del Nacimiento de Jesús”. Contemporáneo suyo fue Calderón que fue más inquieto por la Eucaristía, dedicando a ella sus Autos Sacramentales. Con Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz estos Autos profundizaron en la Teología Mística. San Juan de la Cruz, escribió: “Este saber no sabiendo- es de tan alto poder-que los sabios arguyendo-jamás le pueden vencer-que no llega su saber-a no entender entendiendo,-toda ciencia trascendiendo”.Torcuato Luca de Tena no fue únicamente, fundador del ABC en 1.903, sino que escribió el año 1.982, con este título: “Escenificación teatral de las verdades de la Fe y de los episodios del Evangelio, que concretamente en forma de Posadas y Pastorelas se usaron en la evangelización de Granada y de América”. “Grandes  extensiones  de  Andalucía  quedaron  (después de la conquista de Isabel y Fernando) pobladas  tanto por razas arábigo- bereberes como por descendientes de  hispanorromanos , prácticamente descristianizados tras casi ocho siglos de dominación islámica. La evangelización de estas gentes, supuso la más grande labor  misionera  realizada  en tierras europeas desde las correrías de San Pablo y sus varones apostólicos, en los orígenes mismos de la cristianización de las provincias del Imperio Romano”.Al llegar el cristianismo fue difícil su expansión pues la ignorancia dominaba en el pueblo. Los primeros que utilizaron “la escenificación teatral de las verdades de la Fe”, tardó muchos  años  en  que su fundador San Francisco de Asís ,representar escenas ante el pueblo, del Nacimiento de Jesús en una cueva de Umbría.El gran Académico, Don Torcuato Luca de Tena da una explicación del paso de la escenificación de la Fe en Europa en escenificaciones teatrales, en las Posadas y en las Pastorelas, que contribuyeron a explicar las costumbres conservadas en Hispano-América.Después de unos 500 años, esas presentaciones se siguen representando, al llegar la Navidad, las acostumbradas Posadas “lo mismo” en las grandes ciudades como en las aldeas indígenas, se conservan dichas Posadas de Méjico. Don Torcuato Luca de Tena escribió que España, que extendió dichas formas de celebrar la Navidad, casi las ha perdido,  pero hay que tener en cuenta que el año de 1.982, se han cantado dos Pastoradas , una en Carmona y otra en Alora.Siguiendo las noticias de Don Torcuato, veamos como se expresa este Narrador:

“María y José-caminan al alba.- Llegan a una venta a pedir posada.-Sale el posadero por una ventana.

Posadero: ¿Quién llama a mi puerta-con tanto llamar?. JOSÉ contesta: ¡San José y la Virgen -que piden posada,- y más a estas horas- y a mujer preñada!. ¡Así de mi puerta,-ya os podéis marchar!.

Coro.- Sigue Virgen pura, sigue hasta el portal…

NARRADOR.2 El ventero malo-da un gran vozarrón.- Se ha metido dentro, pega un tropezón.

CORO.- ¿Eso lo hizo Dios y su Majestad,-porque al Rey del cielo-no le dio posá…!

Narrador.-Siguen caminando- y se han encontrado – con un portalillo-muy  desfabricado.-Hicieron  convenio para descansar…

CORO.-¡Sigue Virgen Pura, sigue hasta el portal…”

“A todo esto el posadero malo, vuelve a rodar por las escaleras. El público aplaude su descalabro y canta, coreándose con palmas. El demonio como es tan malito, en una bellota se quiso meter, y vinieron los padres franciscanos, y lo machacaron en un almirez.”

“Ante esta Posada,  uno  reaviva sus recuerdos infantiles y se da cuenta de que todavía guarda en el belén de su casa una posada de barro, a una de cuyas ventanas, se asoma un posadero con un gorro de dormir en la cabeza y una palmatoria en la mano, para contestar bien o mal, a María y a José, que están llamando a la puerta, y después, me he llevado una gran alegría, al comprobar que la tarjeta anunciadora del undécimo concurso de belenes, está presidida por una posada, que requeriría un estudio monográfico sobre ella”.

