« Ven Espíritu Santo y llena los corazones y enciende en ellos el fuego de tu amor”, estas palabras las utilizamos para dirigirnos a la Tercera persona de la Santísima Trinidad, es decir al Espíritu Santo, pero añadimos otras como:”envía, Señor, tu Espíritu y serán creadas todas las cosas y renovarás la faz de la Tierra”.
Dios creó el mundo y lo pobló
con miles de especies animales, de las que ninguna ríe, aunque se adivina que
alguna de ellas, inicia algún pensamiento, todas obedecen los impulsos de sus
instintos para nacer, crecer,
multiplicarse o viajar en sus emigraciones o en sus marchas por el mundo; en
cambio a los hombres nos dio el sentido del humor, la capacidad de “recrear
todas las cosas para renovar la faz de la tierra” y de rezar al Creador,
diciéndole:”Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre,
VENGA A NOSOTROS TU REINO”. Por eso le pedimos al Espíritu Santo que cree todas
las cosas y el hombre trata de imitarlo y mirando al Poder Divino, convierte
los llamadores en teléfonos con los que se comunica, para renovar la faz de la
tierra. Nos hizo libres el Señor, pues podemos creer en El o no creer o esperar
una vida eterna o desesperar de nuestra vida, podemos amar la paz o la
violencia, hacer el bien a nuestros prójimos o el mal y podemos pecar o hacer
el bien.
El Señor ya había creado seres
solamente espirituales que le alaban y le sirven, como por ejemplo “el ángel
del Señor que anunció a María y ésta
concibió por obra del Espíritu Santo”, pero entre los ángeles los hubo que al
verse tan bellos, quisieron ser dioses y el Señor los convirtió en demonios. Y
son estos los que tratan de impedir que venga el Reino de Dios y fomentan el
vicio y la violencia.
Los demonios influyen para que
fracase el Reino de Dios, que Cristo proclamó, cuando contestó a Pilatos :”Mi
reino no es de este mundo; si de este mundo fuera mi reino, claro está que mis
gentes me habrían defendido para que no cayese en manos de los judíos: mas mi
reino no es de acá. Replicóle a esto Pilatos: ¿Con que tu eres rey?. Respondió
Jesús: Así es como dices: yo soy rey. Yo para esto nací, y para esto vine al
mundo, para dar testimonio de la verdad: todo aquel que pertenece a la verdad,
escucha mi voz” (Evangelio de San Juan). Hay muchos hombres y mujeres, unos
sacerdotes, otras religiosas y multitud de seglares que lucha para que llegue
el Reino de Dios, pero en cambio hay muchos hombres y mujeres, que imitando al
demonio, se sienten con inteligencias divinas y con deseos de establecer reinos
en este mundo.
El Señor Todopoderoso ama a los
hombres, sus criaturas y tanto las ama, que se hizo hombre para redimirlos del
pecado y perdonarles sus pecados. San Juan en su primera carta, escribe: “Todo
aquel que no practica la justicia, no es de Dios, y así tampoco lo es el que no
ama a su hermano: en verdad que esta es doctrina que aprendisteis desde el
principio, que os améis unos a otros. No como Caín, el cual era hijo del
maligno espíritu y mató a su hermano. ¿ Y por qué lo mató?. Porque sus obras
eran malignas: y las de su hermano, justas. No extrañéis hermanos, si os
aborrece el mundo. Nosotros conocemos haber sido trasladados de muerte a vida,
en que amamos a los hermanos. El que no los ama, queda en la muerte: cualquiera
que tiene odio a su hermano, es un homicida. Y ya sabéis que ningún homicida
tiene su morada en la vida eterna”.
En el libro del Apocalipsis, en
su capítulo cinco, dice: “Después vi en la mano derecha del que estaba sentado
en el solio, un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete
sellos”. “ Al mismo tiempo vi un ángel fuerte y poderoso, pregonar a grandes
voces:¿Quién es el digno de abrir el libro, y de levantar sus sellos?. Y
ninguno podía y miré, y vi que en medio del solio y de los cuatro animales y en
medio de los ancianos, estaba un cordero como inmolado, el cual tenía siete
cuernos, esto es, un poder inmenso, y siete ojos: que son los siete espíritus
de Dios despachados a toda la tierra”. “Y cuando hubo abierto el libro, los
cuatro animales y los veinticuatro ancianos se postraron ante el cordero…..y
cantaban un cántico nuevo, diciendo: digno eres Señor, de recibir el libro, y
de abrir sus sellos, porque tú has sido entregado a la muerte, y con tu sangre
nos has rescatado para Dios, de todas
las tribus y lenguas y pueblos y naciones: con que nos hiciste para
nuestro Dios, reyes y sacerdotes. Y reinaremos sobre la
tierra”.”Al que está sentado en el trono, y al cordero, bendición y honra y
gloria y potestad por los siglos de los siglos”.
En el Sermón del Monte, dice
Jesús:”Ahora bien, a vosotros que me escucháis, os digo: Amad : Amad a vuestros
enemigos; haced bien a los que os aborrecen. Bendecid a los que os maldicen y
orad por los que os calumnian. A quien te hiere en una mejilla, preséntale
asimismo la otra”.
Así hizo Don Javier que al
acabar la misa, como si fuese el cordero que quitó los sellos al libro,
exclamó: ”La paz del Señor esté con vosotros y con mis agresores”.
En el Semón del Monte, dice
Jesús:”Ahora bien a vosotros que me escucháis, os digo: Amad a vuestros
enemigos: haced bien a los que os aborrecen. Bendecid a los que os maldicen y
orad por los que os calumnian. A quien te hiere en una mejilla, preséntale
asimismo la otra”.
Buenos días Sr Almudevar, esta mañana al conocernos me ha ofrecido algo muy tentador, su blog, cosa en la en la que caído en cuanto he vuelto del medico.
ResponderEliminarAl entablar la corta conversación ya he pensado que me iba a penar la despedida, pues usted esta repleto de cultura, esa cultura que tanto me gusta a mi, historia del Viejo Aragón, historias del pueblos que el paso del tiempo los ha dejado olvidados...
Pienso que por unos momentos he tenido junto a mi ... disculpe la expresión, pero es como lo estoy viendo ahora ... "un tesoro", es un narrador, que como el flautista del cuento, con sus palabras va atrayendo a las personas. A lo largo de mi vida he conocido pocas personas con ese don, de pequeños nos cuesta aprender a escribir, pero superado ese escalón, nos parece muy fácil usar la escritura, pero usarla de un modo atrayente, eso esta destinado a pocos, al igual que la enseñanza, para mi es un arte, no basta con tener una biblioteca de datos y soltarlo a los alumnos como un grifo abierto y sin control, el buen maestro es el que sabe enseñar lo que sabe de un modo atrayente, tuve un profesor de historia y otro de latín que hicieron de esos temas algo divertido y deseoso de aprender, al menos para mi, también sería porque esta Pamplona lo facilitaba.
Disculpe mi rollo, pero me cuesta romper el contacto con usted, aunque todavía tengo su artículos para poder seguir con ese contacto, ha sido un placer conocerle.
Un saludo.
Dominica Novellón Cernuda
dominica48@gmail.com