Hace ya muchos años que pronuncié
unas palabras, la
víspera de las
Fiestas de Graus y el Ayuntamiento me dio como premio, un retrato de un
gran hombre altoaragonés, llamado Joaquín Costa.
Cuando entro en el piso de casa Almudévar de
Siétamo, me miro y al lado de su puerta, siento la mirada de Joaquín Costa, que
fue un hombre que no alcanzó riqueza monetaria para sí mismo ni para su pobre y
sacrificada familia. Ese retrato de un hombre pobre en dineros y riquísimo en
ideas que buscaban alcanzar la grandeza de las tierras oscenses, a través del agua
de sus ríos. No puedo olvidarme, cuando voy a entrar en el piso donde nací, de
mirar su retrato, que me regalaron en Graus, de un hombre que no pasó de pobre
él mismo y su familia, pero que concibió la riqueza
no
sólo para él, sino para todos los altoaragoneses.
Su vida fue y todavía continúa en
Aragón, como la de un profeta aragonés, que soñó con el bienestar y el progreso del
Alto Aragón, bautizando con agua de sus ríos, esas tierras sub -pirenáicas, que siempre han estado al servicio de España,
como cuando se cortaron en el sur de la Provincia, aquellos resistentes
árboles, que aguantando la sequía durante sus vidas, sirvieron para crear la Flota
que se dispuso por parte de España, para evitar que Inglaterra, arruinara su
porvenir. Esos restos de bosques, se quedaron en la Sierra de Alcubierre,
aumentando con su desaparición, la labor
antiarbórica en aquella Sierra de Alcubierre.
Pero no sólo fueron los ingleses
los que procuraron destruir la creatividad de España, sino que también los españoles la han
forzado a hacer de Aragón, principalmente a la provincia de Huesca, una tierra de
una sequía desgarradora y de un aislamiento casi absoluto con Europa.
Alfonso XII y su hijo Alfonso
XIII, comenzaron a comunicar España con Francia y en 1928, se inauguró la Estación del Canfran. Hace alrededor de cien
años
que se empezó a crear el Ferrocarril
Internacional y todavía estamos esperando que se realice un paso
unitario con Europa.
Y todavía sigue el abandono de
Aragón, pues han terminado la comunicación con Francia a través de
Cataluña, pero aquí sigue el ferrocarril por Canfrán, con el arreglo de su estación y
Aragón por el que deben pasar los ferrocarriles a Valencia , a Madrid, a
Andalucía y porque no decirlo , a las Africas , y por Canfran, ya no pasa nadie.
Entre tanto se van los
altoaragoneses a Cataluña y
aquí nos estamos convirtiendo en
un desierto. Si todavía no es un desierto, lo evitó Joaquín Costa,
que nos narra su viaje a Graus,
donde acudió a acompañar a su padre en su muerte. Escribe: ”Llegamos a Graus a las diez y media de la noche y cené
en casa del Noy; fui a casa y hallé a mi padre sufriendo en la cama por
consecuencia de los calores del día y riesgos de la noche, un hermano
fallecido, una hermana sirviendo, mi madre envejecida y acabada, y todos y todo en la miseria, apiñados en la mitad de habitación que tenían antes,
de la cual los echa Pajizas este año, y cuyo Pajizas les quiere poner pleito
negándoles jornales”.
“Cuando me quedé solo a media
noche, rompí a llorar desconsoladamente, considerando tanta miseria en contraste
con mi edad, y con mi imposibilidad actual de remediarlo, y con que yo hubiera
podido arreglar todo esto si
hubiera sido
jornalero, y con
qué lejos de eso les había estado
pidiendo duros y duros todo el año, habiendo
pedido prestados los dineros con los que había comprado las botas que
llevaba. Cuando fui a ponerme en la cama y vi el color y pobreza de la sábana
de debajo, rompí a llorar más desesperadamente todavía, considerando que mi
padre había dejado el colchón para prepararme esta cama, y quizá hasta la pobre
sábana, acordándome del gasto loco hecho por vosotros en el viaje de Madrid
aquí, la decadencia de una familia y la triste situación mía. No podía
consolarme en la cama; me arrancaba el cabello de la cabeza, me escondía la
cara en las manos como avergonzándome de mí mismo aun en la oscuridad; estuve
llorando hasta que ya muy entrada la noche, me tendió el sueño. ¡Ay!. Quisiera no haber venido, y quisiera
haber venido y siento que se haya muerto mi hermano, me alegro y siento haber
estudiado, etc., etc. “
¡Qué contraste entre tu pobre
situación económica y la riqueza provocada por tí, Joaquín Costa en las tierras
oscenses con su conversión, de sus ríos en pantanos, canales y acequias para
convertir sus secanos en fértiles tierras de huerta!. Sin enriquecerse Joaquín Costa regó
la provincia de Huesca, pero él vivió en la casi pobreza.
Pero ¡qué sufrimientos padeció
Joaquín Costa en su relación con Conchita Casas “padeciendo la afrenta de
conocer cómo los Casas visitan Graus por ver de formalizar las relaciones con
los Costa!. “Los Casas jamás
emparentarían con ellos por causa de su pobreza”. No sólo fueron los disgustos del
amor los que sacrificaron a Joaquín Costa, sino los profesionales en 1874 en un
Golpe de Estado. Había obtenido Joaquín Costa una plaza de profesor en la
Universidad, que fue rechazada su posesión
. Y Joaquín Costa se encuentra “no solo
descalzado, sino también descolocado”. En 1875 en sus anotaciones, escribe : agosto 12: hace siete días fuimos a Montearagón
a pasar el día, era domingo. Se expresa así: Se han concluido las fiestas de
San Lorenzo”. La mirada sobre
Montearagón la dirigía hacia Huesca, donde estaba su amada llamada apellidada
Casas. El 17 de diciembre de 1877, fue Costa a visitar a Concepción Casas que
en esa visita se lamentó del abismo religioso que los dividía y Joaquín no pudo
evitar un abundante llanto, delante de Concepción y de su madre.
El sabio aragonés de Graus, Joaquín
Costa ( 1847-1911),cultivó la amistad con mi tío Manuel Bescós Almudévar (
1866-1928) con el tuvo una gran aproximación. Este tío mío, Manuel, era primo
hermano de mi padre Manuel Almudévar y que “tan fiel al León de Graus, como para adoptar
el transparente seudónimo de Silvio Kosti, y que al fin, fue autor del epitafio
que campea en el sepulcro zaragozano de su maestro”. Se expresa así:
Aragón a Joaquín Costa-Nuevo
Moisés- De una España en éxodo- Con la vara de tu genio inflamado-Alumbró la
fuente de las aguas vivas- En el desierto estéril.-Concluyó leyes para conducir
a su pueblo. A la tierra prometida.
Esta es la inscripción que
escribió mi tío Manuel Bescós Almudévar, en la tumba de Joaquín Costa, y así
como la obra de regadío de este Señor, todavía se está realizando después de la
muerte del profeta Costa.
Pero en tiempos de Alfonso XII y
de su hijo Alfonso XIII, se comenzó a preparar el ferrocarril que uniría a
Europa con España por el Pirineo, todavía no se ha continuado la obra y los
aragoneses, en nombre del resto de España, estamos reclamando su rápida construcción.
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