domingo, 25 de diciembre de 2011

La Reversión de Jánovas (Navidad 2011)


Es triste comprobar  cómo  en el Alto Aragón, han ido despareciendo en estos pasados años un sesenta por ciento de sus aldeas y pueblos. Es más triste comprobar que algunos de esos pueblos los han hecho desaparecer por maniobras injustas o violentas, como el corte de la luz, del suministro de agua, e incluso, se llegó en Jánovas a dinamitar varias casas   Don León Buil el ocho de Julio del 2008, dijo que “la expropiación de Jánovas,  Lacort y Lavelilla, fue un factor de abandono de gran parte del Valle Medio del Ara, y de toda la Solana”… “ la expropiación en Jánovas fue brutal” y las valoraciones bajísimas, porque, tal vez, previendo una expropiación del pueblo y de sus tierras, con el fin de gastar poco dinero en ellas, dijeron  a los pobladores de Jánovas, Lacort y  Lavellilla, que la contribución que pagaban era excesiva y se la bajaron. Con esta bajada de la contribución  tuvieron que valorar muy poco el precio que tendrían que abonarles  por la incautación de casas y terrenos, que la Compañía eléctrica necesitaba para crear el pantano.    Hicieron desaparecer, hace ya muchos años, concretamente en el BOP del día 28 de Diciembre de 1961,  Jánovas,  Lacort y  Lavelilla.  Al ver los nombres de las distintas casas de estos pueblos, siente uno que son aragoneses del Sobrarbe, donde reinaron los reyes de Navarra, como Iñigo Arista. Uno se enfada el ver el trato que recibieron, en casa Ramón, casa Chaquis, Frachín,  Puyolé, Piquero, Garcés y tantas otras. Vivían en el Valle del Ara mil seiscientas personas y ahora, ¿cuántas quedan?. Según el censo de 1951, eran 1787, que debido al proceso expropiatorio, según el censo de 1981,quedaron 346 en los municipios de Burgasé, Albella-Jánovas y Fiscal, capital del único término municipal. En este Valle del Ara,  diez pueblos quedaron casi despoblados, desapareciendo la identidad de aquellas gentes, que habitaban estas zonas, con el escudo de Aragón erigiendo el Arbol de Sobrarbe, con su identidad nacida, hacía siglos, de los navarro –aragoneses. Se dejaron casi de escuchar jotas, de recordar a Lucien Briet, con las bellas fotografías, que obtuvo en Lavelilla, sus bailes folklóricos, los rituales del Carnaval,   llevando figuras de viejos en los hombres, en procesión  carnavalesca,  igual que siguen haciendo en Torres de Montes, mucho más abajo. En Lavelilla casi ha desaparecido la iglesia lombarda del siglo XI. Por el río Ara, contaba el tenaz Emilio Garcés, muerto el día 17 de Septiembre de este año de 2011, que bajaban las maderas formando las “navatas”, hasta Tortosa.
Pero los vecinos expulsados de Jánovas, de Lascort y de Laveliila, pintaron en las paredes destruidas de los  edificios : ”Jánovas no rebla”.  Esas pintadas no eran más que un reflejo de la fortaleza de unos corazones sobrarbenses, que han luchado durante cincuenta años, para recuperar sus solares, sus tierras y su identidad.  No “reblaban” aquellos habitantes de Jánovas, de Lascort y de Lavellilla, es decir que no cedían ni se doblegaban ante el trato antihumano, que les aplicaba aquel propósito de quienes han casi destruido una gran parte del Sobrarbe. Inhumano fue el trato, incluso con los niños y su Maestra, a la que sacaron de la Escuela agarrándola por los pelos y a los niños los hicieron salir a patadas. En Febrero de 1967, quedaban en Jánovas,  el difunto Emilio Garcés Frechín, Antonio Buisán Lacort, que fue el último que falleció en Jánovas  y Miguel Pera. Este, al año siguiente, se fue a Barcelona, donde trabaja con un alto cargo en una empresa que vende lija pacífica, con fines creadores,  no como la “lija salvaje”, que utilizaron para borrar a su pueblo del mapa del Sobrarbe. Lo reconocí, hace unos escasos días, lo que me decidió a escribir otro artículo sobre la recesión del pantano, en las oficinas de José María Puyuelo Sorribas, con el que tiene una gran amistad. Anteriormente  lo había conocído,en las mismas oficinas  y allí me dio datos para escribir “El Pantano de Jánovas”.  