Me he encontrado con un señor en
el que reconozco una categoría religiosa enorme, porque yo soy un simple
cristiano que de vez en cuando hace la señal de la cruz, pasando los dedos de
mi mano derecha ,desde la frente hasta el pecho ,siguiendo por el hombro
izquierdo para acabar en el derecho, al
tiempo que digo :en el nombre del Padre ,del Hijo y del Espíritu Santo; en
cambio él profundiza mucho más que yo en la religión y reza y medita y procura
tener limpia su alma y amar al prójimo como a sí mismo, repartiendo con él ,sus
conocimientos ,sus alegrías e incluso ,cuando es necesario sus bienes y
créditos materiales.
Pertenece a la Asociación de
Adoración y Vela ,que actúa en todos los lugares de nuestra ciudad ,con el cumplimiento
del deber de sus componentes, con la caridad que usan entre ellos y con los
demás hombres que tienen algún trato con ellos, pero que su adoración al
Santísimo Sacramento y la vela o guardia que hacen del Cuerpo de Nuestro Señor
Jesucristo ,la realizan en un lugar sagrado para los oscenses ,a saber la
Iglesia de la Compañía de Jesús. En dicha iglesia llevan ya más de cien años,
asistiendo en dos bancos de dicha iglesia a la Exposición del Cuerpo de Cristo
o de su Santísima Eucaristía y allí rezan y adoran y piden por los vecinos de
esta ciudad y por los problemas ,de los que la mayoría de ciudadanos no nos
acordamos y que dificultan la normalidad de su vida ,pero que muchas veces se
arreglan sin que nadie se lo explique.
Allí meditan sobre la vida divina
y humana ,lo que les lleva a abandonar sus propias ambiciones, pasiones y
formas de divertirse con el juego o con el alcohol ,como muchos hombres se
divierten o hacen como que se pasan el tiempo ,mostrando ser felices ,pero
siendo unos desgraciados y obligando a sus hijos a serlo también..
He seguido la conversación con el
buen señor y le he preguntado que tal lo había pasado últimamente, en el pueblo
del que me había dicho que había venido y exclamó :¡si quieres una hora de paz
y de buena convivencia ,ha de ser en el pueblo!; esta frase me recordó la
sencillez de este hombre ,que encontraba la dicha en el pueblo hablando con la
gente sencilla y en la asistencia al acto de adoración y de vela al que asistía
en la iglesia. Yo me imaginaba la similitud de los dos actos ,uno el rato
pasado en la vela, porque estaba velando al hombre Dios ,comparado o asimilable
,más bien al acto de acompañamiento a
unos hombres viejos ,que toda su vida han asistido a misa los domingos y en las
fiestas de su pueblo han honrado y adornado a sus patronos y a sus peanas y en el que también está velando ;se duplica
su acto devoto :uno en la Compañía de Jesús y otra en la cocina de una casa de
pueblo, en la que vela a los hijos de Dios, que son como hermanos de
Jesucristo. Pero lo curioso del caso no eran los hombres viejos ,sino ,como me
explicó mi amigo ,cuando llegaban los actos de fe al pequeño pueblo ,allí
asistían los mayores ,los mozos y las mozas y los niños y niñas del lugar.
Y es entonces cuando uno medita
,sin haber entrado en la Asociación de Adoración y Vela ,en la bondad infinita
del Señor que quiso que su HIJO divino se hiciese hombre para redimir y
perdonar y salvar a todos los hombres, como a aquellos a los que mi amigo el
miembro de dicha cofradía ,había tratado en el pueblo.
¡ Oh, los pequeños pueblos ,cuya
vida era ejemplar para la sociedad, pero que ahora, poco a poco, van dejando de
serlo porque no hay casi niños y van desapareciendo irremisiblemente!.A
consecuencia de tal despoblación ,se van vaciando los seminarios y en las
ciudades el hombre se va olvidando del Hijo de Dios a saber Cristo ,Dios y hombre verdadero, que
con su amor y doctrina es capaz de crear una vida socialmente justa y
equilibrada , preocupación de Su Santidad el Papa ,que aconseja formar a esos
niños y dice que no se dejen entrar en los seminarios aquellos que no tengan
normales los sentimientos amorosos.
Hace unos días me preguntó un
moreno musulmán por unas oficinas y yo ,que no tenía mucho quehacer ,lo
acompañé. Le pregunté que era lo que opinaba sobre el juicio que en Nigeria ha
condenado a una mujer a muerte por haber concebido un hijo ,después de
divorciada, él me contestó que le parecía muy justo ,pues así lo ordenaba el
Corán. Yo le dije que creía que el Corán sería justo en sus normas ,pero que no
se podía castigar a una mujer, por la que Cristo se había hecho hombre para
redimirnos y que lo que El querría era el perdón del pecado de la dicha mujer.
Le recordé que también los cristianos ,en otros tiempos habían caído en juicios
injustos ,pues la Inquisición había igualmente condenado a muerte al aragonés
Miguel Servet, pero que ahora ya no caería la Iglesia en tal defecto. El se
marchó convencido de su error y yo me quedé haciéndome la señal de la Cruz
sobre mi pecho, diciéndome :En el nombre del Padre Todopoderoso ,Creador del
Cielo y de la Tierra ,que los hechos protejan
a la pobre nigeriana y del Hijo,
que se hizo hombre ,y que como tal proteja
a su hermana y del Espíritu –Santo ,para que llene los corazones en el
fuego del amor a Dios y a sus hermanos y hermanas.
Entonces pensé que lo mejor era
decírselo a mi amigo ,el que pertenece a la Asociación de Adoración y Vela
,pues con sus piadosos compañeros meditará sobre los seminarios con sus nuevos
seminaristas y en el conocimiento de la Religión, que se va olvidando en
nuestras ciudades ,para ser substituida por otras religiones que no reconociendo a Cristo como Hijo de Dios y
hermano nuestro, pueden llevar al error a la Sociedad.
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