Para todo hay que tener
cualidades. Yo, de pequeño estudié música y fracasé. Pido perdón, ¿a quien? a
mí mismo, porque pensando correctamente, yo no tenía cualidades para cantar ni
para tocar armonios ni pianos. Sin embargo escuchar música me produce un gozo
infinito. Ahora se escuchan muchos discos, pero de música popular, ¡qué poca!.
Me acuerdo de oír el canto llano gregoriano, que ha volado, cuando la
humanidad más necesidad tiene de escucharlo, aunque sólo fuese para compensar
los ruidos y "ruideras" que produce la música moderna y los
artefactos industriales.
Quedan rincones monásticos a los que sería necesario ir a pasar algunos
días, sobre todo a los ejecutivos para que no se les produjese el infarto y
para luchar contra las agonías que lleve consigo el "mundanal
ruido".¡Oh, si estuviese vivo el monasterio de Montearagón con sus
antiguos frailes agustinos!.Se podría subir a escucharlos y de paso echar un
traguito del licor, parecido al "benedictine" que ellos fabricaban.
Conocía a unos muchachos que se compraron un "casette" de Solesmes,
para escucharlo, en tanto fumaban "codetes". Hasta a los drogadictos
les gusta el gregoriano. Este canto da un cambio al canto popular. Sus frailes
cantaban unidos, todos igual, no subía la voz de uno de ellos más alta que otra
voz: "un fraile, dos frailes, tres frailes en un coro, hacen la misma voz
que un fraile sólo".
Los cantantes de los lugares, en un entierro, cantaban como diablos el
"Dies irae", mejor dicho como ángeles. Parecía que estabas escuchando
"radio moros", pero pensando me pareció que lo que estaba escuchando
era música mozárabe. Mi hermana María escuchó en Monreal unas canciones
folklóricas sefarditas y me dijo que sonaban como cuando escuchaba a los
señores Andrés de Lobateras y a Mariano Cabrero, hijos de Siétamo. ¡Qué
sentimiento ponían en sus cantos!.Yo me puse una vez a cantar con ellos y
Marianer de Cabrero me hizo callar porque yo no daba las notas improvisadas
como los negros las dan en su música de Jazz. Hoy Mariano canta en la Coral
oscense y yo soy un fracasado, no tengo perdón.
¡Hoy estudiamos la música y hay gente preparada para recibir esta
música!.¡Por favor, haced un disco, un casette o lo que sea, en algún pueblo
donde se cante así, si es que queda!.Yo no tengo perdón, ya lo he dicho, ¡pero
mira que por decreto destruir la música que durante siglos ha cantado la
gente!. El pueblo no entendió este destrozo, pero no he escuchado comentarios
sobre la música destruida; el pueblo no subió más al coro de la iglesia y en
paz.
Pero cuando a los santos (que mientras no se demuestre lo contrario,
fueron muy cristianetes) los echaron de las iglesias, escuchas alguna
"dijenda". Un mosen puesto al día, destruyó en la lonja de la iglesia
un santo de yeso de poco valor artístico a fuerza de "mallazos". Un
hombre que por ahí pasaba, dijo: ¡qué vueltas da el mundo!, mi padre las pasó
canutas por hacer lo mismo. Y se marchó con su jada al hombro y con sus
pensamientos.
Yo creo que aún se puede rescatar para la posteridad la música del
pueblo. ¿Quien será su salvador?. Creo que los aragoneses le deberán
respeto, admiración y ¡ música celestial!.
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