Julio Caro
Baroja en su obra “Las brujas y su mundo”, habla de la diversidad de formas,
que a lo largo de la historia, ha adoptado la brujería, entre las que figura la
brujería vasca a lo largo del siglo XVI
y “los grandes procesos inquisitoriales de comienzos del siglo XVII (como el de
las brujas de Zugarramurdi), ...de la persistencia en el sigo XX de ese género
de creencias dentro de sectores rurales colindantes con centros urbanos e
industriales altamente desarrollados”.
El, como conocía muy bien los problemas de su País Vasco, no hablaba
demasiado de la brujería en Aragón. Yo, sin haberme dedicado a investigar este
problema, he vivido en mi tierra asuntos
realmente de brujería, pero no hace falta haber vivido esos problemas, pues
basta mirar alguna revista o estudio, para encontrar afinidad entre lo
vasco y lo que ocurría en los pueblos
vasco-ibéricos que vivían en la provincia de Lérida y en la de Huesca.
En un artículo
del DIARIO DEL ALTO ARAGON del día diez
de Agosto de 2004, fiesta de San Lorenzo, la escritora Julia Emperador, dice:
“Empezamos a subir la suave y prolongada cuesta de Arratiecho...hacia la Caseta
de las Brujas...Cuentan que las brujas del valle de Tena fueron muy famosas y
en Búbal, en el Museo de Tradiciones existe una sala dedicada a ellas. Quizá en
este mismo paraje en medio de la naturaleza, se reunían las brujas del valle de
Trasmoz, que engañaron a la joven sobrina del cura y surcaban los cielos del
pueblo montadas en escobas o las brujas de Tamariz, llamadas Jina Bardaxí y
Margalida Escuer, que en combinación con
los demonios provocaban grandes tormentas, o las brujas de Tella se reunían y
organizaban grandes aquelarres. Todavía se conserva en esa localidad el museo
dedicado a la brujería”.
En cualquier
lugar de la provincia que uno pregunte, sale saturado de cuentos o historias de
brujas. En cierta ocasión, le pregunté a un barbastrense y me dijo que hubo una
¿bruja?, llamada Julieta, a la que venían a ver unas habitantes del planeta
Venus. En su juventud fue una mujer bella, teniendo relaciones con el conde de
R. y con el abuelo de una ilustre familia de Huesca. J. B., me contaba que en
Barbastro salió un escrito en el periódico, ya desaparecido Zimbel, allá por
los años ochenta y tres al ochenta y cinco. Por las noches llegaban a su casa,
varias mujeres en un aparato espacial, desde luego mejor que la simple escoba,
aparato que fue pintado en un dibujo para una revista por María Pilar
Chinestra. Las visitantes trataban de convencerla para que se marchara con
ellas. A mi amigo J. le decían: ”quieren que me vaya con ellas, pero yo no
quiero ir”.La transvección o desplazamiento
de las brujas, es tradición que lo hacían volando en escobas, palos o
palas y antes de la Edad Media se decía que lo hacían sobre carneros ,machos
cabríos, en bueyes, gatos o perros. Parecía razonable que las brujas se trasladaran ayudadas por los demonios como lo
hacían los ángeles y los santos en
virtud de la gracia del Señor.
Vestía en
Barbastro de “clochard” con su gabardina, sus botas y una boina negra. Era en
resumen una bruja pobre pero moderna,
aunque su historia interplanetaria ya se había dado muchas veces en dicha
historia. Yo creo que no era bruja, es decir que no tenía pactos con el diablo,
porque éste, cuando introducía a una mujer en la brujería, le daba un ungüento
volador y ella, negaba a sus amigas el
volar hacia el planeta Venus, que requería haber recibido del demonio ese ungüento,
a base de mantecas de niño, acónito,
belladona y cicuta. Estas drogas les daban alucinaciones, entre las que estaba
la de volar y flotar por el aire, ya que se sabe que algunas brujas que habían
declarado acudir volando a los aquelarres, se sabía que habían permanecido en
sus camas durante el tiempo que decían haber estado volando. Además copulaban
las brujas con el diablo y de Julieta no se sabe tal cosa, pues parece ser que
lo hacía con el conde y con el señor de Huesca y la Iglesia consideraba a la
mujer “moralmente débil y potencialmente pecaminosa”.
A sus diecinueve
años y en posesión de una gran belleza (murió a los ochenta y pico de años), se
bañaba desnuda en la Punta Flecha y en la Malinquera del río Vero, donde la
veía el padre de mi amigo J.,que fue un buen maestro.
En tiempos
pasados había mujeres dominadas por la diosa Diana y Julieta tal vez estaba
poseída por la diosa Venus. Poseído, poseso o endemoniado es un hombre o una
mujer, que se siente poseído por un
espíritu impuro, que le hace comportarse o decir las cosas, no como él
desearía, sino como ese espíritu desea. Pero yo creo que Julieta no llegó a
estar poseída por el demonio, sino sólo por el pecado y aún en este tema habría
que escuchar la opinión de San Miguel Arcángel de si hacia el amor por pecar o
solamente por amar. Los individuos preferidos por el demonio para
poseerlos eran los más inocentes de este
mundo, a saber los niños y las monjas,
porque los demonios encontraban más facilidad en influir sobre ellos. Se sabe
de monjas, unas en solitario y otras en grupo que influidas por algún sacerdote
infiel a Cristo caían víctimas de la posesión y a veces era alguna novicia, que
había sido introducida en el convento a la fuerza y que tenía grandes apetitos
sexuales. El demonio tenía y supongo que sigue teniéndolo, un gran interés por
poseer a las monjas de clausura, porque estas hacían y hacen una labor en el
mundo favorable al Bien, pues rezan, se sacrifican y compensan la labor nefanda
de una, diría yo, multitud de hombres y mujeres,
que no rezan ni se preocupan por sus almas, unos porque no quieren y otros
porque no pueden. Los demonios tratan de
sembrar el mal en el mundo y a veces parece que van a triunfar y es por eso por
lo que quisieran anular la labor de esas monjas.
El poder de las
brujas se basaba en la magia, que no necesita ayuda divina como el milagro y
vemos como las brujas la usaban para dar buena suerte, para alcanzar el amor,
para trasladarse volando, para curar a enfermos o para matar a personas, para
metamorfosearse convirtiéndose en perros, gatos u otra clase de animales. Y
estas costumbres siguen influyendo en la superstición y en el miedo a lo
desconocido y no es difícil encontrarse con casos de esta naturaleza.
¡Pobre Julieta!,
que vivió entre el bien y el mal y al hacerse vieja ,después de vivir entre el
bien y el mal, de ser una muchacha enamorada, estaba movida por un erotismo
exagerado para su edad. Ella era pobre y vendía periódicos, vivía en el hueco
de la escalera de Casa Argensola y soñaba con Venus. Era como se dice de las
brujas que además de ser viejas, feas, derrotadas y fracasadas, eran brujas o
se lo hacían ser por el desprecio y
falta de caridad de la gente. En el Mundo luchan el Bien contra el mal y
viceversa. El Bien está presidido por Dios y el mal por los demonios, que son
criaturas de Dios y que se sublevaron contra El. Dios es el Triunfante de esta
lucha, pero en las luchas hay gente que sufre y a Julieta le tocó sufrir y Dios
quiera que a última hora se arrepintiese porque ahora sería feliz. Tal vez no
tuviera culpa por haber lavado su cerebro con hierbas, que tan bien conocían
las brujas al ir a buscar alimento por el monte, donde encontraban también
cualidades nocivas como estupefacientes peligrosos. Con algunas aumentaban el
deseo sexual y en otros conseguían la impotencia. Así como los cristianos
utilizaban la oración, que en ocasiones daba origen a algún milagro, las brujas
empleaban la magia
Todavía se
venden libros como el de San Cipriano, que tratan de brujería y que fue el que
quería quemar en el hogar aquel vecino de Siétamo(Huesca), pero no pudo porque
se le escapaba por la chimenea.
Hace unos días
estuve en el viejo Seminario de Huesca y se conservaba en una pared un cuadro
en el que había una cruz y debajo ponía: In hoc signum vinces, con este signo
vencerás.
Hablan los
libros de la metamórfosis, magia por la cual las brujas se podían transformar
en animales y dicen que esta fue una forma de magia de las religiones
primitivas. Shakespeare dice en su obra el “Sueño de una noche de verano”:
”Unas veces seré caballo, otras sabueso, cerdo, oso sin cabeza”.Todo el mundo
creía que las brujas podían convertirse en
pájaros, y en culebras, en sapos, comadrejas y perros y gatos.