Al leer este Belén, me acordé del hecho de haber escuchado algún villancico y me puse a preguntarle a mi hermana mayor María Victoria y a Doña Teresa anciana de Salamanca, que fue madre del ahora ya difunto esposo de María Pilar Godé, profesora de Historia. Estuvimos en  Ledesma (Salamanca)  y allí, en sus casas observamos cuadros antiguos, que representaban la vida de Cristo. Me acordé también de la Posadera de la Posada de Siétamo, que los días de Navidad, adornaba con flores recogidas en Otoño, el Belén de la iglesia de Siétamo. Estos recuerdos me enriquecieron las costumbres de Belenes, que en mi niñez se hacían y que ahora ya no se acuerdan de concretar tales costumbres, en los belenes de nuestras iglesias.   


domingo, 5 de enero de 2025

Los Reyes Magos son los únicos, que en los belenes, van itinerantes.-

 



Cada día que pasa, se ven más cerca del Portal, hasta que llegan a él, a adorar al Niño, al tiempo que se escuchan voces que cantan:” Ya vienen los Reyes por el encinar, Melchor va delante, detrás va Gaspar  y  después  de  todos,  va el Rey Baltasar.

Nos encontramos ante un enorme y transcendental escenario, el de Belén y en él tuvo lugar una representación teatral a lo divino y los que en este escenario trabajaron, fueron nada menos que el Señor, como Autor y Actor Principal, al mismo tiempo, y como protagonistas que giraron alrededor del Niño, actuaron su Sagrada Familia, María y José, pasando por  los  Angeles  y Reyes, los pastores y ¿por qué no nombrarlos .  Y más, ahora que S.S. la ha declarado que también los animales tienen su espíritu vital: el buey, la mula, los corderos y los pájaros y animales todos, cuyas figuras aparecen en nuestros belenes.

Se completa el medio ambiente con el mismo Portal, con el pesebre y con los árboles. No se  si allí se encontraría algún abeto o pino de los que tanto nos acordamos en Navidad e iluminamos con luces de colores. Esta tradición anglosajona del Árbol de Navidad tiene su origen en Alemania en el siglo VIII, cuando San Bonifacio recorría los bosques de pinos y de abetos en Alemania.

Se ha querido crear un antagonismo entre el pino o el abeto y el belén, cuando Papá Noel es  Papá Navidad, ya que en ocasiones se puede identificar con San Nicolás o con San Bonifacio.

Hay quien superó esa rivalidad, ya hace casi cien años, editando tarjetas como la que yo tengo en  mi  casa heredada de difuntos antepasados, que más abajo en su exterior representa a Papá Noel y abriéndola aparece un hermoso belén.

No se si habría palmeras cerca del Portal ,o, se las encontraron Jesús, María y José, más abajo, más al Sur, cuando huyeron a Egipto.

De lo que no me cabe duda es de la presencia en Belén de los olivos, pues a Jesús le tocaría, más tarde, pasar una cruel agonía en un Huerto de esos olivos y ramos de olivo que llevaron los niños cuando Jesús hizo su entrada triunfal en Jerusalén. “ Pueri hebreorum portantes ramos olivarum, obviaverunt Dominum cantantes et dicentes: ¡Hossana Filio David!”.

Estos árboles y algún tejo o, algún enebro, algún almendro, las vides o alguno de esos romeros en los que la Virgen tendía los pañales del Niño, después de haberlos lavado, completaban aquella Armonía entre el Creador, la Naturaleza, los espíritus angélicos, el hombre y los animales.

No se porque el paisaje del S0MONTANO me hace evocar el del Belén; será tal vez por las colinas que  ondulan el terreno, por las encinas, los pastores, las ovejas, los olivos, las higueras, el musgo y por otros aspectos, que de niños, hemos reproducido en los belenes.

Al asociar el Somontano a Belén, se pone en marcha mi imaginación evocadora y nostálgica. Hay quien descalifica  esta  añoranza ,como queriendo constituirse en un falso creador, en un nuevo dios que ha superado la tragedia humana, para hundirse en la caída de los dioses.

