En la Infanzonía “De Domingo Benedet, el cual en tiempos inmemoriales había habitado un Casal de Hidalgos e Infanzones de renombre y familia de Benedet, los que habían sido y eran reputados por tales, gozando de las exenciones de que los demás Hidalgos de este Reino acostumbrado a gozar que Juan Benedet, primero diese nombre de bisabuelo de dicho Vicente BENEDET . Vicente Benedet nació en el referido Casal y se crio en él como descendiente de los Señores de este, deteniendo los empleos de Jurado y de otros propios de los Infanzones que dicho Juan Benedet Primero, tubo entre otros Domingo Benedet, el cual salió del Casal solariego de los Benedetes y se fue Benedetes a vivir al lugar de SIÉTAMO.”
De forma continuada salen en el “Libro de Armas de los BENEDETES”, escritos como “Censal otorgado por los bayle-jurados, consejo y “primera sesión de vecinos y habitadores del Lugar de Nocito en favor del honorable DOMINGO BENEDET, vecino de la villa de SIÉTEMO de cuatro mil sueldos jaqueses de propiedad. Miguel con doscientos sueldos jaqueses de pensión, pagaderos, en cada un año por día y fiesta de la Circuncisión del Señor del mes de enero.
“De la cédula cobratoria y la Real contribución dirigida a los vecinos de SIÉTAMO y así vencieron el año 1.792. Señala dicho Señor para compulsar las partidas anteriores que se hallan entre los asientos de la clase de nobles”.
En los folios se lee : “Por mes: Don Agustín Benedet y Dn Miguel Benedet. De la Cédula de la Real Contribución cargada a los vecinos de la villa de SIÉTAMO perteneciente al año de 1.794, señalo igualmente para comprobar los asientos siguientes que se hallan entre los del Estado Noble……. Por mes:
Don Agustín Benedet y Don Miguel Benedet. De la Cédula de reparto de tal entre los expresados vecinos de SIÉTAMO pertenecientes al año de 1.793, señalaron para compensar al mencionado Prior las partidas que le siguen y se hallan entre la Nota de tales y primera, muchos asientos de los de la clase de Nobles.
Don Agustín Benedet y Don Miguel Benedet. De la Cédula cobratoria y la Real Contribución cargada a los vecinos de la villa de SIÉTAMO y así vencerían el año de 1.792, señalado dicho Pago para igualmente comprobar las partidas a quienes que se hallan entre los aragoneses de la Clase de Nobles.
Por mes: Don Agustín Benedet y Don Miguel Benedet. De la célula de reparto de SAL cargada entre los vecinos de SIÉTAMO en el año de 1.793, señalaron para compensar la mencionada carga, las partidas que les siguen y se hallan entre los asientos de los de la clase de Villas Nobles”.
Este aviso en SIÉTAMO en el Libro “ARMAS DE LOS BENEDET” en que se ordena el reparto de la SAL para beneficiar la salud del ganado, sigue un escrito titulado: ” El Excelentísimo Conde de Aranda-Don Vicente Arnal- Don JOSÉ ALMUDÉVAR -Don Felipe Banzo- don Mariano Cavero -Don Agustín Benedét--Don Miguel Benedet-Don Antonio Bescós- y bajo la nota Estado General, siguieron los demás vecinos y habitadores de la Nominada Villa de SIÉTAMO en la CONTRIBUCIÓN repartida para el año de 1.794 Y la misma expresión y reparación se advierte en la de cobro de Sal e otro año y al referido Libro de ordinaciones y por ahora queda todo en el arca de las llaves de otra villa, en que se quedan los papeles de la misma a que me refiero y para que conste donde convenga doy el presente signo y firmo en dicha Villa de SIÉTAMO, hoy diez y nueve de Enero de 1.795 años. Es testimonio”
El día de CARGAR SAL, para tratar a los vecinos de Siétamo en 1.793, sale la Nota de la ley, en la forma siguiente=”El Excelentísimo Señor Conde de Aranda= Don Vicente Arnal=DON JOSEF ALMUDÉVAR= Don Felipe Banzo= Don Mariano Cavero=don Agustín Benedét=don Miguel Benedet=don Antonio Bescós= y va de la nota=estado General=siguen los demás vecinos y habitadores de la Nominada villa de SIÉTAMO en la de Contribución repartida para el año de mil setecientos noventa y cuatro, y la misma expresión y reparación se advierte en la del COBRO DE SAL de otro año y el referido Libro de ordinaciones y por ahora queda todo en el arca de tus llaves de esta Villa en el que se quedan los papeles de la misma a que me refiero y para que conste donde convenga, doy el presente y signo y firmo en esta Villa de Siétamo hoy diez y nueve de Enero de mil setecientos noventa y cinco años.”
