miércoles, 9 de mayo de 2018

Antonio, el sufridor de las órdenes de los superiores



Antonié nació encima de la Sierra de Guara, pero ya con muy pocos años, bajó   al Somontano de la Provincia de Huesca, y fue hermano de cinco o seis chicos y dos chicas. El pueblo muy pequeño, por sus escasos habitantes, se quedó sin ninguno, al marcharse él con su familia al Somontano de Huesca. Pero sin embargo su familia conservó aquellas fincas quebradas en aquellas sierras, que se extienden por encima de los Montes de Guara. Yo conocía a su padre, que Dios trajo al mundo y en aquellos terrenos quebrados, con escasas labores agrícolas y con abundantes cruces de ganado bovino, con vara en la mano, vigilaba las vacas, los escasos machos y los terneros, que corrían por aquellos montes, buscando algún prado de hierba más o menos verde, para alimentarse.
Ya está despoblada la comarca que habitaba la familia de Antonié, pero todavía, en el tiempo veraniego, conservan numerosas reses vacunas, desplazadas por el monte de aquel antiguo pueblo.
Aquella zona, se opuso en tiempos del Emperador Carlomagno, a que éste gobernara la ciudad de Zaragoza  y desde la Guerra Civil, los altoaragoneses, se fueron a Zaragoza y sobre todo a Cataluña. Parece que la Historia ha hecho que Aragón quedara detenido en el progreso. Pues los Reyes de España, Alfonso XII y Alfonso XIII, se preocuparon por que Aragón quedara comunicado por el Ferrocarril, que entraría por CANFRAC y llegaría de momento a Zaragoza. Si se hubiera cumplido el deseo de los aragoneses, desde Zaragoza, quedaría España comunicada con Europa e incluso, tal  vez,  con Marruecos.
¡Qué vergüenza que España quedara comunicada con Europa a través de dos Regiones Nacionalistas, a saber las Vascongadas y Cataluña!. Entre tanto Aragón se ha ido despoblando y a algunos les parece que no existe. 
El padre de mi amigo Antonié, también buscó otras tierras más cercanas al progreso, dejó fincas a  algunos  hijos  y buscó un porvenir para sus otros hijos e hijas.
A  Antonié, que tiene un temperamento aragonés noble e ingenuo, lo llevó a una Casa de Formación, donde vivía en la inocencia más pura de una vida humana. 

En la casa de formación estudió cuatro años de bachillerato y cuando ya no pudo seguir estudiando en aquel Centro, entre buenas gentes, se marchó completamente inocente de sus penas, a su casa, con su padre y con su madre.


 Cuando se hizo agricultor, no abandonó el cultivo de los estudios de Agricultura e hizo Cursos de Capacitación Agraria, de Cultivos de Plantas y cuidados Fitosanitarios, a los que añadió la devolución de los certificados que recibió en sus estudios de formación, que él quiso perderlos, pero su madre le hizo recuperar.
Se casó en una Villa del Alto Aragón y su esposa lo animó siempre en su amor a la Tierra, que cultivó   con un ardiente deseo de trabajarla.
Pero no sólo la trabajó, sino qué considerándola la base de la alimentación de la Humanidad, colaboró en la formación de una Cooperativa Agrícola, en la que está entusiasmado. A La Cooperativa   Agrícola, la ha considerado como el Cuerpo de la Humanidad y su existencia el Espíritu de la Agricultura.
Yo no sé  qué  se hayan iniciado en los Monegros aragoneses, ideas para  unirse al ideario catalán, para poder cobrar cantidades más fuertes, por los productos que se obtienen en dichos  Monegros,  pero “uno de los que con nosotros estaban hablando, influido por el ambiente político de Cataluña, sentía un atractivo por incorporar Los Monegros a su independencia,  influidos,  por los escasos intereses que tenía el aprovechamiento de sus productos, pues creían que entrando en esa independencia, subiría el precio de los productos agrarios”. Con estas ideas de muchos agricultores, se ve la vergüenza de que se cobren las Contribuciones de los precios de los productos agrícolas más elevadas, de todas las Contribuciones, que se cobran en ESPAÑA.
Pero cuando hablé con Antonié de este problema, me dijo que había que buscar soluciones por parte de Aragón, para bajar el precio de la Contribución, porque él, a pesar de los castigos no debidos a diversos sistemas políticos, no quería que Aragón  estuviera  “explotado con Contribuciones exageradas”. Pero Antonié jamás quiso asociarse a los independistas catalanes, ni por la contribución ni por la oposición catalana a realizar el Ferrocarril que uniría Francia o sea Europa, con todo el resto de España.
Antonier unido conmigo exclamó: “Aragón y el Pirineo francés, no deben alejarse de aquel atractivo que gozaron uno con otro, a través de los siglos y menos ahora, que ambos están unidos por los tratados de la Unión Europea, pues romperían una ligación de siglos”.
Hay que recordar que el Ferrocarril del Canfranc, ya hace multitud de años que se pensaba bajar desde Francia a Zaragoza, para unirlo con España.
Antonier es un pensador, pero sobre todo ama el trabajo de labrar la tierra con su tractor y allí, en el campo está todo el día, rompiendo la tierra, al mismo tiempo que piensa en los problemas religiosos, económicos, humanos, que en su cerebro crea el progreso de la Coperativa y mira la vida, que siempre ha creado problemas al hombre.

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