Me he encontrado, en un kiosco, con
un amigo que es, nada menos, que profesor de Física, pues es licenciado en
Ciencias de tal categoría. Ahí mismo, los clientes pensaban en qué periódico
iban a comprar, para consolidar sus ideas o para ver las opiniones de los
hombres, que viven en nuestra sociedad. Pero mi amigo Ramón empezó a derramar
sus sabias palabras, organizadas por su cerebro y yo pienso si lo serían por
las leyes de la Física. Se expresaba así: “ Hoy día no se escriben en la prensa
pensamientos no equilibrados ni lógicos ni teorías que puedan aportar
soluciones a todos los problemas sociológicos, que se presentan frente a la
Sociedad.”. Yo pensé: ”este hombre tiene razón, porque ahora estamos en crisis,
estamos bajo la influencia de las cenizas del volcán de Islandia y nos
encontramos ante la indefensión de la “Capacidad Humana”, para resolver estos y
otros fenómenos, unos derivados de la Naturaleza y otros de los “Ideales
Políticos”. ¿Qué son ideales políticos?, pues son unas ideas , que cada partido
escoge como ideas básicas para regular la prudencia humana. ¿Cómo se defienden
estas ideas?. No se sabe porque la prensa no los comenta, sino que está
pensando en su negocio empresarial de miles de millones. Mientras tanto a los
pensadores, propiamente dichos, no se les permite entrar en esos terrenos, que
reciben el nombre de políticos.
Estamos en el siglo XXI, en que los
políticos tienen más poder, que en toda la Historia han tenido, en imperios,
monarquías, repúblicas e incluso en dictaduras, en todos los campos del pensamiento
humano. Y la gente está como abstenida o privada de saber las opiniones de este
mundo y de expresarlas ellos mismos, para obtener el bien general. Los sabios
siguen trabajando en sus laboratorios, por ejemplo allá en los Alpes y piensan
en la recreación del Universo, que como dice la oración al Espíritu Santo,
“envía Señor tu Espíritu y todas las cosas serán criadas y renovarás la faz de
la Tierra”. La prensa calla las ideas, pero a los sabios que trabajan en el
nuevo acelerador de partículas, en los Alpes, no sé quien les ha inspirado la
idea de llamarlo “La Cadena de Dios”. Antes los sabios sabían un poco de todo y
ahora saben mucho de alguna especialidad y nada de otras. Así no pueden
intercambiar ideas.
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