Este aviso en Siétamo de CARGAR LA SAL en 1.793 para la supervivencia de sus vecinos, aparece en el escrito de “ARMAS DE LOS BENEDET”.
En este escrito, en sus COMIENZOS, aparecen los miembros infanzones o miembros de las “ARMAS de BENEDET”. Pero para participar en la GOBERNACIÓN EUROPEA, LUCHANDO, aparece el Excelentísimo CONDE de ARANDA, con su CASTILLO – PALACIO, viviendo en las faenas de Gobierno de España y de Europa, ocupando embajadas en Polonia y en Dantzing
Cuando murió en 1.798 fue enterrado en San JUAN DE LA PEÑA.
Tuvo muchos palacios en el Reino de Aragón, pero estuvo haciendo Política en Rusia, Polonia y sobre todo en París. Luchó en Portugal, donde ganó en aquellas batallas, dejando para España el pueblo de OLIVENZA. Menos mal que el Monasterio de San Juan de la Peña conserva los restos del Conde de Aranda, que sustituyeron su descanso en Siétamo, donde su Castillo- Palacio, quedó destruido en la Guerra Civil. “Todavía quedan las bases de la torre del Castillo, de la que se dice (¿será verdad?) va a ser restaurada en algunos metros”. Este Conde de Aranda era un amigo íntimo de los AZARA de Barbuñales y de sus parientes los miembros de tal familia que se instalaron en Siétamo. Y así escribió el buen escritor Don Severino Pallaruelo: “Cerca de Barbuñales había lugares señoreados por nobles de título que vivían en palacios grandes amueblados con esmero. Albergaban en sus ricos caserones cuadros con retratos de antepasados, terciopelos, damascos y rasos. La casa de Azara de Barbuñales y de Siétamo estaba bien relacionada con los marqueses, los condes y las dignidades eclesiásticas. En Siétamo, no lejos de Barbuñales, alzaba sus muros de arenisca dorada el palacio de los Condes de Aranda (Marqueses de Torres de Montes, Barones de Clamosa, de Siétamo, etc., etc.…), amigos de la casa de AZARA. Un tío de María Ana (única hija entre varios hermanos de casa Azara), era canónigo en la catedral de Huesca. Cuando iba a visitarlo, pasaba por SIÉTAMO. Se detenía en el palacio de los Condes. Admiraba los salones. Allí había salones y estampas, telas exóticas y muebles hermosos: todo el lujo tranquilo y claro, confortable y pulcro que promovían los ilustrados del siglo como ambiente donde desarrollar tertulias razonables, conversaciones interesantes y debates sobre la felicidad del género humano, conseguida por medio del desarrollo de la inteligencia y de la riqueza”.
Yo recuerdo mis visitas al Castillo, cuando estaba próximo a los seis años. Se subía por unas grandes escaleras de piedra y en lo más alto, como ayudante de mi tío José María, mirábamos los nidos de las palomas. Me decía mi tío que cuando llegaba el invierno, se quitaban los huevos para que las palomas no sufriesen buscando la poca comida que se encontraba en dicha estación. Ya mucho después de su muerte del Conde de Aranda, mis abuelos compraron el Castillo.
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