sábado, 1 de junio de 2019

Sobre la teoría de la relatividad, tratando de entender a Einstein.




Einstein escribió la obra “Sobre la teoría de la relatividad especial y general” para concluirla en 1.916. En su obra quiso “dar una idea lo más exacta posible de la teoría de la relatividad, pensando   en   aquellos  que,  sin  dominar  el  apartado  matemático de la física teórica, tengan interés por la teoría desde el punto de vista científico o filosófico general”. Y consiguió dar   a  los  ciudadanos,  que  querían  apoderarse  del  sentido  de  la  teoría  de la  relatividad,   llegar a dominar la  dicha teoría física de dicha relatividad. Pero con su obra logró,  que  otros  ciudadanos que no pudieron dominar ese conocimiento matemático de la física teórica,  alcanzaran  un  interés  por este conocimiento como una curiosidad científica que tiene a la humanidad interesada por él.
El científico más famoso del siglo XX, es admirado por los amigos del progreso y conserva la veneración de los devotos de la Ciencia. Es un individuo universal pues es originario de la raza judía, siendo primeramente alemán, después se nacionalizó suizo y por fin se hizo estado-unidense.  
Al principio de sus estudios, parece ser que su profesor no le encontró cualidades para alcanzar conocimientos exactos y escribió a su madre, aconsejándola que su hijo abandonara sus estudios. Pero su cabeza pensaba ideas a las que no alcanzaba su profesor, pues  dejó  grandes teorías, como la de la ecuación que más ha llamado la atención en la historia de la Ciencia. Es esta ecuación la siguiente: E=mc2, es decir la equivalencia entre masa y energía acompañada por la velocidad de la luz al cuadrado, que la multiplica.
Esta fórmula aclaró la vía que llevaría a la humanidad a obtener la bomba atómica.
Einstein era un amigo de la Paz  y  pensó que haber animado al presidente Roosevelt a financiar los costos de la fabricación de la bomba atómica ,fue un error de su vida, a pesar de que fue necesaria para ganar a la Alemania hitleriana.
Era un hombre sabio, pero con las grandezas y las servidumbres de un hombre común. A él le dolía que se usase la bomba atómica y en su viaje a Zaragoza, interrumpió sus conferencias una tarde para ir a visitar, un barrio donde se exhibían muchas mujeres que se ofrecían al plakcer de los hombres. No negaba la existencia de un Ser Supremo, pero no se negaba a buscar descubrimientos, como por ejemplo las ondas gravitacionales. Llegó a ser admirado por el mundo,  hasta el punto de ofrecérsele la presidencia de Israel, que le tocó su corazón humano y su condición de ser judío, cuya raza ha luchado durante siglos para sobrevivir en el mundo. Se  emocionó,  pero no admitió tal honor.
Einstein ¿qué veía con sus ojos o que veía en su inteligencia?. O era por su intuición con la que se daba cuenta, que le llevó a plantear la ecuación que dice: E=mc2, que propone la equivalencia entre masa y energía, acompañada por la velocidad de la luz al cuadrado, que la multiplica.
Los hombres morimos y no vemos, pero la inteligencia de Einstein, se daba cuenta porque veía con su inteligencia plantear la ecuación de E=mc2, que afirma la equivalencia entre la masa y la energía.
 Los hombres morimos, pero el Creador al desaparecer muchos cerebros humanos, hace acudir a otros que les siguen porque ha puesto en el universo multitud de medios para comprender el funcionamiento del Universo.  Cuando nos falla la visión, el Señor tiene previsto que otras cualidades nos estimulen la comprensión de los problemas.

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