Son las siete de la mañana de un
día del mes de Agosto. Abro la puerta de mi casa y veo que no me encuentro
solo, porque la Luna, espléndida Luna
Llena, me está mirando desde lo alto del Occidente. Está alegre porque brilla
su rostro, ya que toda ella es un rostro redondo, que desde el cielo, parece
que está contemplando todo lo que se pone delante de su cara circular y
luminosa. Cuando me fijo en su rostro, le veo ojos, nariz y boca. Todo
su cuerpo es redondo, esférico, que hace pensar en un ser totalmente cerebral.
Pero su rostro, además de hacerme pensar, enamora, porque mi cerebro se pone a especular
sobre si esa cabeza lunar, sonríe, llora o me está observando, para
transmitirme un mensaje. Hoy me da la impresión de que sólo estamos en la
Creación, la Luna, Luna lunera, cascabelera y yo, porque son las seis y pico de
la mañana y no aparece ningún ciudadano, para que nos dé su opinión, sobre la
vida aquí abajo, y la Luna, que parece que está buscando la belleza y el amor, en nuestra Tierra,
porque se tornó en Satélite, al separarse de ella.
En este mes de Agosto, cuando
miras al cielo, las estrellas fugaces siguen cayendo en el horizonte, pues
parece que todos los días las estrellas
fugaces saludan a la Luna, durante este mes de Agosto. Durante él parece que la
Luna reina en el cielo de la Tierra y cumple sus deseos, por ejemplo sube y
baja las mareas en los mares y hace que el cultivo de las plantas se apoye en
la misma Luna. Hace fermentar los
vinos y
les da un equilibrio, que influye en las mentes de los hombres y a los
que se pasan en la cantidad de su bebida, les hace perder el sentido común. Según
la opinión del pueblo, que yo he comprobado esta mañana, brilla la Luna con
majestuosidad. Algunos individuos para alcanzar la dicha, que parece
prometerles la Luna, por la noche, sumergidos en el agua del río o del mar, en
su oscuridad, hablan con ella, buscando un lugar oscuro, para ver las Perseidas o lágrimas de San
Lorenzo. Es la Luna un gran satélite, pues dista de la Tierra 384.000
kilómetros, que da la impresión de ser una parte de la misma Tierra, que se
desprendió por un gran impacto, por la participación que ejerce en las mareas,
en la vegetación y en la fermentación de los vinos. Hace cuatro mil quinientos
millones de años, se desprendió la Luna de la Tierra, para convertirse en
Satélite y todavía, en el Sistema Solar, sigue fiel a su misión de servir a su
antigua Tierra. Son muchos los kilómetros que separan a la Luna de la Tierra,
pero nunca han perdido ambas, la esperanza de visitarse, no sólo de mirarse
cada día y cada noche.
No la han perdido, porque el día 16 del mes de
Julio de 1969, los tripulantes del Apolo 11, sabían con seguridad que querían
llegar a la superficie de la Luna. El
Apolo XI, cuando salió de la Tierra, ocupado por Armstrong y Aldin, con la colaboración de Collins, creían que
iban a llegar al Satélite, pero en ellos había alguna duda de si volverían a
pisar su propia Tierra. El mismo presidente norteamericano, dijo que América
quería subir a la Luna “no por ser fácil, sino porque era difícil”. Hay que
reflexionar sobre la frase de Aldrin,
cuando dijo que la misión de subir a la Luna, era “un símbolo de la
insaciable curiosidad del hombre para explorar lo desconocido”. Recogieron los
astronautas 22 kilos de muestras del suelo y de rocas lunares, al tiempo que
instalaban instrumentos científicos, para localizar, tales encuentros.
Pero no fue solamente una
curiosidad intensa del hombre, sino que
en España ha sido un sueño de los cantantes y de los poetas, que como
García Lorca, soñaron en sus poesías con alcanzar la Luna. La alcanzaron los
norteamericanos, con sus cerebros, con su técnica y con su ciencia, pero
aspiraron a poseer la luna los cantantes españoles y su sublime poeta García
Lorca.
Entre las Canciones del
Consorcio, parece mentira que la Luna no se conmoviera ante el canto de sus
coplas. En su Luna enamorada, se le oye :”Dicen que tiene la luna-lunita clara,
lunera- amores con un gitano-que la
camela, que la camela. – y que con una guitarra- a la lunita jalea- y le canta
bulerías- y ella contesta por peteneras-Dicen que la luna tiene-amores con un
calé-y que toditas las noches-con el gitano se ve”.
Es más profundo el pensamiento
que se deduce de la Poesía del gran maestro GARCÍA LORCA, cuando narra y nos
hace soñar con la muerte de un gitanillo. Dice la poesía los siguientes versos:”
El jinete se acercaba-tocado el tambor del llano.-Dentro de la fragua el niño,-tiene
los ojos cerrados.” “Por el olivar venían, Bronce y sueño, los gitanos.- Las
cabezas levantadas-y los ojos entornados.- ¡Cómo canta la zumaya. Ay como canta
en el árbol!-Por el cielo va la luna-con el niño de la mano.- Dentro de la
fragua lloran, dando gritos los gitanos.-El aire la vela, vela.. El aire la
está velando”.
Los americanos se guiaron en su
viaje a la Luna, por la Ciencia,la disciplina y el dinero, en cambio los
españoles se guiaron hacia la Luna, con la poesía.
¡Españolito que al mundo vienes, te
guarde Dios, ¡que una de las dos Españas ha de helarte el corazón!.
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