Nacimiento de Jesus por Murillo |
El tiempo va pasando y nos vamos
olvidando de nuestros antepasados que eran gente sencilla o ilustrada, como por
ejemplo de Ana Francisca Abarca de Bolea, que trabajó hace ya cerca de cuatro
siglos, es decir en el siglo XVII, en la cultura del pueblo aragonés, en el que
no existían todavía escuelas para todos. En el año 1979 se cumplió el tercer
centenario de la publicación de un libro, escrito por Ana Francisca Abarca de
Bolea, titulado “Vigilia y Octavario de San Juan Baptista”, del santo que
anunció la venida del Señor, que en los días de Navidad, tanto preocupa a los
hijos de Siétamo.
Hasta hace pocos años se creía
que había nacido esta ilustre mujer en el Castillo-Palacio, que se levantaba en
esta Villa y que era propiedad de la familia aragonesa de los Abarca de Bolea.
La profesora doña Angelines Campo, muerta hace muy poco tiempo, demostró que
había nacido en Zaragoza, en 1602. Era tía de Don Pedro Pablo Abarca de Bolea, Barón
de Siétamo, Marqués de Torres y Conde de
Aranda, título que heredó de una noble familia
de Epila. Amaba a su familia, y a su Casa-Palacio
de Siétamo, pero tenía casas en Huesca, en Zaragoza y por todo Aragón, pues
como dijo su sobrino Don Pedro Abarca de Bolea, Aragón era una nación. Pero no
sólo estaba pendiente de los asuntos aragoneses, sino de los de España, ya que
participó, siendo muy joven, en la guerra de Italia, fue embajador en Moscú, en
Polonia y en París. ¡Qué tiempos
aquellos tan lejanos! pero ¡cómo en las Estados Unidos de América, recuerdan a
Don Pedro Abarca de Bolea, porque intervino en ayudarles a conseguir la
independencia de Inglaterra ! .
Su tía Ana Francisca buscaba la
paz y como descendía de Sancho Garcés, Rey de Navarra y Conde de Aragón, al
tiempo que llevaba dos abarcas en su escudo civil, se preocupaba de componer
obras literarias sobre la
Navidad y de cantar villancicos, acompañados por instrumentos
musicales. Su sobrino se preocupó de que lo enterrasen en San Juan de la Peña , pero ella, siendo
todavía una niña pequeña, de tres años y medio, ingresó en el Monasterio de
Casbas. Ella misma confesaba “el amor que se cobra, a los puestos donde uno
recibe la primera enseñanza” Mucho le costó llegar a convertirse en monja, porque
estudiaba y consideraba la posibilidad de casarse, ya que los hombres
despreciaban la lucidez del cerebro de las mujeres y por eso, en aquellos
tiempos, la mujer no tenía conocimientos y la convertían en analfabeta.
“Ella, junto a su candor y
espíritu religioso, al tiempo que aumentaba su cultura, pues ella misma se
autoeducada leyendo una colección de “libros sagrados, espirituales,
historiales y de todo genero de buenas letras, entendiendo el latín como si ex
profeso lo hubiera estudiado. Llegó a adquirir la destreza en todo género de
música, así de instrumentos como de voz, y
a permitirla en decentes recreos de religión, ya encaminada a sagrados
cultos”.Decentes recreos de religión eran aquellos en que hasta el baile se
practicaba, como ocurrió en Valencia en 1438, en que para celebrar una fiesta
religiosa,”hasta los frailes de San Francisco salieron por las calles saltando
y bailando” (La Inmaculada
del padre Juan Mir,S.J.,pág.128). Siempre ha inquietado la cultura a los de
Siétamo, como preocupó a Ana Francisca. Yo me acuerdo de la Escuela de Siétamo, antes
de la Guerra , en
que Don José Bispe, los sábados nos miraba la limpieza de nuestras manos y de
las uñas para que nos cuidáramos de la limpieza de nuestro cuerpos, en tanto el
Cura Don Marcelino Playán, se preocupaba de enseñarnos la Doctrina. De ahí salieron, no sólo agricultores, sino hombres cultos como
el Cardenal Javierre. Escribió Ana Abarca, en la página 48 de “Catorce vidas de
santas de la Orden
del Cister”: “El estudio y la música hacen admirable consonancia, y más allá de
ser esta ocupación tan plausible, es crédito de buen gusto”. Me acuerdo de
Mariano Cabrero, padre del sacerdote José María, párroco de Alquézar y también
padre del entonces Marianito, que también cantaba en latín, pero ahora que ya
jubilado, se ha convertido en Marianaz porque es un hombre al que hay que
añadirle el aumentativo aragonés, ya sigue participando en los conciertos y
coros que se celebran y cantan en la
Iglesia , como lo hizo en vida de su padre el señor
Mariano. Estábamos también los malos cantores, porque
Marianito, en el coro, me hacía callar. Allí estaban también, el señor Andrés
de Lobateras y otros que “tenían tanto aprecio a esta liberalísima arte, que entre
los de Siétamo, el no ejercitarla con particular cuidado se tenía por
negligencia, muy culpable. No aprendían
a cantar para vivir desatentos, sino para el recreo del ánimo y alivio de sus
mayores ocupaciones y trabajos”. Siempre ha cultivado Siétamo la Música , aún en aquellos
tiempos de pobreza, en los hermanos Burgasé, conocidos como “Los Ciegos”, tocaron
la música y cantaron por toda la
Provincia de Huesca.
Poseía su familia varias casas en
Huesca, a donde iba con cierta frecuencia a la bulliciosa y ardiente actividad
académica aragonesa, donde alrededor del prócer oscense Don Juan Vicencio de
Lastanosa, se juntaban Baltasar Gracián, Juan de Salinas, Ustarroz y tantos
otros ,como ella misma.
Y yo, como nacido en Siétamo, recuerdo
a Ana Francisca de Bolea, cuando veo “el extremo de la meseta sobre la que se
asienta este pueblo, que está presidido por el Castillo, que saludaba la
Fondura , que riega la fuente de los seis caños; dicho Castillo-Palacio
fue donde nació Ana Francisca. Colgada en una pared yo veía colgada una antigua
cuna familiar, donde puede ser que la niña soñase sus primeros sueños”.
Nunca pudo olvidar la “fabla”
aragonesa, que escuchó a los empleados de su Castillo. Desde Siétamo a Casbas
se ve al Norte la Sierra
de Guara, sobre la que escribió una poesía, de la que escribe al llegar el frío
invierno: “Mas, ¡ay!, que tu amenidad, hoy se llega a reducir, a verte ajada y
marchita por un invierno civil”. Pero luego le dice a la Sierra , que no desespere,
que luego vendrá una nueva Primavera:”Muy compasiva te aviso no te procures el
fin, que si se ha visto tu oriente, pronto vendrá tu nadir”.
No se olvidaba la poetisa sietamense de las distintas conmemoraciones, que se
hacían a lo largo del año y escribió “El baile pastoril al nacimiento”, en el
que expresa los dichos del pastor Blas:”Dende que ha plegato, lo cuento a os
hermanos. Hoy ha nachito en Belén, según el anchel lo dijo, porque habez paz en a tierra, no en puede sino está Cristo
y así sapez que ese Dios, feito hombre, ye tan niño, que entre trapez, dice
Lucas, le trovarez escondido”. También escribió “La albada al Nacimiento”, en
la que escribe:”Media noche era por filos, las doce daba el reloch, quando ha
nacíu en Belén, un mozardet como un sol. Nació de una hermosa Niña, virgen adú
que parió y diz que dexó lo cielo por este mundo traidor. A su madre y a
Chusepe, pus lo merecen los dos, dársele la norabuena, diste fillo que tenión”.
No hay que olvidar las
tradiciones populares, como ocurrió con mi padre, que escribió en los años
cuarenta un cuento en fabla, que decía :”María y José marchan de camino-Van con
asperanza-De que un ser devino,-Que mora n’a entraña, de ra Virgen
pura,-Alcuentre un asilo, palacio u cabaña-Que haga menos dura, ra triste
chornada………..Les avisó a ros pastores,- Y ascape fueron llegando-Repatanes y
mairales,-Craberizos,vaciveros, - Yegüerizos y duleros-Mocetas dixas que cudian
–os pavotes y os verracos-Y mientras filan estambre,- apacientan os rezagos.-
todos veneran contentos y todos trayeban algo- Pa ofrecelené a Jesús-Y al mesmo
tiempo adoralo.-Trayeban figos de Fraga.- Orejones d’Estadilla- Y pasas d’ixas
qu’escaldan-En Lascellas y en Velillas.- Vino de Castilsabás-Y corderotes
d’Albero-Billota de Banastás-Y conejos de Pebredo-Tortas d’aceite
d’Ayerbe-Turrón guirlache de Jaca,- Castañas de mazapán-Dá zucrería Lasala,-Tortadas
de Berbegal-Y pan moreno d’Angúés-Pedos de monja de Casbas.-Juguetes de
Bandaliés.-Entre gente tan humilde-Tan humilde como güena.- Quiso el Redentor
del Mundo- presonase aquí en a tierra,- Era pa danos ejemplo- Que toda su vida
dio-…Y nos llevará t’al cielo”.
Hemos visto como se mantiene y
ahora se refrescan las tradiciones de este pueblo con la llegada a nuestras
casas, de modernos aragoneses, entre los que se encuentran músicos,”que saben
cantar la gala musical a los cielos”.
Pero noté que en el paso de los
portadores de la Cruz ,
en Semana Santa, se han perdido los instrumentos que lo acompañaban, incluidos
los tambores, pero el pueblo quiere formarse para acompañar sus pasos con su
tan-tarantán-tan.
¡Qué bello es marcharse de un
pueblo, que trata de resucitar sus costumbres!.
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