martes, 28 de febrero de 2023

Neptuno.-

 


Me asomo, una obscura noche, por la ventana que mira al Oriente y como presidiendo el cielo, luce inamovible la luz del planeta Neptuno, en tanto a su alrededor brillan titilando las múltiples luces de numerosas estrellas. Cada estrella luce por sí misma, es decir por el fuego que constantemente arde en su estructura, pero la luz del planeta Neptuno no es propia de tal planeta sino que la reenvía a los ojos de los hombres que la miramos, porqué la recibe del sol y por eso no tiembla como la luz de las estrellas. Así como la Tierra tiene por satélite a la Luna, a  Neptuno lo acompañan dos, que son Tritón y Nereo. No creo, por tanto que se  aburra con tal compañía, pero debe de resultar monótono, al menos lo resultaría para los hombres, ese continuo girar alrededor del Sol.  Ese constante movimiento giratorio de Neptuno, lo haría huir de su continua evolución alrededor del Sol, pero éste  con su fuerza de atracción, se lo impide. Pero el Sistema Planetario que está presidido por el Sol,  y por los planetas que giran a su alrededor,  como nuestra Tierra y  Neptuno, es una galaxia más entre los miles de ellas, que se alejan rápidamente unas de otras. A esta teoría de la expansión, se opone otra que llaman de la refracción, que dice que  antes o después, vendrá una desaparición de Galaxias, cuya  materia irá desapareciendo por los “agujeros negros”.

Cuando hablamos de temas tan grandiosos sobre las Galaxias, en que, por ejemplo, la distancia mínima entre la Tierra y Marte es de cuarenta y ocho millones de kilómetros, se preguntan algunos: ¿ por qué nos importa tanto el viajar a Marte, entre otros muchos, si nosotros no hemos de vivir más de cuatro días?.

Y sin embargo, otros piensan que el hombre, con su cerebro inteligente, está creado por Dios para formar parte de la Creación y siente la necesidad de explorar sus caminos. Ya ha empezado a seguirlos,  por ejemplo, al subir a la Luna.

En un momento de meditación, he visto una imagen de la Virgen, pintada por Murillo y me ha llamado la atención el ver como se apoya su espíritu en la materia de un tajo de la Luna. De esa visión deduje que  esa inquietud de cada individuo por estudiar los caminos de las Galaxias, no está impulsada sólo para su beneficio, sino para el de toda la Humanidad. Parece que el Espíritu Santo está en contacto con el hombre,  pues hay una oración, que dice: ”Envía,  Señor tu Espíritu y todas las cosas serán creadas y renovarás la faz de la Tierra”.

Ahora parece que la humanidad está de acuerdo en subir al Planeta Marte, donde parece que hay vida. Y esta vida es lo que más debe preocupar a los hombres. Hay personas, que tienen una gran inteligencia y que ¡ojalá! vean subir o tal vez  suban ellos mismos a Marte, porque siempre se han preocupado por el pan, el trabajo y la cultura del pueblo

Ahora ven que igual que puede retroceder el mundo de las Galaxias, está retrocediendo el mundo de la economía y el del trabajo. Del  retroceso galáctico sería el Señor el causante, pero del nuestro, somos nosotros mismos.

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