El
Monasterio de Montearagón, situado en lo alto de una colina, sigue en ruinas,
esperando que el gobierno poderoso lo restaure, pero el pueblo, que con amor y
con sus medios escasos ha hecho renacer
el Santuario serrano de la Virgen del Viñedo, exige su restauración. Es que con
la sencillez y amor de los vecinos que
aportaron con sus trabajos, sus romerías y jotas rogatorias a la Virgen que
preside en el altar de la Ermita lo hiciera posible. La Virgen los atraía y
ellos la querían tanto, que en romerías continuas iban a corresponder a esa
llamada, que venía del corazón de María. Pero no sólo eran las personas las que
iban a rezarle y a cantarle, sino que las golondrinas, con sus cantos y sus
vuelos artísticos, anidaban en el claustro y allí, durante el verano, comunican a la Virgen la
belleza de la rima, entre el cielo de allá arriba y la tierra de la Sierra. Hoy
he acudido a la Ermita para rezarle a la Virgen y saludar a la señora Consuelo,
de más de noventa años que es “santera” de la Virgen. He llegado al claustro,
donde las golondrinas parece que hacen vela a la Virgen, porque están
tranquilas y no se asustan con mi presencia o la de otros turistas o devotos
que por allí llegan. En la misma puerta de la Oficina de Turismo, están
sentadas la señora Consuelo y una joven señora, encargada de atender a los que
por allí llegan. Las saludo y descubro que la citada señora es Mercedes Claver,
del cercano pueblo de Chibluco y de la familia que es pariente de los Bruis o
Lasierra de Siétamo y que son vecinos de mi casa. Yo conocí a sus padres ya
hace muchos años. Resulta que contándome sus viajes por la Sierra, me dice que
tiene a veces como compañero a Bescós de Panzano, pariente mío por Manuel
Bescós Almudévar y por su madre también pariente mía por los Azara. Me relata
que este Bescós le contó la historia del caballero de Isarre, que ella ya la
conocía porque se la había contado su abuela de Chibluco. Mercedes me narró la
tradición, que se van contando unos serranos a sus hijos y éstos a los suyos.
El desaparecido pueblo de Isarre, nombre vasco, como el del pueblo y ermita
también en ruinas encima de Panzano que se llamaba Arraro, también vascuence,
dice que aun estando en lo más alto de Guara, encima de Santolaria, fue
invadido por los moros, que asesinaron a todos sus pobladores que eran
cristianos. Un joven hijo de Isarre, que también se llamaba Isarre, estaba por
aquellos tiempos luchando contra los moros con el Rey de Navarra y Aragón.
Cuando llegó a Isarre y comprobó que habían muerto todos sus familiares y todos
sus vecinos, levantó su espada y dirigiéndola al pico de Guara, juró que él
daría muerte a tantos moros como ellos habían asesinado en su pueblo de Isarre.
Efectivamente cumplió lo prometido y en una batalla, cerca del pueblo de
Abizanda, acabó con tantos moros como ellos habían eliminado en Isarre. Recogió
todos los cadáveres, los cargó en un carro y se los llevó a enseñar al Rey y a
decirle que esos cadáveres eran la venganza contra los moros, que habían asesinado
a sus padres, hermanos y vecinos de su
pueblo.
Yo, antes de morirme quiero subir a Isarre a
rezar al Señor una oración por Aragón, que ha luchado en tantos actos heroicos,
pero que acabaron con muchos pueblos muertos, como Isarre. A ese joven, que
también se llamaba Isarre, en agradecimiento a su heroico comportamiento, lo
hizo el Rey, Señor de todos los terrenos de Isarre que se encuentran encima de
Santolaria de donde era la abuela de Mercedes.
¡Dios mío, como conserva el Santuario del Viñedo la historia medieval de Guara,
que los oscenses ya hemos olvidado!.
Mercedes
de Chibluco en el extremo occidental de la Sierra y mi pariente Bescós, en
su extremo oriental, ambos jóvenes, me
han hecho recordar mi pasado, pues mis ascendientes eran de Sieso y de
Barluenga. Pero esta historia tiene documentación en el Archivo Diocesano de
Huesca. Esperemos que restauren, no sabemos cuándo el Monasterio de Montearagón
y vayamos a la Ermita del Viñedo, donde el pueblo del Abadiado, devoto de la
Virgen, nos ha dado un ejemplo de nobleza y de amor a esta tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario