sábado, 20 de agosto de 2016

¡Buenos días, Luna lunera!



Son las siete de la mañana de un día del mes de Agosto. Abro la puerta de mi casa y veo que no me encuentro solo, porque la Luna,  espléndida Luna Llena, me está mirando desde lo alto del Occidente. Está alegre porque brilla su rostro, ya que toda ella es un rostro redondo, que desde el cielo, parece que está contemplando todo lo que se pone delante de su cara circular  y  luminosa. Cuando me fijo en su rostro, le veo ojos, nariz y boca. Todo su cuerpo es redondo, esférico, que hace pensar en un ser totalmente cerebral. Pero su rostro, además de hacerme pensar,  enamora, porque mi cerebro se pone a especular sobre si esa cabeza lunar, sonríe, llora o me está observando, para transmitirme un mensaje. Hoy me da la impresión de que sólo estamos en la Creación, la Luna, Luna lunera, cascabelera y yo, porque son las seis y pico de la mañana y no aparece ningún ciudadano, para que nos dé su opinión, sobre la vida aquí abajo, y la Luna, que parece que está buscando  la belleza y el amor, en nuestra Tierra, porque se tornó en Satélite, al separarse de ella.
En este mes de Agosto, cuando miras al cielo, las estrellas fugaces siguen cayendo en el horizonte, pues parece  que todos los días las estrellas fugaces saludan a la Luna, durante este mes de Agosto. Durante él parece que la Luna reina en el cielo de la Tierra y cumple sus deseos, por ejemplo sube y baja las mareas en los mares y hace que el cultivo de las plantas se apoye en la misma Luna. Hace fermentar  los vinos  y  les da un equilibrio, que influye en las mentes de los hombres y a los que se pasan en la cantidad de su bebida, les hace perder el sentido común. Según la opinión del pueblo, que yo he comprobado esta mañana, brilla la Luna con majestuosidad. Algunos individuos para alcanzar la dicha, que parece prometerles la Luna, por la noche, sumergidos en el agua del río o del mar, en su oscuridad, hablan con ella, buscando   un lugar oscuro,  para ver las Perseidas o lágrimas de San Lorenzo. Es la Luna un gran satélite, pues dista de la Tierra 384.000 kilómetros, que da la impresión de ser una parte de la misma Tierra, que se desprendió por un gran impacto, por la participación que ejerce en las mareas, en la vegetación y en la fermentación de los vinos. Hace cuatro mil quinientos millones de años, se desprendió la Luna de la Tierra, para convertirse en Satélite y todavía, en el Sistema Solar, sigue fiel a su misión de servir a su antigua Tierra. Son muchos los kilómetros que separan a la Luna de la Tierra, pero nunca han perdido ambas, la esperanza de visitarse, no sólo de mirarse cada día y cada noche.
 No la han perdido, porque el día 16 del mes de Julio de 1969, los tripulantes del Apolo 11, sabían con seguridad que querían llegar  a la superficie de la Luna. El Apolo XI, cuando salió de la Tierra, ocupado por Armstrong y Aldin,  con la colaboración de Collins, creían que iban a llegar al Satélite, pero en ellos había alguna duda de si volverían a pisar su propia Tierra. El mismo presidente norteamericano, dijo que América quería subir a la Luna “no por ser fácil, sino porque era difícil”. Hay que reflexionar sobre la frase de Aldrin,  cuando dijo que la misión de subir a la Luna, era “un símbolo de la insaciable curiosidad del hombre para explorar lo desconocido”. Recogieron los astronautas 22 kilos de muestras del suelo y de rocas lunares, al tiempo que instalaban instrumentos científicos, para localizar, tales encuentros.
Pero no fue solamente una curiosidad intensa del hombre, sino que  en España ha sido un sueño de los cantantes y de los poetas, que como García Lorca, soñaron en sus poesías con alcanzar la Luna. La alcanzaron los norteamericanos, con sus cerebros, con su técnica y con su ciencia, pero aspiraron a poseer la luna los cantantes españoles y su sublime poeta García Lorca.
Entre las Canciones del Consorcio, parece mentira que la Luna no se conmoviera ante el canto de sus coplas. En su Luna enamorada, se le oye :”Dicen que tiene la luna-lunita clara,  lunera- amores con un gitano-que la camela, que la camela. – y que con una guitarra- a la lunita jalea- y le canta bulerías- y ella contesta por peteneras-Dicen que la luna tiene-amores con un calé-y que toditas las noches-con el gitano se ve”.
Es más profundo el pensamiento que se deduce de la Poesía del gran maestro GARCÍA LORCA, cuando narra y nos hace soñar con la muerte de un gitanillo. Dice la poesía los siguientes versos:” El jinete se acercaba-tocado el tambor del llano.-Dentro de la fragua el niño,-tiene los ojos cerrados.” “Por el olivar venían, Bronce y sueño, los gitanos.- Las cabezas levantadas-y los ojos entornados.- ¡Cómo canta la zumaya. Ay como canta en el árbol!-Por el cielo va la luna-con el niño de la mano.- Dentro de la fragua lloran, dando gritos los gitanos.-El aire la vela, vela.. El aire la está velando”.
Los americanos se guiaron en su viaje a la Luna, por la Ciencia,la disciplina y el dinero, en cambio los españoles se guiaron hacia la Luna, con la poesía.

¡Españolito que al mundo vienes, te guarde Dios, ¡que una de las dos Españas ha de helarte el corazón!. 

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