José Romero el Sevillano, es andaluz puro, pues nació en la capital de Andalucía
que es Sevilla, que al que la conoce por primera vez, le parece una maravilla.
Efectivamente porque, como dice una milonga, que es auténticamente andaluza:”Sevilla
es la maravilla del salero y del amor. Quien hable mal de Sevilla, no tiene
perdón de Dios”. En esta maravillosa capital, vivió durante treinta años y en
ella le entró la ilusión de cantar flamenco en las Peñas que frecuentaba y en
las reuniones a las que asistía. En una de ellas, cantó: “A mí me llaman
ladrón, porque robé a un millonario. Hay quien le roba a un obrero y le llaman
Gran Señor”. Esta canción que le salía del corazón, le llevó a trasladarse a
Cataluña, a su capital Barcelona, donde lo mismo el señor que el obrero,
viniera de donde viniera, eran acogidos con justicia, si eran buenos trabajadores. José Romero, el Sevillano, sacaba de su pecho las canciones, unas de amor
y otras pidiendo justicia, pero de sus manos y de sus pies, salía el trabajo
mecánico dirigiendo una máquina excavadora. A base de ese trabajo, durante
largas horas, pudo sacar adelante a su familia, consistente en su esposa Isabel
y sus dos hijas María José e Isabelita. A ellas les siguen tres nietos, que son
bilingües, pues tienen un corazón andaluz y dos lenguas, una castellana y otra catalana.
Cataluña es un país abierto a
todos los españoles, que de la misma forma que hablan en catalán, lo hacen en
castellano, lengua que se extiende por el mundo. Casi todos los españoles hemos
conocido otras lenguas que no son castellanas, pero que el pueblo conservaba.
Entre éstas se encuentra la Fabla Aragonesa, que también se usó en Navarra, al
lado de las Cinco Villas de Aragón, donde se juntan el Javier navarro con los
cuarenta Javierres aragoneses entre pueblos y montes, donde se construyeron
hace muchos años “casas nuevas”, hoy casi desparecidas. En Valencia y en parte
de Teruel y de Zaragoza, se conoce el valenciano, pues en Valencia, se unieron
catalanes y aragoneses con conquistadores bearneses, que se entendían con los
valencianos con el occitano. Si bajamos a Murcia se encuentra una forma de
comunicarse distinta de las lenguas anteriores. Los andaluces también se
expresan en un castellano original y por Extremadura y Salamanca, se escucharon
poesías de Gabriel y Galán, que escribió en lenguas no castellanas, como El
Cristu benditu. Así se expresa en él: ¿Ondi jueron los tiempos aquellos,-que
pue que no güelvan, cuando yo juí persona leía- que jizu comedias-y aleluyas
tamen y cantaris – pa cantalos en una
vigüela?.
El catalán es quizá la lengua
española, que después del castellano, mejor se ha conservado, pero en Cataluña
se han creado problemas, cuando el castellano está ganando su uso en todo el
mundo. Como un detalle digo que hace unos días,
en Pamplona, en una iglesia se ordenaron a muchos jóvenes de todo el
mundo, de diáconos y a un filipino, que hablaba en castellano le pregunté el
camino, que llevaba el castellano en su tierra. Me contestó que todavía quedaba
su uso antiguo en ciertas comarcas, pero
que ahora estaba resucitando de nuevo. Yo creo que hay que cultivar el catalán,
pero no usarlo como un instrumento para
arrojar el castellano, que se está apoderando del mundo.
Al poeta andaluz, me gustaría
escucharlo hablar con el tono andaluz, con el catalán y recitar esos versos en
castellano que emocionan los corazones y casi los hace explotar, cuando lo oyes
cantar sus canciones.
Cuando levantaban en Siétamo la
granja de gallinas del difunto y gran persona, que fue Antonio Ribera, había
unos albañiles, que trajeron de Cataluña, que bromeaban entre ellos en lengua
catalana, pero luego, cuando hablaban conmigo, lo hacían en un perfecto
castellano. No habían nacido en Cataluña, pero eran unos perfectos señores
bilingües.
No puedo acabar este escrito, sin
recordar nuestra Fabla Aragonesa. Conocí a la poetisa de Echo, Rosario Ustáriz
y hoy he leído las palabras que pronunció María Martín el 24 de Noviembre de
2007. Así decía: “Filla (por simbiosis), de Roaslía Castro y Teresa de
Chesús,-enamorada de Bécker, - estudios de L,- chesa de pro,- poetisa en do bi-
n haya.-Nos dié, a miquetas,la suya alma;- y agora,s´en ye ida.
A mí me agradó escuchar a José
Romero, en castellano y en catalán, pero me consoló oir la poesía de la chesa
Rosario Ustáriz.
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