Tal vez quieran sustituir esa nostalgia con odio o ambición más amargos, pues la nostalgia lo más que puede resultar es agridulce.

Ya desde hace muchos siglos quisieron destruir la añoranza de la Cueva o Portal sagrado, donde quiso nacer el Salvador. “El Emperador Adriano hizo, en odio a los cristianos, edificar encima un templo dedicado a Adonis, esperando abolir con esta sacrílega profanación, la memoria de un lugar tan respetable.

Yo no encuentro mal que los partidarios de Adonis, le levantaran un templo, pero no con el fin de destruir el Portal de Belén.

Adriano tuvo imaginación más que constructiva, destructora en este caso.

Yo me he quedado en la imaginación nostálgica y nuestros Adrianos en la destructora, pero a imitación del Sumo Creador o Hacedor, surgieron hace siglos imaginativos, creativos o creadores, de los cuales unos, a aquellas imágenes navideñas quisieron ponerlas en movimiento, recreando aquel maravilloso escenario de Belén, para dar a conocer a la gente sencilla, el mensaje del Dios-Niño.

Otros que  tenemos ahora entre nosotros los belenistas o pesebristas, montan auténticas obras de arte, como son los belenes, sin gran movimiento, digo sin gran movimiento porque los Reyes se mueven, el río corre y algo más se mueve, como son los corazones de los que contemplan, según la sensibilidad e inspiración creativa del belenista solitario o en equipo, que lograron perpetuar de un modo un tanto  ágil a través de nueva Navidad, aquel arte y aquella actividad didáctico-religiosa o catequística que en los hombres y niños sencillos aviva la ingenuidad de su Fe, que transciende más allá del racionalismo, con razones que no alcanza, porque son razones del corazón. 

Aquello que he nombrado en primer lugar, que quisieron hacer la representación viva, dinámica de  lo  que pasó en Belén, reproducir las acciones, los actos que ocurrieron durante la primera Navidad, lo lograron de un modo sencillo, con sus belenes vivientes en la puerta de las iglesias, con las cabalgatas de Reyes, con las Posadas  y Pastorelas, llegando a crear el “Teatro de la Edad Media”, primera fuente y origen de los belenes. Yo en mi niñez, antes de la Guerra Civil, me acuerdo del Belén montado en la iglesia parroquial.

 Y tengo todavía presente el recuerdo de la señora Isabel la Posadera, que se dedicaba a embellecer dicho Nacimiento. Ella conocía en los caminos de los Huertos, unas plantas que embellecían el paisaje de la Costera y todo el año estaba la buena Posadera, pendiente de la flor que brotaba de ellas. Los niños entrábamos en la iglesia para participar en la belleza del Belén.  

La señora Isabel recibía todo el año en la Posada a los viajeros con sus carros, pero especialmente para Navidad, preparaba en la iglesia la “posada” para el Niño Jesús.

sábado, 4 de enero de 2025

La caza


Estaba sentado en la cadiera del hogar mirando como ardía la leña y surgían de ella unas llamas juguetonas, acompañadas por unos sonidos agradables, que venían por la chimenea y que eran como los trinos de un pájaro, que daban encanto a aquella contemplación. Esos trinos no eran de ningún ruiseñor ni de ningún canario, sino que los emitía un estornino de plumaje tordo, como pude comprobar más tarde y que se había quedado prisionero dentro de la chimenea. Pensando en lo mal que lo podría pasar el pájaro en medio del humo, apagué el fuego y cerré las placas metálicas que se ponen para que los estorninos alcahuetes, no puedan pasar al interior de las habitaciones. Me marché, pero al volver a la habitación donde está el hogar, el estornino tordo volaba de ventana en ventana y yo lo seguía para cogerlo. Al fin lo logré y me dieron ganas de matarlo para que no volviera a entrar a llenar los suelos de excrementos y a rasgar las cortinas con las uñas de sus patas. Si hubiera sido yo más joven, lo hubiera metido en una jaula de esas en las que antes encerraban las perdices para llevarlas de reclamo a las excursiones de caza. Me acordé de aquellos cazadores, que vivían en los pueblos, que controlaban los animales del monte, viendo unas veces nacer las crías y otras mandando al matadero a sus padres, que ya estaban de buen ver, para que no faltase “el pan nuestro de cada día “ a los humanos. Ahora la masa de la población se ha marchado de los pueblos y vive en las grandes ciudades, pero ya no conocen la Naturaleza, ni a los animales, sino es por los dibujos animales en la televisión y en los tebeos, que les hacen reírse con el pato Donald o con el corzo Bambi. Ya no tienen necesidad de ir a buscarse la carne de las piezas de caza, que corren o vuelan por el monte, sino que se la venden preparada en los supermercados. Como es natural les repugna aquello de la caza, en la que sólo ven violencia. Hemos perdido el contacto con la Naturaleza y no tenemos ocasión de ver lo que pasaba en mi pueblo, en el que yo veía como aquellos insectos que metamorfoseaban su color del marrón al verde y que sobre sus largas patas delanteras, oteaban sus alrededores para ver si llegaba alguna hembra de su especie. Algún insecto, del que más tarde aprendí que era la Mantis religiosa, después de cubrir a su ¿amor? , era devorado por la hembra a la que había cubierto,

Aquellos cazadores de antes, además de proporcionar proteínas animales a su familia, vendían patos o conejos entre sus vecinos. Otros bajaban de la Sierra los jabalíes, sobre sus costillas y los salaban para guardarlos en su despensa. Yo, con el estornino, podía haberme dedicado a suministrarle alimento y a jugar con él, amaestrándolo y enseñándole a hablar, pues dichos animales, como los loros son capaces de aprender a expresarse. Ahora el cazador noble debe imponer limitaciones en su actividad venatoria, porque si se avanza en técnicas para matar animales, éstos no avanzan en la desigualdad entre sus capacidades físicas y las ventajas que ha alcanzado la técnica moderna en el hombre.

La carta de un amigo mío de Binéfar, Fernando Altaba me dio oportunidad de ver como, los hombres se divierten honradamente, en la que hace la descripción de una partida de caza de jabalíes, a la que asistió en Benabarre: “Con los gritos-retirada hay que tocar- y contar nuestras hazañas- y comentar quien se lleva el más grande ejemplar”. Todos juntos comeremos –con una enorme amistad”, Habla también sobre las jaurías de perros, sobre la agresividad de los jabalíes, sobre los disparos, los gritos y sobre todo de la comida colectiva, en que cada un expone su habilidad, su valor o explica el peligro que le ha amenazado. Comen y beben y se olvidan de los disgustos pasados durante la semana y vuelven al trabajo con buen humor y con ilusión”.

viernes, 3 de enero de 2025

Colungo


Colungo es un pueblo de la provincia de Huesca, donde con gentes amables, conviven numerosos pájaros, además de los de paso, todavía más abundosos.

Lo bonito del caso es que, hombres y animales viven en armoniosa compañía, si exceptuamos las tordas que cazan con gran pericia, como obedeciendo al refrán que dice "ave de paso, ¡cañazo!".

Colungo entra dentro del Parque Natural de Guara y esa armonía que he citado, debe ser ejemplo para que el hombre respete y goce de las aguas, de los animales, de los árboles y de la tierra con sus accidentes naturales. Puede ser tan profunda esa compenetración que en ocasiones hay hombres que dialogan con los ríos, con el viento y con los animales.

El hombre debe respetar la Naturaleza, pero el hombre nativo de la zona, debe ser respetado por los hombres de las ciudades y por los que ostentan el poder.

Conozco un pastor que, cuando se entera que en determinado puerto o pardina, están pastando unos caballos que han traído de Francia, se aproxima a ellos, se gana su confianza y a aquellos, de airosa línea, que se la entregan, los acaricia e incluso los besa, como en un éxtasis de comunión con la belleza natural.

