Hoy día once del mes de Febrero de 2.018, he
contemplado la despedida de dos hombres en el Café del Abba en Huesca y me he
emocionado, porque he visto ponerse tristes los rostros del más joven, que se
iba. ¿Dónde iba?, no lo sé, pero me daba la impresión de que se iba lejos y
aquí dejaba el cariño de una estancia placentera.
No he podido aguantarme sin
resolver esa situación y he querido enterarme del dolor, que parecía sentir el
joven personaje que me parecía que se separaba triste del elegante señor, que
estaba haciendo trabajar su ordenadora, como la que yo, ahora, estoy haciendo
escribir.
Pero yo no podía aguantar ver el triste rostro
del joven, que se marchaba, sin enterarme del
problema que a él le
proporcionaba y que a mí, me preocupaba.
Pero este encuentro no encerraba ningún misterio, sino, como me dijo un
compañero de mesa, en aquel Bar, el mozo que a mí me parecía ver su rostro
preocupado, era un jugador del Equipo
de Fútbol de León y estaba preocupado
por el resultado que, por la tarde se
sabría, quien había ganado.
Yo comprendí por qué su rostro
estaba triste, porque tenía que jugar un partido de Fútbol con el equipo de
León, que estaba en vísperas de descender, contra el Huesca, que no sabe perder
ningún partido.
Esta serie de victorias, me la
recuerda la bella Ermita de San Jorge, que hace siglos corona el Cerro de
San Jorge, por su victoria contra los moros y que preside el Ambiente, ahora
pacífico, en el que se juntan el turismo ambiental y el deportivo. El recuerdo
de nuestra victoria sobre los moros, no desprecia su valor ni los sentimientos
deportivos de los equipos de fútbol, pero eleva nuestro sentido de aprecio por
nuestras victorias. Aquella victoria sobre los moros, creó esa bella Ermita,
que hace amar a los oscenses su Historia.
El señor, que estaba haciendo
escribir a su ordenadora, como trabaja para el Deporte, me dijo que no estaría
mal un triunfo del Equipo de León, pues los continuados triunfos de algunos
equipos, hacen perder los ánimos de los que casi siempre los pierden. No
buscaba el señor sus intereses particulares, pero le gustaría qué en
deporte, ganasen unos y otros.
A mí, que ya iba al Fútbol hace
unos setenta años, en el Campo de Villa Isabel, me “colé”, escalando por una
pared y me clavé un clavo. No sé si esta fue la causa de que ya no volviera a
frecuentar los Campos de Fútbol, pero he recibido un placer, al enterarme hoy,
día doce de Febrero de 2018, de que el Huesca había ganado por un gol de
diferencia.
Contra los “clavos”, que nos van hiriendo nuestro paso por la vida,
esperemos que los triunfos en el Campo de Fútbol de San Jorge, nos hagan reír a
José María Mur, fundador del Campo de Fútbol de San Jorge y a mí , varios años más.
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