En este pueblo de Siétamo dicen
que no hay incendios, pero cada año empiezan a arder los rastrojos y las
carrascas y los robles, pero siempre se acaba, apagándolos. ¿Quién es el que
los apaga?. Desde luego que son los bomberos, y las avionetas de Monflorite. A
esos cuerpos e individuos que los forman son a los que en primer lugar hay que
agradecérselo. Así lo hicieron las alcaldesas de Siétamo y de Loporzano, que
resaltan ”en declaraciones a este periódico, el trabajo llevado a cabo por
todos los efectivos desplegados en la zona para atajar un fuego que quedó a
unos 300-400 metros del núcleo de Castejón de Arbaniés (perteneciente al
municipio de Siétamo).Y yo quiero destacar el comportamiento de la alcaldesa de
Siétamo, María Viñuales que “quiso agradecer públicamente el comportamiento de
los vecinos de los pueblos de la zona que acudieron, algunos con tractores para
hacer cortafuegos, a ayudar en las labores de extinción del fuego”
Antes, hace ya bastantes años no
estaba la sociedad tan organizada en las labores comunales, pero los individuos
de los pueblos acudían a apagar el fuego cuando escuchaban las campanas que le
anunciaban, cada uno acudía con sus medios, es decir que cada uno ponía aquello
que tenía para poder combatir el incendio. Unos iban con sus tractores y otros
con sus azadas y sin cobrar, solían triunfar en su trabajo, pero hoy día se han
constituido los cuerpos de bomberos y los helicópteros y las avionetas que
cargan el agua donde pueden, ya que en Monflorite están ya desde hace años
esperando la conexión de la tubería que pasando por Siétamo, hay que hacer en
el río Guatizalema. Yo los veía volar e ir a buscar el agua y los helicópteros
la tomaban en la piscina pública de Siétamo y en la balsa de Valdeona y se hubiera aliviado mucho su búsqueda, si
hubiese habido bastante cantidad de agua en la balsa de la Costera.
En este caso han sido felicitados
los “vecinos de los pueblos de la zona que acudieron, algunos con tractores
para hacer cortafuegos, a ayudar en las labores de extinción del fuego”, como
he escrito más arriba, pero alguno de ellos han sufrido destrozos en sus
tanques de purín, que se emplean para acarrear el agua, otros en sus tractores
y alguien en sus cuerpos. Además el fuego no llegó a Castejón de Arbaniés por
la intervención de unos vecinos de
Arbaniés y de Siétamo.
Yo creo que merecieron el ser
nombrados en el periódico por su
valerosa y arriesgada intervención.
Al no serlo, habrá que empezar a
considerar los derechos que dichos ciudadanos tienen a cobrar sus
intervenciones y sus orugas, tractores, cubas etc.,como cobran merecidamente
los bomberos y los aviadores que en tales casos intervienen.
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