sábado, 5 de mayo de 2018

Teresa Llanas Vazquez



“Sólo las cosas grandes y dignas de memoria, se acostumbran a escribir”, exclamó el angélico Doctor Santo Tomás de Aquino. Y al leer esta frase del sabio Doctor, me he recordado no sólo de “cosas grandes de memoria”, como las Catedrales, que te hacen mirar hacia arriba, sino los aviones que también te hacen mirar a las alturas y los ferrocarriles que te hacen correr las montañas  pirenáicas  y  las llanuras de los Monegros. Antes eran estos ideales los que hacían felices a los hombres y mujeres en este Mundo, pero ya no se acordaron los hombres y mujeres que nacieron con daño en su cerebro. Pero ha llegado al Mundo ese amor de hombres y de mujeres, que con espíritu científico y con su corazón humano, se vieron inquietos con los niños que nacían con daños cerebrales e investigaron sobre ellos. Llegaron a asociarse y a fundar organismos que combatieran esos daños. Entre ellos se fundaron varios organismos que quisieron hacer felices a aquellos niños y niñas, que se veían abandonados por la Ciencia y entre otras organizaciones, Teresa se ha visto asistida por ASPACE, que ayuda a muchos otros compañeros con dolores humanos, que se han visto ayudadas por ASPACE como organización, que se preocupa por las partes humanas, que habían quedado abandonadas por la sociedad de los hombres.

¡Cuantos años han pasado por la vida humana, para que los hombres con cerebro y corazón, convirtiesen a los que tienen alguna parálisis cerebral, en hombres y  mujeres  felices!.

En Huesca algún Doctor amante de la Humanidad, fundó la Asociación ASPACE y allí fue acogida Teresa, que ha demostrado ser feliz en esa misión de vivir feliz con paralíticos cerebrales. Porque ella perdió facultades para realizar los movimientos de su organismo, pero su inteligencia es un regalo divino, que ella está mostrando día tras día.
Algún día que se visita su casa de salud, se contempla a los que asisten a su cuidado y enseñanza y se queda uno admirado al ver como crean flores artificiales, que forman ramilletes de flores, que alegran los corazones. Allí conviven llenos de alegría todos y todas los que asisten a esa labor tan poética y tan caritativa de la asociación de ASPACE.
Pero no sólo trabajan en sus aulas, sino que unos días ves al grupo de inscritos  en  Aspace, por el Parque de Huesca; otras te los encuentras en los pueblos de la provincia de Huesca y en que parece que se sienten felices, porque han visitado los árboles, que desde el lugar que ocupan en la Naturaleza, no pueden desplazarse.
Pero la gran fiesta de estos jóvenes consiste en la Carrera Solidaria por ASPACE. Tiene un doble fin, uno la diversión de los que sufren su parálisis y otro el de recaudar dinero los que dirigen esa organización tan amante de los que  sufren,  para conseguir que sean felices sus vidas.
Cada año se organiza una Carrera Solidaria por ASPACE, a la que asisten los que sufren de parálisis, muchos de ellos, sentados en sus sillas rodantes por la carretera de Zaragoza. Mi sobrina Teresa participa todos los años en ella y el que empuja su silla rodante es mi hijo IGNACIO, que con gran entusiasmo empuja la silla  de  Teresa, con lo que ha conseguido que durante varios años, triunfara en la carrera solidaria de ASPACE.
Pero no sólo TERESA se dedica a asistir a ASPACE, sino que en el verano, acudía con su madre  MARíA  ANTONIA, a ZAHARA de los  ATUNES, donde goza de las olas del Océano Atlántico. Ahora, en tierras andaluzas lleva ya dos años sin la compañía de su madre, porque tiene ya noventa y seis años de edad. Pero la acompaña la rumana ELENA, que es una mujer europea oriental, de origen latino, que se ama mutuamente con Teresa en ZAHARA de los ATUNES
En aquel pueblo de ZAHARA de los ATUNES, sigue gozando del humor que goza en Huesca con las flores que fabrica, para las personas que las visitan.
MARÍA ANTONIA tiene en ZAHARA de los ATUNES una amiga gitana y ésta llevaba a Teresa a los bailes gitanos, que si en nuestra tierra gozan de gran alegría, en ZAHARA de los ATUNES,  a  pesar de su debilidad, gozaba del baile entre los gitanos y era feliz.
MARÍA ANTONIA. La madre de TERESA, al dar a luz a su hija, dijo que vivirían juntas muchos años y así está ocurriendo ahora, en medio de la alegría que a ambas las rodea. 

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