Algo parecido les pasa a los habitantes de Colungo con los pájaros, cuyos cantos interpretan, aunque en un sentido más práctico que el del pastor. Cuando van a cazar, los cuervos, las picarazas y las chincharanas se constituyen en sus cómplices y con sus cantos, chillidos, su graznar o con el chinchín de la chincharana, les avisan de la proximidad de una raposa o de un bobón, craveret o de otra ave nocturna.

La golondrina les informa de lo que pasa en otras tierras cuando interpretan su canto de esta forma:"En mi tierra se cría canela y pimienta y aquí, mosquit, truit, truit".

Cuando el boyero o boyatero se dormía debajo de un árbol, el collorín intentaba despertarlo, cantándole :"Boyatero,­chodito!,os “güeis” en “o” trigo,¿los sacas, los sacas?".

El cuco o "cúculo",que tiene fama de traidor, anuncia al sembrador o al picador de viñas, el cambio de tiempo diciendo:"Cú,cú", canto pícaro que advierte que el terreno está "por la mañana farto de humedad y por la tarde duro".

A veces los pájaros les toman el pelo a los labradores, pero ellos con gran experiencia, dicen: "Cuando la perdiz canta, nublado

viene, pero no hay mejor señal que cuando llueve".

Da gusto vivir en un pueblo, donde la gente siempre está en contacto con la Madre Natura, porque cuando quieren que llueva, cantan:"Que llueva,que llueva la Virgen de la Cueva, los pajaritos cantan, las nubes se levantan, que sí, que no, que llueva un chaparrón, con azúcar y turrón".

La gente cazaba unas veces para satisfacer sus necesidades y otras para venderse los pajarillos como si se tratara de canarios, como animales de compañía. Eran muy diversos los procedimientos de caza, unas veces con reclamo, otras a la espera, con lazos, en barracas con besque (liga),con losetas,con hicheruelos, lazos, cepos, y otras con arciellos(arquillos) o líneas. Cazaban conejos con hurones, tan perseguidos, pero no han sido ellos los que han acabado con los conejos, sino enfermedades traídas a nuestras tierras por el hombre.

¡Cuántos pájaros vivían y volaban por Colungo!, y todos ellos tenían su nombre como por ejemplo el ciquilín, el gurrión o gorrión, la aloda o alondra, el abellero, la chincharana, el carbonero, la cistra parda y la verde, el verderol, el pinchón, el petrer, el trincapiñón, la falciella, el codalgo, el subetroncos, el colorín y por no aburrir, acabo con el rey de la barza(zarza).Es curioso como conocen a los pájaros con sus nombres en fabla aragonesa, como también en dicha lengua citan a los árboles y arbustos, donde hacen sus nidos esos animalitos y por cuyas sombras caminan los de Colungo, cuando pastorean, cuando cazan o cuando van a buscar sus frutos. ¡Qué felices son cuando caminan por debajo de las oliveras, almendreras, avellaneras, caichigos, albares, chinipros, minglaneras, melocotoneros, albergeros y cereceras, llenas de frutos en su tiempo y de "pacharos", que acuden a ellos a comer dichos frutos con verdadera ansiedad!.

Conozco a un hijo de Colungo, que vive en Huesca, pero no puede olvidar sus raíces campesinas que le hacen acordarse de relacionar el canto de los pájaros con el tiempo y con su trabajo agrícola y es feliz al oír hablar por ejemplo del bobón, del esparvero(gavilán o esparvel) tordero o del esparvero perdicero.

jueves, 2 de enero de 2025

El Santo Cristo en su capilla, adorado por la Madre Berride

 

  

