Convento de San Joaquin (Abiego, Huesca)
Mi buen sobrino Adolfo, que, nacido en Jaca,
procedente de la casa Gabarre de Barbués y de la de Almudévar de Siétamo, ha
salido un viajero universal. Recuerdo que cuando eras todavía un niño muy
pequeño, yo subía alguna vez a Jaca e iba a comer a vuestra casa y conversaba
con tus padres, que me hablaban de ti y de tu porvenir, ya que deseaban que
estudiaras una carrera universitaria. Sus deseos se han visto realizados porque
has llegado a ser Geólogo y para conocer la tierra estudiaste en varios
lugares, para acabar en Granada. El ejercicio de tu profesión te llevó a
Huesca, a diversas regiones españolas, a América y ahora trabajas en Italia. A
tu padre Jesús le gustaba viajar, pero no pudo hacerlo como tú lo haces, pero
gozaba con tus viajes más que si él mismo los hiciera. Por eso, cuando por esos
mundos, contemples bellos paisajes, edificios monumentales, riegos por
aspersión o por goteo, como los que él instaló en la finca de Barbués,
acuérdate de tu padre, con el que, cuando venía a Siétamo quería viajar por el
Somontano. Amaba ese Somontano y le gustaba el paisaje de Casbas, con sus
Iglesias parroquial y conventual, ante cuya puerta románica rezábamos una
avemaría. Otra vez fuimos por el río Alcanadre, pasando por Angüés hasta el
pueblo de Abiego, donde visitamos a un viejo amigo, llamado Porta, que hace con
la madera obras de arte. Estuvimos en el
antiguo convento de San Joaquín de Abiego, en el que nos pidieron ayuda
para restaurarlo y tu padre, como digo en mi libro, en la página cincuenta y
cinco, demostró tener un corazón grande.
Te
he dicho ¡Adolfo!, que te acuerdes de tu padre, aunque yo sé que no hace falta,
porque eres sensible y cuando veas por el mundo bellos paisajes, yo sé que
impresionarán tu corazón y cuando veas delante de ti, la imagen de la Virgen o
una escultura sagrada de Cristo, rézale a tu padre una avemaría, que se
alegrará allá arriba, desde donde te ayudará a tí, a tu madre y a tus hermanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario