Tengo
un antiguo recuerdo de Santa Orosia,
cuya cabeza traían los de Yebra a Jaca,
cantando con energía : “Todos los pechos aragoneses, y los de Yebra en
la Montaña,- A Orosia cantan con frenesí”. Es verdad lo que canta el himno,
pues yo de unos seis o siete años, en Jaca conocí la cabeza de Santa Orosia,
que traían los de Yebra al Templete (que ya no existe), donde se veneraba a la
Santa en la Plaza Biscós y rogaban ellos, unidos a los de Jaca, por la Paz y
por los endemoniados, que iban acompañando a la Santa para verse libres del mal
demoniaco. Desde aquella fecha del 25 de Junio del año 1.937 en que se
celebraba la Fiesta en honor de la Santa, acudimos los hermanos acompañados
por mi padre Manuel Almudévar y nos
encontramos con el jacetano don Paco Ripa,
tío nuestro, que fue en viejos tiempos Alcalde de la ciudad de Jaca, antiguo
tío jacetano de nosotros, emigrantes en Jaca, a causa de la Guerra Civil,
Todavía poseen sus nietos su casa jacetana con su capilla. Por cierto hacen ya
de este encuentro más de sesenta años y después de tanto tiempo, este himno de
la Santa Orosia, me lo hizo recordar el vecino de Yebra de Basa, Santiago
Villacampa, el que tiene una gran amistad con el hijo de Ibieca, comerciante en
la ciudad de Huesca, señor Sorribas. ¿Por qué son tan amigos el señor
Sorribas y el danzante de Yebra de
Basa?. Por mi desconocimiento de que Santa Orosia es la patrona del pueblo de
Ibieca, desde hace ya muchos años y en este pueblo de Ibieca se le tiene una
devoción inmensa a la citada Santa. JOSÉ LUIS MELERO, escritor aragonés,
escribió que hasta los principios del siglo XX “la procesión de los
endemoniados de JACA, ofrecía un espectáculo macabro y convertía la catedral
jacetana en refugio de trastornados”. Mi familia y yo fuimos observadores en un
año de la Guerra Civil como enfermos mentales casi todos ellos a los que
llamaban “endemoniados o espírituados”, que acudían a una procesión presidida
por Santa Orosia, para que los librara del Demonio. Pero estos “espirituados”,
ya acudían a procesiones en la provincia de Huesca, para combatir a los
demonios que atacaban sus espíritus. Los lugares a que acudían para combatir a
los malos espíritus eran diversos, unos Nocito, otros Santa Elena en Biescas, a
Sarsamarcuello o a Fiscal. Pero el día que estuve en el almacén del señor
Sorribas, situado en la carretera de Huesca a Barbastro, cerca de Quicena, al
lado del Hotel Montearagón, me encontré
con Santiago Villacampa, cuyo sobrino Rafael, hijos de Yebra de Basa,
durante generaciones han hecho sonar el “chiflo, salterio o chicotén, en el
Baile de Yebra de Basa”. En 1.871, Cosme Blasco publicó en la imprente PÉREZ,
una Historia de Jaca, que trataba de una procesión en la que hablaba de una
procesión en la que participaban “roncalesas con su traje negro, cuajado el
jubón de gargantillas y rosarios; chesas y ansotanas con su ancha saya verde y
enderezada gorguera y no faltaban francesas descalzas”. “Blasco nos cuenta que
a la capilla se Santa Orosia, en la Catedral, iban muchos de los que se dicen
poseídos del espíritu maligno para tratar de encontrar remedio a sus males y
que con grandes alaridos rompían el silencio del destajo”templo”. Manuel Bescós
Almudévar, conocido por Silvio Kosti, primo hermano de mi padre, dedicó en
1.910, uno de sus relatos a los “espirituados de Santa Orosia”. “Según Bescós,
los “espirituados” ofrecían en la procesión “un cuadro único de visión macabra,
reclamando el pincel de un Goya”. Escribió Bescós que entre esos endemoniados
se encontraba algunos psicasténicos, con obsesiones sacrílegas que “blasfemaban
a destajo” y narra como una chesa que “soltaba obscenidades y picardías y se
esforzaba por alzarse los briales y mostrar la roña de sus muslos”. Entre el
gritos dentro de la Catedral de Jaca, parecía ésta convertida en
aquellas ocasiones en un “inconfesable burdel o extraño falansterio”. El año de
1.947 obispo de Jaca, el zaragozano José María Bueno Monreal, prohibió la
asistencia de endemoniados a la procesión. Como se ve en la orden del señor
obispo, prohibió la asistencia de endemoniados a la procesión. Pero el tiempo
permitió que mi tío “Silvio Kosti” narrara la negra actitud diabólica de
aquellas procesiones y que yo presencié en el Campo del Toro, más tarde Plaza
de Biscot el año de 1.936.
miércoles, 9 de octubre de 2024
Los endemoniados de Jaca con los fieles de Yebra de Basa.-
Los endemoniados de Jaca.
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