En la Historia
de la Brujería de Frank Donovan pone lo siguiente. “Se ha visto a mujeres
adoptar formas de gatos, los cuales han sido heridos por quienes los vigilaban
secretamente, y al día siguiente las mujeres mostraban heridas y miembros de
menos”.y es curioso como en el Alto Aragón, existían toda clase de brujerías,
porque aquí parece que tenemos vergüenza de figurar en la historia de la
humanidad, pero al leer este pasaje, me acordé del caso que ocurrió en Siétamo
después de la Guerra civil y que todavía hoy, recuerda y comenta la gente. En
casa de la señora Polonia decían que había una bruja, que asustaba a los que
iban a ayudar a la citada señora, pero tenían que marchar horrorizados por el
miedo que les producían esos ruidos que hacía sonar la bruja .Entre otros
acudieron mi padre y el practicante señor Jorge y mi padre me afirmó que ellos
no se habían dado cuenta de nada.
Y llegó el fin,
cuando el mozo más valiente de Siétamo, que había sufrido mucho para la Guerra
Civil, vio un gato en la escalera, se sacó el cinturón de gran hebilla que
llevaba puesto y golpeó con dicha hebilla al gato en la cabeza. El gato
entonces le gritó: pégame más, porque si lo mataba quedaba libre el gato de la
posesión que lo esclavizaba y pasaba a ser poseso el que lo matara. El Tuerto
no quiso darle más y al día siguiente
apareció el cura del pueblo con la cabeza vendada. La gente del pueblo creía
que era el cura el causante del embrujamiento, pero no fue así, porque el
Tuerto tenía cualidades de brujo y se supone que lo que quería era desacreditar
a la Iglesia.
El Tuerto
efectivamente parece ser que tenía algo de brujo, porque en cierta ocasión en
que asistía a un velatorio, en Siétamo, inició la conversación sobre brujas. A
una hermana de la señora Joaquina le molestaba sostener una conversación de tal
carácter en un velatorio y le dijo, que por favor, que callara y entonces el
Tuerto se enfadó y le gritó: “te voy a hacer bailar sola en la Plaza Mayor”.
En mi libro
Retablo del Alto Aragón y en la página cuatrocientos cuarenta y tres, narro la
aventura de un cazador que sorprendió a una bruja, que se había transformado en
gato, para acudir a Velillas a maldecir a una mujer preñada para darle el “mal
dau”,con el fin de que muriera su futuro hijo.
En la página
cuatrocientos cuarenta y dos y en mi conferencia sobre Encantos, desencantos y
encantamientos, escribo: ”Un cazador de Sieso(Huesca) caminaba por el monte,
pero aquel día en lugar de ver perdices, conejos o liebres, fue algo insólito
lo que divisaron sus ojos: sobre una piedra que marcaba la divisoria entre dos
campos se encontraba toda la ropa que una mujer de principios de siglo
necesitaba para encontrarse bien arropada. Por su mente pasó el leve encanto de
la posibilidad de ver un bello cuerpo de mujer, ocasión tan difícil en unos
tiempos en que el sol no era buscado para broncear los cuerpos, sino rechazado
por las mujeres, que tenían a gala para su piel, conservarla blanca como la
leche. Pasó también por su imaginación la sospecha de un crimen ritual, pero no
descubrió señales de sangre en las ropas de víctima.
Optó el cazador
por esconderse en una espesa mata de carrascas y esperar a la mujer, que
necesariamente tenía que llegar a vestirse. Aso obtendría, por un lado, el
placer de contemplar lo que nunca había visto y, lo que era más importante
entre los habitantes de los pueblos, saber quien era la descocada, para correr
a contárselo a sus convecinos. No es esta última apreciación peyorativa o una
ceremonia dirigida a los pueblerinos, pues hoy día conozco a caballeros
ciudadanos y modernos, que dicen: ¿ de qué me sirve yacer con la señora
marquesa, si no se enteran todos que he yacido con la señora marquesa?. Pero
volvamos al caso que nos ocupa; el hombre seguía esperando y estrujando su
sesera, pensó en que tal vez las brujas anduviesen por medio”. Y efectivamente,
apareció una bruja, como esas que dicen que también andaban por Almudévar. El
cazador había puesto una medalla con una cruz, encima de las ropas de la bruja
y la obligó a volver a Velillas, para que no muriera el niño al que quería
matar.
Así sigue
ocurriendo en este mundo, en que siguen luchando el bien y el mal.
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