Dijo el Señor Obispo Don Javier Osés  en la misa gregoriana de la Catedral, el día uno de Marzo de 1997 : ”Todo es templo para alabar a Dios. El Templo lo habitamos todos, en esta Catedral de piedras, como nosotros somos piedras de la Iglesia”. Efectivamente, todo es templo para alabar a Dios, pues muchos oscenses, que son piedras de la Iglesia, lo alaban cuando caminan por los montes y  por su misticismo se sienten hijos de Dios en todos los lugares por donde pasan. Y si alguno no se siente unido con Dios, de repente siente que  le pregonan la presencia del Ser Supremo desde la Catedral , que se contempla desde grandes distancias o desde San Lorenzo, Santo Domingo o por  la pequeña capilla de San Antón de Casa Güerri, en la Calle de San Lorenzo, por la que camina.  Por la parte oriental de la capital enseguida se observa el antiguo Castillo-Monasterio de Montearagón  y cerca de Loporzano,  debajo del Pantano de Vadiello, se ve, rodeada de olivos, la Ermita de la Virgen del Viñedo. Si sube por el Norte puede meditar sobre el convento de San Miguel y sobre la Virgen de Cillas o pedirle a Santa Lucía que le conserve la vista. Si va caminando por el Poniente desde la histórica Ermita de San Jorge, acaba su paseo  en  la Ermita de Loreto.   Y por el Sur verá la románica Ermita de los Dolores de Monflorite, unida en otros tiempos al Convento de frailes que ocupaban el edificio,  que más tarde se convirtió en la Zona. Vayas por donde vayas, te encontrarás oscenses que visitan esas ermitas y presidiendo desde arriba en la Capilla de la Catedral, está el Santo Cristo de los Milagros, “ardiente llamarada “, como lo llama el profesor Buesa, que reparte la luz sobre todos los templos que he citado y como dice Don Javier Osés, sobre “Todo el Monte de Huesca que es templo para alabar a Dios”. Pero no sólo en la actualidad los oscenses van de ermita en ermita alabando al Señor,  como los romeros, sino que he visto romerías y peregrinaciones de las gentes de Huesca y de su Comarca. Unas veces iban a Loreto, que casi llegó a encontrarse en ruinas, hasta que lo restauraron y otras  a la Ermita de Jara,  reconstruida totalmente, movidos por la devoción  del hortelano Daniel Calasanz y de otros oscenses. Pero ya casi no nos acordamos de antepasados oscenses, que recorrieron todas las ermitas citadas y tenemos en los años ya lejanos de 1.658  a la Madre Berride,  nacida en la Plaza de San Martín en una casa que tenía  una terraza y desde ella,  se veía la Ermita de Salas. Tenía por entonces la ilusión de ir a despedirse de la Virgen de Salas y su hermana se vio en la obligación de ayudarle a subir a la terraza, para despedirse de la Virgen y  rezarle una oración. Por la cara norte, miró hacia la Catedral, para decirle al Santo Cristo : ¡hasta pronto!. Es que la madre Berride amaba tanto a Cristo, Dios y Hombre Verdadero, que en la iglesia de Santa María de Foris, que también está en restauración, había un hermoso Niño Jesús  y ella se lo quería llevar consigo.  Su madre le dijo que Jesús se había entregado a toda la humanidad y ella podría amarlo siempre. Así ocurrió porque si de niña amaba al Niño Jesús, de mayor estaba unida al Santo Cristo de los Milagros, al que pedía por la paz durante la Guerra de Sucesión y para que lloviera, para que se fructificaran  las cosechas, que evitaran pasar hambre a los oscenses. En cierta ocasión acudió con el pueblo de Huesca a la Ermita de Loreto, para pedir la lluvia. Esta cayó tan copiosa que las autoridades, se quedaron a dormir en Loreto, pero la Madre Berride, aguantando la lluvia volvió caminando a su casa de la Plaza de San Martín. Cuando hay que ir a rezar al Santo Cristo, acuden a su capilla multitud de oscenses y de vecinos del Somontano y en cierta ocasión cuando por la noche caminaban de romeros algunos vecinos de Siétamo, al llegar a las Casetas de Quicena, cayó una fuerte tormenta. Se refugiaron los peregrinos bajo los aleros de una de las casetas del Barrio, pero salió uno de sus dueños y los hizo entrar en su domicilio. En otras circunstancias iba a visitar al Santo Cristo de los Milagros a su Capilla y entraba en éxtasis, en que pasó en algunas ocasiones, varias horas. Gozó desde niña del Niño Jesús, en la Iglesia que está al lado del antiguo Hospicio, hasta vivir éxtasis, acompañando al Santo Cristo de los Milagros en la Catedral. Pero, como buena oscense, recorrió la Ermita de Santa Lucia, la de Los Dolores de Monflorite y entre muchas más, la del Virgen del Viñedo, en Castilsabás. Según los racionalistas, cuando se acaba la razón comienza el sinsentido, pero Don Javier Osés, se daba cuenta de que, empieza el misticismo. Lo mismo le ocurría a la Madre Berride porque ella se daba cuenta de que  el fin de la racionalidad no conduce al sinsentido, porque, con su misticismo    veía que no se acababa la vida de la humanidad con la muerte de los que a sí mismos se llamaban racionalistas. Murió Cristo,  pero resucitó.  Y como creía en la continuidad de la vida humana, paralela a la vida eterna, profetizó que se crearía un convento de Dominicas Terciarias, que enseñaría y educaría a las niñas. Efectivamente sus seguidoras, como  la Madre María Lay, a los trece años de su muerte, abrieron el convento de Santa Rosa, pues un sacerdote, pariente de mi abuelo  Ignacio Zamora Blasco, dio el dinero para comprar una casa.    La razón no se ha perdido porque el Señor es la Razón Absoluta y se hizo hombre, se hizo el Redentor de los hombres y es venerado por los oscenses en el Santo Cristo de los Milagros, porque el misticismo ayuda al hombre a alcanzar, algún día la Razón. Esto parece que expresa la oración al Espíritu Santo, cuando dice: “Envía, Señor tu Espíritu y todas las cosas serán creadas y renovarás la faz de la Tierra”. Y entre los oscenses la mística los acerca a  la ermita  de   Los Dolores de Monflorite, a la iglesia de Santo Domingo, a la Virgen del Viñedo Somontanés, a la hermosa ermita de Salas y a Loreto, como la madre Berride, acudía a todas ellas a venerar a la Virgen y amarla como ella la amaba.  Porque la Madre Berride sentía en su corazón místico, una llamada, que la llevaba “a comulgarse a la iglesia Catedral y le infundió un especial amor a la Capilla”, donde los oscenses adoramos al Santo Cristo de los Milagros.

miércoles, 1 de enero de 2025

Manolo, mi hermano.-

      Manolo y su esposa Isabel con sus sobrinos Elena y Santiago.

De Manuel y de Victoria, vinimos al mundo los seis hermanos y nos pusieron por nombres María Victoria a la mayor, Manolo al segundo, María a la tercera, Ignacio a mí, Luis al más alegre de todos y Jesús al más pequeño en edad, pero grande en corazón.

Y fue Manolo un niño que amaba la vida y las cosas que ella le ofrecía y “ este saber no sabiendo –es de tan alto poder-que los sabios arguyendo-jamás le pueden vencer-que no llega su saber-a no entender entendiendo-toda ciencia trascendiendo” y él procuraba enterarse de los peces y bajaba al río Guatizalema de Siétamo y con su caña pescaba y pescaba y pensaba,  como San Juan de la Cruz”:¡Qué bien sé yo la fonte que mana y corre, aunque es de noche!”. Porque debajo de la fuente se iba a bañar con sus hermanos, a caballo en su burra torda, acompañados por la tía Luisa.

Pero llegó el año 36 y con toda su familia, subió  a Jaca y a Ansó y “Yo no supe dónde entraba-porque cuando allí me vi-sin saber done me estaba –grandes cosas entendí-no diré lo que sentí-que me quedé no sabiendo-toda ciencia trascendiendo”.

Y volvimos a Huesca y allí nos quedamos, sin recuperar nuestra vida en Siétamo, donde habías vivido desde el año 1927 y aunque ya no gozabas de “la blanca palomica ni de la tortolica”,  en el pueblo de Siétamo”, en Huesca hallaste las crías de gorriones, que colgabas en una jaula en el enome rosal del jardín de la casa en que vivíamos, situada en el Coso Alto y sus padres les traían comida y tu soltaste a los pequeños gorriones y saltaban y volaban cerca de ti, pues tú les proporcionabas migas de pan y granos de trigo.