Miguel Pera Antín se acordaba  del artículo que ya hace unos años escribí con los datos que él me dio sobre Jánovas. Me saludó, recordándome con cariño debido al interés que yo demostré con mi escrito. Esta fue una de las escasas satisfacciones que me da mi afición a las letras. Nació Miguel en Jánovas. Ha luchado por su Tierra y sigue con esa lucha, porque después de conseguir el triunfo, ahora tiene que perfeccionar los medios para alcanzar la propiedad porque me habló de que el B.O.E. del cuatro de Febrero de 2009, había proclamado la Reversión a sus originales propietarios de aquel nefasto “pantano de papel”.
Jánovas , Lascort y Lavellilla formaban parte de una  zona geográfica, que para muchos es desconocida, pero, para sus hoy, ausentes hijos, es una auténtica maravilla. Lucien Briet fue un escritor francés que recorrió el Pirineo y entre otras muchas noticias, explica la belleza de Lavelilla, sacando hermosas fotografías, con su parroquia  lombarda del siglo XI, otros  edificios y sus dos torres defensivas, ya destruidas. Por el Norte, aparece  el cielo de Sobrarbe, con los Parques Naturales de Posets-Maladeta, el Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido y por el Sur limita con la Sierra de Guara. Yo cruzo por Monrepós  dicha Sierra y sigo por la orillas del río Guarga, que me lleva a L’Ainsa y a Boltaña. El río Ara de nombre vasco-ibérico, nace en la frontera con Francia, recibe en su orilla derecha al río Arazas, desciende por Bujaruelo, pasa por los pueblos de Torla y de Broto, sigue por Fiscal, Lacort, Lavelilla, Janovas y Boltaña y desemboca por L’Ainsa en el río Cinca. Pero aquella zona, sobrada de belleza e invadida por el turismo,  se ha convertido en la más deprimida de Aragón, donde a pesar del derecho al voto de los ciudadanos, que aquí no valen para nada, porque no hay personas para emitir su voto. Pero como dice mi amigo Pera:¡queremos volver!. Y el Sobrarbe renacerá.
Ese es el pensamiento de todo el Sobrarbe, pues La Ronda de Boltaña,cantaba :” Y aunque han pasado muchos años – no podré olvidar nunca, aquella mañana-en que descubrí que no sólo en los cuentos-siguen existiendo piratas”. “A Jánovas digo adiós,-a Lavellilla y Lascort;-adiós barquitos hundidos, adiós;- mi pobre Pais,  adiós”.¡”Mi pobre Pais, adiós”!.
Desde el nacimiento del río Ara, iban sus aguas al Mediterráneo, impulsando las “navatas”. Por lo visto era fácil, la comunicación de Francia por España, cuando ahora es tan difícil ir a Francia por el Pirineo Central. Pero ¿cómo no ha de ser difícil el camino a Francia, cuando  es más difícil el camino de vuelta  a Jánovas, Lascort y Lavelilla para sus propietarios, que allí quieren volver?. Parece ser que les piden unas treinta veces más de dinero, que el que a ellos les pagaron. Los miembros de la Asociación de Afectados de Jánovas dicen, que “no es lo mismo un terreno baldío que en producción, y no es lo mismo una casa en ruinas que una casa habitable”.
Van a cumplirse cincuenta años de la expropiación, acompañada de la consiguiente emigración  de los habitantes de Jánovas, Lascort y Lavelilla, quedando  destrozados diecisiete pueblos, y  un valle convertido en un terreno desolado. Pero no se han devuelto los terrenos expropiados, en los que no se ha creado ningún pantano. El que compuso la Habanera triste, que pronto pueda cantar:”Un barco de piedra en el Valle,-anclado hace siglos a orillas del Ara,-frente a la isla de Lavelilla- y entre las costas de Fiscal y Boltaña”.

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