Fue
Vicencio Juan de Lastanosa un prócer coleccionista oscense y arqueólogo, denso y grande del
coleccionismo y de la arqueología oscense. Pasó a la manifestación pública de
la erudición aragonesa. Su casa – palacio, se encontraba frente a la iglesia de
la Compañía de Jesús y se prolongaba hacia el Oeste hasta dentro del actual
Parque Público. Está enterrado en la Catedral de Huesca, en la primera capilla
que se encuentra entrando por la derecha, en la nave de la Catedral y tiene una
puerta en el exterior, en la que se entra por la Plaza, en que se asienta dicha
Catedral. La figura del conocimiento del oscense Vicencio Juan de Lastanosa se
desarrolló en el siglo XVII. El año de 1934, Don Ricardo Del Arco y Garay, al
que yo conocí en Huesca, era del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios
y Arqueólogos. Me acuerdo de verlo cruzar el Coso Alto y ese verlo con cierta
frecuencia, se acabó cuando un coche lo atropelló y lo hizo morir. Era un señor
que en Huesca gozaba de un gran prestigio y aunque ahora casi no se nombra su
personalidad, yo no puedo olvidar su figura gruesa, cabeza redonda y corto de
vista. Fue un gran escritor del que yo poseo “La Erudición aragonesa en el
siglo XVII en torno a Lastanosa”, publicada en 1934. En este siglo ya casi España había perdido la fortaleza de su poder en el mundo, pero
siguió siendo “originalísimo y grande en el arte y en las letras ,cuando ya no
podíamos serlo en la política ni en las armas”.
Fue
muy original el palacio de Lastanosa, pues convergían muchas personas
inteligentes y profanas para contemplar las bellezas que contenía. Iban a
visitar este palacio no sólo hombres sino también mujeres como Doña Ana María
Abarca de Bolea, tía del Conde de Aranda
y que ambos residieron en el castillo- palacio de Siétamo y que ella fue
Abadesa del Monasterio de Casbas.
Ahora
cuando voy por el Coso Alto y paso frente a la iglesia de la Compañía, pienso que en
aquellos tiempos, se encontraba a la derecha, el palacio de Lastanosa, que era
considerado como una residencia oriental, “donde la riqueza competía con la
fastuosidad”.
Pero Lastanosa sentía una atracción por todo
lo antiguo, como sus amigos, algunos grandes escritores como el jesuita Padre
Baltasar Gracián , Jesuita, Rector que fue del colegio de Tarragona, conocido
por el Arte de su Ingenio y otras doctas fatigas, le envió tres suelos de vasos
rojos, con2 algunas medallas, que se encontraron en esa ciudad.
Entre
otras muchas tareas científicas, se preocupó Lastanosa de la “Medallas des conocidas
españolas” y especialmente de la moneda jaquesa y de temas referentes a la
historia de Aragón, procurando la edición de la historia del Rey Católico, del
gran Jerónimo Zurita. El gran amigo de Lastanosa, Ustarroz, alabó en la Defensa
de la Patria del invencible Mártir San Lorenzo.
El
Padre Baltasar Gracián, fue un gran amigo de Lastanosa y que escribió en su
obra Agudeza y arte de ingenio “ estimaré siempre al copioso y culto Museo de nuestro mayor amigo D. Vicencio Juan de Lastanosa, benemérito
universal de todo lo curioso.selecto, gustoso,
en libros, monedas, , estatuas, piedras, antigüedades, pinturas, flores y en
una palabra, su casa en un emporio de la
más grande y curiosa variedad “.
Sus
méritos fueron cantados por los intelectuales de su tiempo.Por ejemplo la
religiosa cisterciente de Casbas,doña
Ana Francisca Abarca de Bolea y Mur,escribió tres sonetos dedicados a
Lastanosa. En la residencia de Lastanosa, según Baltasar Gracián, se gozaba del
contenido de los libros publicados, de las conversaciones, que según él “eran
el mejor camino de la vida”.
El
lugar donde se veneran los restos de los Lastanosa, se encuentran en la
Catedral de Huesca, pero también en ese lugar se encuentran los restos, de
Félix de Azara, pues parece ser que era pariente de los Lastanosa.En un libro
de Don Ricardo Garay indica que los Lastanosa fueron parientes de Don Félix de
Azara. Estos Azara, cuyo primitivo escudo está grabado en Casa Almudévar de
Siétamo, eran grandes amigos del Conde de Aranda,nacido en Siétamo, donde se
trasladaron a vivir los Azara.
Hace
ya duque de Orleans, No tiene el muchos años, que una señora, encargada de
algunos cuidados de la Catedral, me prometió que me enseñaría las tumbas de
Lastanosa y de Azara en dicha Catedral, pero ha pasado el tiempo y no he podido
penetrar en dicho histórico cementerio.
¡Qué
contraste entre este cementerio y “ los jardines de la residencia de Lastanosa,
de los que dijo el Sr. Duque de Orleans,
viéndolos: No tiene el Rey de Francia cosa como ésta y como la
librería, armería sí, mucho mayor”.
Ya
no queda aquella sapiente librería, pero allí están las tumbas de este
cementerio, si, en la Catedral de Huesca.
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