Con José María Domingo, más tarde Notario, jugabas con medios químicos y hacías fuegos de artificio.

Y con tu amigo Del Cacho, cuyo padre era director del Hospital Provincial, en la plaza del Seminario y allí aprendiste la cría de los gorriones, a los que una vez adultos, liberabas. Después   si, sentiste la vocación de ser médico y al ver a los enfermos mentales, decías: ”¿Por qué, pues has llagado-aquel corazón, no le sanaste?.- Y, pues me lo has robado,-¿por qué así le dejaste,-y no tomas el robo que robaste?”.

Leías, estudiabas e ibas a las Congregaciones Marianas y tu inteligencia pedía más conocimientos, como cuando le decías al Señor, leyendo a San Juan de la Cruz:”Gocémonos, Amado,-y vámonos a ver en tu hermosura-al monte y al collado,-do mana el agua pura;-entremos más adentro en la espesura”.

Entre tanto tus padres, tu abuela Agustina y tu tía Rosa, se preocupaban de nuestro comportamiento y se complacían con el tuyo.

Fuiste a estudiar Medicina a Zaragoza y estuviste entre otros con Sarasa de Montmesa, mientras yo estaba en Escoriaza, a donde tú acudiste a ver que tal me encontraba y me llevaste con mi padre a estudiar Veterinaria a la misma ciudad de Zaragoza.

Tú te recreabas con la música y ganaste un premio de conocimientos musicales, que has conservado hasta última hora, pues pediste a tu señora que en tu funeral, hicieran sonar el Requiem de Mozart, porque escuchabas las voces del Señor, acompañadas por las del Evangelio que te leía uno de tus hijos, como si la Música fuese una lengua universal y divina.

Acabada tu carrera de Medicina, te especializaste con López Ibor en Madrid, donde conociste a tu esposa Isabel Petano, con la que tanto os habéis querido.

 Estuvisteis unos días en Huesca y marchasteis a los Estados Unidos y de allí a Canadá y allá has pasado muchos años trabajando por la salud mental de muchos ciudadanos y estudiando y viajando por el Mundo, asistiendo a congresos de Psiquiatría.

Y con estos enormes conocimientos tenías preparados los temas para escribir un libro, porque: “ es de tanta excelencia-aqueste summo saber-que no hay facultad ni ciencia-que le puedan emprender”.

Después de jubilado viniste con tu esposa Isabel a veranear al Levante español y en un hotel nos acogistéis a mi esposa y a mí, diciéndome que el año siguiente compraríais un chalet en el que, cada año, nos acogerías. Pero te fuiste y al llegar a Canadá te sentiste enfermo y herido por la muerte de tu querido hijo mayor, Manolín y ya no pudiste cumplir tus deseos y has estado seis o siete años, cuidado por tu esposa y últimamente por tu hija Maite y por su esposo.

Y yo sigo admirando tu saber y tu afición a la Ciencia y recordando tu rostro pensativo, tu comportamiento dulce hacia nosotros, diciéndonos con mucha frecuencia ¿por qué no venís a vernos?. Estuvo con vosotros nuestra hermana María, nuestro padre que regresó feliz de su viaje a Canadá y estuvieron también mi hija, con su esposo Santiago, que te admiran y te quieren y te recordarán siempre.

Pero lo que más destaca en tu persona es :”Este saber no sabiendo-es de tan alto poder-que los sabios arguyendo-jamás le pueden vencer-que no llega su saber-a no entender entendiendo-toda ciencia trascendiendo”.

Isabel tu estarás toda tu vida acompañada por el recuerdo de tu esposo el sabio Manuel  Almudévar, de tu bella y simpática hija Maite y de tus hijos que son, “de tal palo tal astilla”, poseedores de unos cerebros copiados de su padre, sabiduría que, ¡ojalá! tengan también ellos.

“Auto” de los Reyes Magos, compuesto alrededor de 1.200.

Este   movimiento   no alcanzó su cima hasta el siglo XVII, en que Lope de Vega, que entusiasmaba al pueblo con sus escritos, como el “Auto ...