Antonié nació encima de la Sierra
de Guara, pero ya con muy pocos años, bajó
al Somontano de la Provincia de Huesca, y fue hermano de cinco o seis
chicos y dos chicas. El pueblo muy pequeño, por sus escasos habitantes, se
quedó sin ninguno, al marcharse él con su familia al Somontano de Huesca. Pero
sin embargo su familia conservó aquellas fincas quebradas en aquellas sierras,
que se extienden por encima de los Montes de Guara. Yo conocía a su padre, que
Dios trajo al mundo y en aquellos terrenos quebrados, con escasas labores
agrícolas y con abundantes cruces de ganado bovino, con vara en la mano,
vigilaba las vacas, los escasos machos y los terneros, que corrían por aquellos
montes, buscando algún prado de hierba más o menos verde, para alimentarse.
Ya está despoblada la comarca que
habitaba la familia de Antonié, pero todavía, en el tiempo veraniego, conservan
numerosas reses vacunas, desplazadas por el monte de aquel antiguo pueblo.
Aquella zona, se opuso en tiempos
del Emperador Carlomagno, a que éste gobernara la ciudad de Zaragoza y desde la Guerra Civil, los altoaragoneses,
se fueron a Zaragoza y sobre todo a Cataluña. Parece que la Historia ha hecho
que Aragón quedara detenido en el progreso. Pues los Reyes de España, Alfonso
XII y Alfonso XIII, se preocuparon por que Aragón quedara comunicado por el
Ferrocarril, que entraría por CANFRAC y llegaría de momento a Zaragoza. Si se
hubiera cumplido el deseo de los aragoneses, desde Zaragoza, quedaría España
comunicada con Europa e incluso, tal vez,
con Marruecos.
¡Qué vergüenza que España quedara
comunicada con Europa a través de dos Regiones Nacionalistas, a saber las
Vascongadas y Cataluña!. Entre tanto Aragón se ha ido despoblando y a algunos
les parece que no existe.
El padre de mi amigo Antonié,
también buscó otras tierras más cercanas al progreso, dejó fincas a algunos hijos y
buscó un porvenir para sus otros hijos e hijas.
A Antonié, que tiene un temperamento aragonés
noble e ingenuo, lo llevó a una Casa de Formación, donde vivía en la inocencia
más pura de una vida humana.
En la casa de formación estudió
cuatro años de bachillerato y cuando ya no pudo seguir estudiando en aquel
Centro, entre buenas gentes, se marchó completamente inocente de sus penas, a
su casa, con su padre y con su madre.
Cuando se hizo agricultor, no abandonó el
cultivo de los estudios de Agricultura e hizo Cursos de Capacitación Agraria,
de Cultivos de Plantas y cuidados Fitosanitarios, a los que añadió la
devolución de los certificados que recibió en sus estudios de formación, que él quiso
perderlos, pero su madre le hizo recuperar.
Se casó en una Villa del Alto
Aragón y su esposa lo animó siempre en su amor a la Tierra, que cultivó con un
ardiente deseo de trabajarla.
Pero no sólo la trabajó, sino qué
considerándola la base de la alimentación de la Humanidad, colaboró en la
formación de una Cooperativa Agrícola, en la que está entusiasmado. A La
Cooperativa Agrícola, la ha considerado como el Cuerpo de
la Humanidad y su existencia el Espíritu de la Agricultura.
Yo no sé qué se
hayan iniciado en los Monegros aragoneses, ideas para unirse al ideario catalán, para poder cobrar
cantidades más fuertes, por los productos que se obtienen en dichos Monegros, pero “uno de los que con nosotros estaban
hablando, influido por el ambiente político de Cataluña, sentía un atractivo
por incorporar Los Monegros a su independencia, influidos, por los escasos intereses que tenía el
aprovechamiento de sus productos, pues creían que entrando en esa independencia,
subiría el precio de los productos agrarios”. Con estas ideas de muchos
agricultores, se ve la vergüenza de que se cobren las Contribuciones de los
precios de los productos agrícolas más elevadas, de todas las Contribuciones,
que se cobran en ESPAÑA.
Pero cuando hablé con Antonié de
este problema, me dijo que había que buscar soluciones por parte de Aragón,
para bajar el precio de la Contribución, porque él, a pesar de los castigos no
debidos a diversos sistemas políticos, no quería que Aragón estuviera “explotado con Contribuciones exageradas”.
Pero Antonié jamás quiso asociarse a los independistas catalanes, ni por la
contribución ni por la oposición catalana a realizar el Ferrocarril que uniría
Francia o sea Europa, con todo el resto de España.
Antonier unido conmigo exclamó:
“Aragón y el Pirineo francés, no deben alejarse de aquel atractivo que gozaron
uno con otro, a través de los siglos y menos ahora, que ambos están unidos por
los tratados de la Unión Europea, pues romperían una ligación de siglos”.
Hay que recordar que el
Ferrocarril del Canfranc, ya hace multitud de años que se pensaba bajar desde
Francia a Zaragoza, para unirlo con España.
Antonier es un
pensador, pero sobre todo ama el trabajo de labrar la tierra con su tractor y
allí, en el campo está todo el día, rompiendo la tierra, al mismo tiempo que
piensa en los problemas religiosos, económicos, humanos, que en su cerebro crea
el progreso de la Coperativa y mira la vida, que siempre ha creado problemas al
hombre.
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