sábado, 5 de agosto de 2023

El laurel o laurelero y San Lorenzo “Publicado en el Heraldo de Aragon el 12 de junio 2001”

 




Al árbol mediterráneo que tiene un hermoso nombre, aquí en Huesca lo llamamos laurelero y lo usamos con mucha frecuencia como condimento o especia en numerosos guisos e incluso en los “mondongos”, donde preparamos embutidos al matar el cerdo, pero también se emplea en otras ocasiones como planta decorativa, como he podido experimentar en el pueblo de Coscullano.

Cuando preparan el Monumento para el Jueves Santo, arreglan unos arcos con ramas de laurel y de “alborcera”, colgando en sus ramas huevos de gallina, a la que por un pequeño agujero, les han vaciado de su clara y de su yema. Este árbol no es de un tamaño enorme, pues más bien no se hace muy grueso ni muy alto, echando brotes por sus raíces, que lo  hacen rico en hermanos laurelianos y produce en primavera unos ramilletes de flores, unas masculinas y otras femeninas, que se convierten en unos pequeños frutos secos de color negro y se suele cultivar en nuestros jardines y huertos.

En uno de ellos que se encuentra en Siétamo, hay un laurel, del que yo me acuerdo desde que tuve uso de razón, arrimado a la pared de dicho huerto, para evitar que sufriera, los nefastos efectos de las heladas.

Todo el mundo se acercaba a él, bien para coger alguna pequeña rama o simplemente algunas de sus hojas bienolientes.

En Coscullano, como he dicho, usaban el laurel como adorno y no hacían con dicha costumbre más que seguir, las de nuestros antepasados clásicos, que las utilizaban como símbolo del Arte, por ejemplo, cuando con él hacían una corona y se la colocaban  sobre la cabeza a un poeta; soñaban los artistas y los guerreros con recibir algún ramo o corona de laurel, como premio a sus obras y a sus hazañas.

No pensaban solamente en el árbol mediterráneo, como producto aromático ,condimento o medicina.

Quevedo en una letrilla lírica dice “Flor que cantas, flor que vuelas y tienes como facistol el laurel”. Y Rubén Darío en las Letanías de nuestro Señor Don Quijote, exclama:”Ruega por nosotros, que necesitamos-las mágicas rosas, los sublimes ramos- de laurel”. Hace unos pocos días, vi por el Parque  a una señora que llevaba entre sus dedos y envuelta la parte del ramo que esos habían de coger, con un papel blanco, unas hojas de laurel. Le pregunté que para que llevaba ese ramo y me contestó que una amiga suya, le encargó que le trajera de su huerto unos laureles, porque los quería utilizar para sus hijas, que se iban a examinar y darles suerte y ayuda en los exámenes.

Me añadió que se cogen tres hojas y cada una de ellas se mete dentro del libro de la asignatura de que se van a examinar sus hijas, y el día del examen se coloca una de ellas a dos dedos debajo del ombligo o melico oscense, sujeta con esparadrapo.

 Una vez en el examen, si su hija tiene alguna duda se lleva la mano al lugar donde se encuentra el laurel, respira hondo, lo que la llena de inspiración.

“Que amor a la naturaleza tiene nuestro pueblo y con que sigilo lo emplean cuando hace falta”.

Nuestro santo patrón San Lorenzo o Laurencio, tan dotado de laureles en sus estatua, como la que les sale en la procesión en sus fiestas y en su propio nombre, inspira a sus devotos y uno si no se explica como los que vendieron la finca donde se encuentra la ermita de Jara, no se inspiraron en los laureles del Santo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El Señor Don Alfonso, del Castillo de San Román de Morrano

San Román de Morrano (Huesca) Es un auténtico Señor, no sólo por haber nacido en el Castillo de su familia, situado en San Román de Morrano,...