Nocito es un pueblo montañés,
cercano a Huesca, pero sin embargo muy alejado de la misma, cuando en viejos
tiempos, estaban unidos por la Vía, que pasaba por Santolaria, desde cuya torre
se veían, más tarde Huesca, Montearagón y el Pueyo de Barbastro. Por ella se
comunicaba Huesca con Francia, pasando por Sabiñánigo, con sus iglesias según
Don Antonio Durán Gudiol mozárabe y prerrománico, según otros. La más
meridional ofrece todavía a los ojos del que se atreve a pasar por dicha Vía,
sus ruinas, es decir las ruinas de Nuestra Señora de Sescún, cuya veneración se
ha bajado hasta el pueblo de Santolaria. Por esa Vía pasaban hacia el Sur las
ovejas, que en el invierno iban a pastar al Somontano o a la Tierra Baja, y
volvían al llegar la primavera hacia la Montaña. Bajaban los montañeses a
buscar el aceite y el vino que habían de consumir en sus pueblos nobles de
tejas de piedra y llevaban a vender las patatas, que producían en sus tierras
para que consumieran los habitantes del Llano.
Pero, ahora,
esas vías y caminos, se hacen largos, llenos como están de baches y de grava,
pero aún así suben muchos a practicar el turismo y a hacer la Rogativas a San
Urbez, para que consiga del Señor que las lluvias rieguen los campos de la
Tierra Baja. Cuando uno llega a Nocito y a sus Santuarios, se encuentra en un
Valle profundo rodeado de montañas y la que se ve más alta es la Punta de
Guara, que en vasco equivale a Gora (arriba), como muy cerca de Nocito se
encuentran los restos oscuros y afligidos de Isarre, que en vasco quiere decir
algo así como lugar bajo. Abajo (Isarre), se encuentra el bello y casi
despoblado Nocito y arriba (Gora), se elevan estáticos los Santuarios de San
Urbez y todavía más alta hay una cruz, atribuida al lanzamiento de la vara
pastoril de San Urbez. ¡Dios mío, piensa uno al verse en tan fantástico lugar,
como vamos los oscenses a Leyre, a San Juan de la Peña, a Aranzazú, a Estíbaliz
o cualquier otro lugar sagrado y famoso y no nos acordamos de estos
antiguos santuarios, en que se enterró a San Urbez, que murió en el año 805!.Los
restos del santo fueron quemados en otros años, ya pasados, pero se restaura
poco a poco lo que queda del arte románico, se acuerda uno de las dos cabezas
romanas encontradas por estos parajes y se admira de ver en la pequeña iglesia,
adjunta al santuario, a la Virgen del Sol, se excita la devoción al santo al
ver sus reliquias, portadas en procesión por los hombres del Somontano y piensa
uno que es lo que querrán decir aquellas cadenas dibujadas en la columna de la
derecha del altar mayor y si tienen algo que ver con las de Navarra o se deben
a un acto valiente de la vida del Santo. Uno piensa, si este lugar sagrado y
montañero estuviera cerca de Zaragoza o en alguna otra provincia vascongada,
habría carreteras asfaltadas y anchas, restaurantes y alguna comunidad
religiosa se ocuparía del culto y de la conservación de estos santuarios. Pero
sólo somos cuatro los habitantes de los pueblos de alrededor de Huesca los que
tenemos amor a Nocito y a su santo y tenemos fe, pero pocos votos pueden salir
de nosotros.
Estoy sentado delante de
vosotros en un velador que se encuentra delante de la casa palacio de los
Benedet, antigua familia de Siétamo, cuyo heredero ,hoy día se encuentra en
Nocito con una cruz que le ha proporcionado mi esposa para hacer compaña a
favor de Nocito y de su Santo Patrón San Urbez. Porque bajaba San Urbez a
través del Pirineo hasta Siétamo y Ola, a pastorear ovejas, que pastoreaba por
el Saso, en una época en que los moros habían invadido España. Era
esta zona desde la sierra de Guara, hasta casi la Tierra Baja, como si fuera
gobernada por la familia que ostenta el escudo de los Benedet. Frente al bar se
exhibe el escudo de Benedet. Escudo noble que gobernó en tiempos pasados toda
aquella zona que llego desde Nocito hasta Torres de Montes, antiguo ducado de
los Condes de Aranda, que vivieron en Siétamo en el Palacio de dichos Condes y
que fue destruido en el año 1936.
El nombre de Nocito,
situado en plena Sierra de Guara, está casi despoblado, pero con dos Santuarios
que recuerdan la histórica familia de San Urbez. Y la presencia de fieles se
manifiesta varias veces al año, cuando sus fieles van a la iglesia y a la
ermita de gran belleza de Nocito y allí recuerdan a San Urbez, con el que se
unen, a pesar de perder el cuerpo de su Santo Patrón.
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