jueves, 22 de julio de 2021

El Cernícalo

 

                                     Cernícalo en el leñero del corral de casa Almudévar.

Un día del mes de Julio, mi amigo Santiago, casado con mi hija Elena, me avisó que un ave de rapiña, estaba posado en las viejas piedras del “leñero” del corral de mi casa. Me avisó de su presencia en los arcos de piedra del corral y pude contemplarlo viviendo un espacio de descanso de su vida de caza de distintos pájaros y ratas o ratones.

Se trata de un ave rapaz de presa que busca lugares para posarse, sobre los cuales pueda observar el ambiente, con su mirada puesta en el objetivo o también pude  observar, una labor parecida a un helicóptero, con su mirada puesta en la presa, con sus alas desplegadas y con las alas batiéndolas continuamente, mirando la presa posible de captar, y sin avanzar en la ruta del aire. Esta pequeña ave rapaz diurna, también se conoce como “cernícalo real”. Tiene el tipo de los halcones de largas alas acabadas en punta y con su cola larga y estrecha. Su tamaño es de unos treinta y seis a ocho centímetros de longitud y cuando está volando, tiene un tamaño de 65 a 82 centímetros de amplitud de sus alas. Su peso es el de alrededor de unos 155 gramos. Su color es el de un color rojo óxido con pequeñas motas negras y su pecho y vientre son más claros con finas motas oscuras.

La hembra tiene el color más oscuro, con barras curvas en su dorso y en su cola, siendo su peso superior al del macho. El macho muestra su cabeza de un color gris azulado, acompañada por una bigotera oscura y todo su cuerpo es de un color óxido acompañado por manchas negras.

Hace paradas de descanso en las oquedades de las rocas y de los edificios viejos, como la antigua leñera del corral de casa Almudévar. Mi yerno Santiago con su curiosidad examinando el ambiente del viejo corral de casa Almudévar, observó un cernícalo, que descansaba a la sombra de un arco de piedra y me llamó para que lo observara. Yo acudí rápidamente al balcón y observé la noble figura de la pequeña ave de rapiña. Entonces, él conocedor de la zoología de nuestra tierra, me explicó el nombre y costumbres de esta “noble” ave de rapiña. Me dijo como esta ave descansaba en el antiguo “leñacero” de mi casa y yo me sentí orgulloso de su presencia, que supongo sería ya la “milésima” vez que participaba en los descansos nocturnos de esta ave de aspecto noble, en el corral de mi casa. Es que esta ave anida en cualquier terreno que no se encuentre en terrenos de bosques espesos y en páramos, aunque yo lo he conocido anidando en lugares en los que no se encuentran lugares de bosques cerrados y espesos.  El nido que preparan cada año la pareja de cernícalos vulgares es a veces, en ocasiones el nido en otro tiempo de cornejas o urracas o en un agujero de la pared de un  muro, como el que hacen en ocasiones los cernícalos.

Empieza el celo del cernícalo, haciendo el macho exhibiciones, unas veces volando de un sitio a otro, o picando sus alas replegadas. Este baile volante es la preparación de un apareamiento en una rama, próxima a su nido. Los primeros que ponen huevos lo hacen  al principio de Abril, pero la mayor parte de ellos los ponen en Mayo. Ponen unos tres o seis huevos que incuba de 26 a 31 días y el macho entre tanto alimenta a las crías. Al principio de su vida están cubiertos por plumón blanco. Cuando los pollitos crecen, su madre también sale a buscarles alimentos.

A sus treinta días de vida les va creciendo el parecido a su madre y se escapan del nido, siguiendo a sus padres para que les alimente todavía.

Estas aves a veces permanecen estacionadas en el aire como los helicópteros, igual que si tuvieran capacidad de esperar captar otra presa. Este estacionamiento nos recuerda su capacidad de estar parado en el aire, para esperar otra presa. Cuando observa una presa se lanza en picado sobre ella, con sus alas recogidas y cuando alcanzan su víctima a la que mata con un picotazo sobre su nuca.  

Utilizan como víctimas roedores, pequeños mamíferos, lagartos, aves jóvenes y ranas. Cuando canta emite un Ki-ki-ki agudo.

Santiago y yo nos sentimos sorprendidos de alegría al verlo , por las mañanas, en la pared de la iglesia parroquial de Siétamo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El Paseo de la Alameda, hace ya muchos años

  Por el sol saliente rodea a Huesca la Isuela, nombre de un río con reminiscencias ibéricas, hoy el río pudiera ser llamado la cloaca, que ...