miércoles, 1 de mayo de 2024

“Yo, el conde de Aranda”, por José Andrés Alvaro Ocáriz.-

 


                  

El día uno de Febrero, tuvo lugar en Siétamo, la presentación del libro “Yo, el Conde de Aranda” por Don José Andrés Alvaro  Ocáriz, nacido en San Sebastián y que posee la Licenciatura en Filología Hispánica y ha repartido sus conocimientos durante una larga época.  Es un hombre con una inteligencia enorme, que ha extendido unas doscientas cincuenta conferencias  y pronunciado  recitales poéticos por España. El Alcalde de Siétamo conoció la figura del autor y orador José Andrés Alvaro Ocáriz y lo invitó a hablar a los vecinos del pueblo de Siétamo y logró atraerlo a la Escuela de Siétamo, donde nos pronunció palabras sobre la figura “del político aragonés más importante e influyente, después del Rey Católico”, a saber el Conde de Aranda. Nació tal Conde en su Palacio de la Villa de Siétamo en 1.719 y murió en Épila en 1.798, siendo el décimo Conde de Aranda.  Y en este año de 2.018 Don José Andrés  Alvaro  Ocariz  llegó a Siétamo para dar un homenaje a este Conde  de  Aranda, hijo de esta Villa, presentando su libro “Yo, al Conde de Aranda”, uno de los hombres más ilustres de España con el Rey Don Fernando el Católico. Ya  quedábamos  en  el  pueblo  de  Siétamo  pocos  hijos  del  mismo,  porque  su  población  después de la Guerra Civil, había muerto o emigrado a otros lugares y el Castillo- Palacio, en que nació el Conde de Aranda, todavía presenta sus ruinas.  Durante la Guerra lo convirtieron  en una ruina, por la lucha entre los anarquistas y por los republicanos contra los rebeldes a la República.  De el ataque de Cataluña a  el Alto Aragón, todavía se conserva una fotografía, en la que aparece Lluis  Companys en el centro de una grupo de milicianos, que están llegando a las ruinas del Palacio, cubierto con su elegante sombrero y rodeado de un notable grupo de milicianos, paisanos y niños y niñas,  los que según un amigo mío me explicó como acudían aquellos niños a este desfile, atraídos por el regalo que los “rojos” a los niños, les regalaban  caramelos.

El Conde de Aranda tenía a su esposa catalana, porque dominaba otros   lugares catalanes y se amaba el aragonés con la catalana, porque ambas eran  entonces  partes  del  Reino de Aragón. Uno de los poblados que poseía el  Conde de Aranda era el pueblo de Mediano, que desapareció cuando se creó el Pantano de Mediano, con su Parroquia, que fue entregada como Párroco en Puy de Cinca en 1 686 a Mosen Juan Azara, nacido y habitante en Siétamo. Sus padres eran Pascual de Azara y su conyugue Teresa del Toro, que financiaron la creación de la Capilla de Casa Azara, en parte de  la  parroquia, y en su casa de Siétamo.  Una sobrina de mosen Juan Azara, llamada Francisca Escabosa Azara, se casó con José Almudévar Altabás de Barluenga y pasó la casa a llamarse Casa Almudévar. Esta Francisca Escabosa Azara, sobrina de Mosen Juan Azara, al que se entregó la Parroquia de Puy de Cinca con fecha de 1.686, era habitante de Siétamo. Como sobrina se hizo cargo del cuidado de la salud de Mosen Juan Azara y se casó con José Almudévar Altabás. Aquella casa-palacio pasó a ser la vivienda del nuevo matrimonio. En la fachada, en su lado izquierdo, se labró el escudo de los Almudévar  y en su lado derecho se encuentra la silueta del Escudo de los Azara, y  han pasado multitud de años, sin exponer tal escudo. Sin embargo en el Armario del salón, están ambos escudos, uno en casa puerta. Este apellido de Azara era común entre los Azara de Barbuñales y los de Siétamo. Ambos Azara, los de Barbuñales y los de Siétamo, estudiaron en la Facultad de Huesca, situada en la Plaza de la Catedral. Pascual Azara de Siétamo, estuvo matriculado en 1732 y el mismo Conde Don Pedro Pablo Abarca de Bolea, fue investido Doctor en Leyes por la Universidad de Huesca y el mismo Aranda, el dos de Septiembre de 1.769. Los Azara de Siétamo se quedaron  con el Escudo con su águila mirando al  sol. Uno de ellos lo colocaron en la Capilla de la iglesia y otro en el armario, tallado en madera en Casa de los Almudévar, al lado del escudo de los citados Almudévar.

