Río Guatizalema aguas debajo de Abrisen. |
Abrisén es una palabra
prerromana, que puede ser una combinación del vasco-ibérico con algún término
celta. Por ejemplo el topónimo medieval Artassobre, que se documentó en Jaca,
puede ser una combinación vasco-ibérica con la palabra Artasso y la –bre de origen celta, que parece tener
algo que ver con briga (cerro o acrópolis según Unterman y monte o cerro, según
Corominas. Así la palabra Abrisén parece estar formada por la letra vasco –ibérica
A, que quiere decir altura o de la sílaba Ar, que quiere decir río (Ara, en
nuestra provincia tenemos el río Ara y el Aragón) y como Abrisén está
localizada en un cerro y pasa a su lado el río Guatizalema, se le añadió el
sufijo brisén, que tiene una parte que se llama bre, relacionado con briga,
palabra celta, que significa, cerro, monte o acrópolis Lo de sen, que lo
investiguen los entendidos.
Por el terreno entre el Saso y la
terraza fluvial,dicen que había enterramientos de de losa de los antiguos romanos
y de los primeros cristianos visigodos, Yo no he visto esas lápidas, pero he
encontrado monedas romanas e ibéricas. Ahora no se ven pobladores, pero se
encuentran monedas antiguas por aquellas tierras abandonadas.
Desde la altura de Abrisén,no muy
elevada , se ve correr el Río Guatizalema y en sus orillas se ve como una balsa
, picada en piedra, en la que echaban el agua del río, para beberla los hombres
y los animales Este aparato para sacar agua , se llama en nuestros pueblo Ceprén.La sacaban poniendo tres pies de ramas de árbol, en su centro se
coloca una pértiga larga, colocando un cubo en un extremo y con un peso en el otro, se hunde el pozal
en el agua y favorecidos por el contrapeso de piedra, los hombres sacaban el
agua del río y la echaban en la balsa.
En la bajada del Saso a la ribera
del río, se encuentra, las ruinas de Abrisén y desde su antiguo solar, se ve el
tozal sobre el que se exhibe la Ermita de la Virgen de Bureta. Un Maestro de
Escuela, que fue alcalde de Fañanás, pasaba por Abrisén a enseñar a los niños
en la Escuela de Siétamo y se acuerda de este paisaje precioso, pero
abandonado. En las Guerras Carlistas, estos crearon en la Ermita de la Virgen,
un Hospital de Guerra y se recuerda todavía la gente de Ola, cuando un Coronel
Carlista con sus tropas, pasó por Ola para volver a Navarra y obligó a un
vecino de Casa Lafragueta de este pueblo a servirles de guía hasta Quicena.
Yo desde niño, caminaba por un
Saso o meseta elevada sobre el río Guatizalema, con una gran cantidad de olivos.
Hoy está cortada dicha meseta por una
vía artificial, fabricada con aparatos mecánicos, extrayendo cantidades
inmensas de tierra “roya”, para que por su parte baja pasen los coches de la
autopista desde las orillas del río Guatizalema, hasta el Monte de Ola.
Esa meseta que parte desde
Siétamo hasta el monte de Fañanás, estaba toda plantada de olivos y en estos
tiempos se elevan en ella dos granjas porcinas. Por la izquierda de esta meseta
se baja por una ladera, llamada La Costera a las orillas del río Guatizalema y
por la derecha, por una empinada ladera se baja a la llanura del pueblo de
Ola.Al llegar a la segunda granja de cerdos, que está situada en el Monte de
Fañanás, por una cuesta se baja a un valle, que pertenece a este pueblo.
Pero en medio de la cuesta que baja de la Meseta de los Olivos al
valle de Fañanás, están unas escasas ruinas de un pueblo, que llamaban Abrisén.
El campo sobre el que se elevaba
el antiguo pueblo de Abrisén, ya no lo deja ver, porque a través de los siglos
ha ido desapareciendo, pero yo encontré un hoyo
su terreno y pude contemplar piedras de arenisca, labradas, que se
ocultaban en una fosa de la tierra, y les pregunté que como había sido
destruida la iglesia de Abrisén. No me contestaron, pero entendía que iberos, godos y romanos, se
habían preocupado, hace ya muchos
siglos, de cultivar la tierra y de subir el agua al pueblo , desde el río
Guatizalema, para lavarse y beber agua pura, y dar agua para que bebieran los
bueyes y las caballerías.En Abrisén ya no quedan habitantes, pero debajo de ´su
solar, más tarde se creó una presa que da la vida la la tierra de Fañanás. El
solar de Abrisén estuvo yermo, pero lo compró Rafael Estaún ,natural de OLA Y
LO LABRÓ. Le enseñó a Fernando Catevilla de Ola los cimientos de la iglesia
,desaparecida hacía siglos, y le regaló una pileta de piedra circular, para
ponerles a las gallinas agua para beber.
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