martes, 13 de febrero de 2024

Desde Baco a San Vicente.-



En el Centro Cultural de Ibercaja, la historiadora del arte Antonia Buisán Chaves,  “quiso fer una prosa en román paladino, en la cual suele el pueblo fablar a su vecino”, y efectivamente consiguió, como Gonzalo de Berceo, exponer a los oscenses, la belleza universal del vino. Gonzalo de Berceo, el primer poeta o “mester de clerecía” de la lengua castellana, al final de su prosa versificada, calificó su obra diciendo de ella: “bien valdrá, como creo, un vaso de buen vino”. Pero la profesora Antonia Buisán coincidía con Gonzalo de Berceo en su amor a San Lorenzo, porque el “mester” escribió “El Martirio de San Lorenzo”, en tanto que ella,  al hablar de las fiestas de fama universal, como las de San Fermín de Pamplona, exclamó sonriendo: “y sobre todo las fiesas de San Lorenzo en Huesca”. Y si Gonzalo de Berceo invitó a sus lectores a probar un vaso de buen vino, al final de la conferencia, la entidad organizadora de la misma, unida a la profesora, nos invitó a tomar un “vaso de buen vino”, vino oscense, que recreaba nuestros paladares y refrescaba nuestros espíritus.

El día veintidos de Enero es la fiesta del oscense San Vicente y la conferenciante nos ha hecho abrir los ojos,  para darnos cuenta de la maravillosa participación, que este santo ha tenido en la historia del vino. A este santo lo representan en España, unas veces con una rueda de molino, que le ataron para echarlo al mar, otras con el potro de madera en que lo sometieron al destrozo de su cuerpo,  pero casi nunca,  excepto en una iglesia de Teruel, lo han representado al lado de hermosas parras, cargadas de uvas. Pero en la pantalla de la sala de conferencias, empezaron a surgir cuadros franceses y alemanes, alegres figuras de San Vicente, unas veces cosechando uva y otras aplastándola, para obtener vino; en otras ocasiones salían procesiones del santo con múltiples tallas de madera y multitud de asistentes las acompañaban.

Nos fue exponiendo Antonia la historia del vino, que me recuerda “La Ciudad de Dios “ de San Agustín. En cuadros clásicos aparece el dios Baco, acompañado por unos hombres embriagados, como se ve en el cuadro “Los borrachos” de Velásquez, pero el vicio de beber abusivamente el vino,  no pertenece a la Naturaleza, sino que es contra ella, de cuya falta no es causante el Creador,  sino la voluntad de los hombres. En la Ciudad de Dios, todos los hombres y mujeres estaremos de acuerdo con Ël y en la Ciudad del Mundo, como somos seres libres, unas veces beberemos el vino con moderación e incluso, convertido  en la sangre de Cristo y otras, por nuestra voluntad nos emborracharemos y abusaremos del vino, como se ve en las blancas camisas con pañuelo verde, que llevan los oscenses para San Lorenzo, totalmente coloreadas de vino tinto. Otras veces se unen multitud de jóvenes, que libres de voluntad, beben y beben botellones de vino y de licores. Dice San Agustín: ”Sin embargo en vosotros tuvo más poder la seducción impía de los demonios que las advertencias de los hombres precavidos…Quería manteneros el célebre Escipión en el temor al enemigo para que no os deslizarais hacia la molicie; y vosotros, ni hechos trizas por el enemigo le habéis puesto freno a esa noche”.

Pero ahora,  que con esta conferencia, nos hemos enterado los oscenses del gran papel, que nuestro paisano San Vicente, ha realizado en la historia del vino, unámonos a él y en la vida de nuestra ciudad del mundo, es decir en Huesca, comamos y bebamos, con moderación, que nos bendecirá y hará que seamos felices en este mundo y en el otro.

¡El día de San Vicente, le pediré que bendiga los vasos de vino moderados que en su honor , nos beberemos!

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