“Y las cartas que se escribían José María de Azara con el Conde de Aranda, que en sus altas misiones buscaban el bien de España, no sólo escribían los acontecimientos políticos en nuestro País y Europa, sino que también comentaban el tiempo atmosférico, en sus respectivos pueblos de Barbuñales y de Siétamo. Estuvieron muchos años el Conde de Aranda en París y José Vicente de Azara en Roma y el tiempo pasaba sus dolencias y la inquietud por  alcanzar su segundo Matrimonio, y la inquietud de alcanzar un heredero”. “Los Azara de Siétamo, al casarse sus miembros con mujeres de otros apellidos, se quedaron con el Escudo con su águila, mirando al sol. Uno de ellos lo pusieron en la capilla de la iglesia de Siétamo, los Azara, como noble ornamento, que fue destruido por la Guerra Civil y otro escudo tallado en madera, que todavía se encuentra en un armario de Casa Almudévar de Siétamo, al lado del escudo de los mismos Almudévar”. El altoaragonés escritor Severino Pallaruelo, expone:”Cerca de Barbuñales había lugares señoreados por nobles de título, que vivían en Palacios grandes amueblados con esmero. Albergaban en sus ricos caserones,  cuadros con retratos de antepasados, terciopelos, damascos y rasos. La Casa de Azara de Barbuñales, estaba bien relacionada con los Marqueses, los condes y las dignidades eclesiásticas. En Siétamo, no lejos de Barbuñales, alzaba sus muros de arenisca dorada el palacio de los Condes de Aranda ( Marqueses de Torres, Barones de Clamosa, de Siétamo,etc..,etec…),amigos de la Casa de Azara”. Yo me acuerdo de mis visitas al Castillo, cuando estaba próximo a mis siete años de edad. Recuerdo como acompañado por mi tío José María, mirábamos los nidos de las palomas. Ahora la casa del Alcalde de Siétamo, Don Vicente Crespo, se encuentra separada por las ruinas del Almacén Agrícola, ahora propiedad de Don Ignacio Almudévar y por las ruinas de la antigua vivienda de un Cura de Casa Lasierra. Don Vicente Crespo, persona joven y amante del pueblo, ve con dolor el Almacén de los Almudévar y no puede, al parecer, hacer nada.

Un alcalde nuevo ama la Historia de Siétamo y le duele ver las ruinas del Palacio del Conde de Aranda. En la presentación  del libro escrito por el mismo historiador  Don José Andrés Alvaro Ocáriz, escribe :” y a pocas personas nos vendría a la mente la figura del político aragonés, más importante e influyente, después del Rey Católico, que ha habido en la Historia de España: el conde de Aranda”. En la presentación del libro “, Yo  el conde de Aranda”,   escribe: “ no voy a encontrar un texto enmarañado con multitud de fechas, de datos y de nombres, que dificulten la comprensión total, sino que hemos intentado realizar un texto cuyo objetivo , que es que quien lo lea, pueda   comprender fácilmente quien fue el Conde de Aranda y porque le recordamos trescientos años después que naciera”. “ Pedro Pablo Abarca de Bolea y Jiménez de Urrea….nació en la localidad oscense de Siétamo el 1 de Agosto de 1719.   La Villa de Siétamo (Los datos están tomados del blog de don Ignacio Almudévar, que es el cuidadoso guardián de la memoria viva de Siétamo), está situada en las proximidades de la Sierra de Guara, en su cara Sur, en el denominado Somontano oscense. Con la vista de la Punta de Guara al fondo, se encuentra una meseta, larga y estrecha, que baja desde las eras en que antes se trillaban los cereales hasta las ruinas del Castillo palacio del Conde de Aranda. Esta meseta limita por el Este con el pequeño vallón de la finca llamada Valdecán  por el Oeste con la Paul o Arboleda, lugar por el que corren las aguas de las fuentes, desde sus manantiales hasta la fuente pública. Por encima de la meseta, desde la era hasta la Plaza Mayor encontramos la Calle Alta, de a que salen, por la derecha, dos calles, que bajan a la Paul, y a la izquierda entra y sale la calle de Valdecán, frente a la de Agustina de Aragón, que acaba por la derecha para asomar por el Arrabal. En la Plaza Mayor se alza la Iglesia Parroquial, construida en el siglo XV sobre as ruinas de un templo prerrománico, que puede observarse en el sótano del templo actual.

Desde la Plaza Mayor llega hasta el Castillo la Calle Baja o Calle del Conde, que acaba en la Vía Romana que desde Huesca subía a Alquezar y pasaba por el Castillo. SIÉTAMO, con anterioridad fue llamado Sieteno, por encontrarse en el séptimo millar de esta Vía. El Castillo fue construido en el siglo XIV y fue destruido en la guerra civil de 1936. Después de tan importante labor de paz y de guerra, hoy en el Castillo del Conde de Aranda se encuentran  ruinas, como las de un pozo, un lagar y un lienzo de  la muralla, con un viejo torreón. 

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