A MIS HIJOS.-
Quiero esta noche, tratando el asunto con todo el respeto, cariño y veneración que merece, hacer mi cuento de Navidad, valiéndome del lenguaje vulgar, que se hablaba y todavía se habla, cada vez con menos extensión, en los pueblos de este Alto-Aragón; y al mismo tiempo que rendir tributo de devoción y recuerdo al Niño Jesús, introduciros de este modo, con éste y otros casos, al conocimiento de algo sobre las costumbres, lenguaje y modo de ser del País que os vio nacer; pues se da casi siempre el caso, que uno sepa de las costumbres, carácter y hasta modalidades del lenguaje de los Andes, del Congo o del Hinmalaya, valga por ejemplo, y no conozca nada de lo que un erudito llamaría Folklore local o características de su País.
Así pues, sin más pretensiones, y a modo de familiar y honesto ofrecimiento, os ofrezco con mi paternal cariño y bendición, el siguiente relato en prosa rimada.
Los pastores del abuelo, narraban bellas leyendas, y hoy noche de Navidad, os referiré‚ una de ellas.
Era por derecho y costumbre, el sitio del Mayoral, un puesto junto a la lumbre, a la entrada del hogar.
Y desde allí con decires de cadencias ancestrales nos narraba efemérides y cuentos de Navidades.
Quiero emplear el lenguaje que el Mayoral empleaba, en recuerdo y homenaje a la traición pasada.
Dejemos pues que se oiga, en esta noche su voz, para narrar las leyendas que en otros tiempos narró.
María y José, marchan de camino
Van con asperanza de que un ser divino, que mora n'antraña, de ra Virgen pura,
Alcuentre un asilo, palacio u cabaña, Que haga menos dura, ra triste jornada,
De ro viello esposo y ra esposa amada. Ra Virgen teneba frío
Y San José, se chelaba, Caminando, caminando,
A burreta resollaba. Llegaron en ta Belén
Un lugar mu chiquirrín De ros qu'ay en os belenes,
Feitos de zurio y serrín. Iban pidiendo posada,
Trucando de puerta en puerta Y ninguno les ne daba.
Ra Virgen qu'era mu güena Mu santeta y conformada
Le deciba a San José, Que no mirara ya nada,
Que anque fuera en un rincón, De pajar u de tinada
Se pasarían a nuey Pa guardasen da chelada,
Se'n fueron ta ras afueras, Y alcontraron un Portal,
Que sirvía de cubijo, A ros bajes do lugar.
En as pallas d'un pesebre, Ascape s'acomodaron,
Y una muleta y un güey, Alinto y calor les daron.
Y dando gracias a Dios Se quedaron adormidos,
Pues de tanto caminar, S'alcontraron mu rendidos,
Pero a iso de media nuey Sintieron una mosica
Y d'encima d'o Portal, Se posaba una estrelica,
Pregunté que qué sería San José todo asombrau
Y le respondió María: Es qu'o tiempo ya a llegau
De cumplise a profecía De que todo un Rai d'os Cielos,
A'ste suelo bajaría, Pa rediminos a todos,
D'os pecaus y as herejías. Mientras esto iba digendo
Como si fuera un milagro Un zagaler mu bonico,
Se refirmaba n'os brazos; Este era el Niño Jesús,
Que en cuanto abrió ros ojetes, Desanchando ros bracetes,
Fizo a fegura de Cruz, Y golviéndose a sus padres
Con cariño y con amor, Levantando ra maneta
A ros dos los bendició. Ra Virgen y San José
Al inte s'arrodillaron, Lo besaron como a fillo
Y como Dios l'adoraron, María lo cogió ambrazos
Y con gran veneración, Lo ofreció a Nuestro Señor,
Para nuestra redención. Un angelico de Dios
Con os güellos como soles, Les avisó a ros pastores,
Qu'abía puos alredoles; Y ascape fueron llegando
Repatanes y mairales, Craberizos, vaciveros,
Yeguas,erizos y duleros, Boyateros y zagales
Mocetas d'esas que cudian Os pavetes y os verracos
Y mientras filan estambre, Apacientan os rezagos.
Todos veneban contentos Y todos trayeban algo,
Pa ofrecelené a Jesús Y al mesmo tiempo adoralo.
Trayeban figos de Fraga, Orejones d'Estadilla
Y pansas d'esas qu'escaldan En Lascellas y Velillas,
Vino de Castilsabás Y corderetes d'Albero
Bellotas de Banastás Y conejos de Pebredo
Tortas d'aceite d'Ayerbe Turrón guirlache de Jaca,
Castañas de mazapán D'a zucrería Lasala,
Tortadas de Berbegal Y pan moreno d'Angüés
Pedos d'as monjas de Casbas, Juguetes de Bandaliés.
Entre gente tan humilde Tan humilde como güena,
Quiso'l Redentor del mundo Presonase aquí, en a tierra,
Era pa danos ejemplo Que toda su vida dió
D'humildad y de pacencia, De mansedumbre y amor.
Y aquí remata el relato, Venida del Hombre -Dios
Que Nuestro Señor del cielo Por Padre nos envió.
Y si Cristo es nuestro Padre, San José, si somos güenos
Nos tratará como a nietos Y nos llevará t'al cielo.
Cuento escrito por Manuel Almudévar Casaus en Huesca,el 24 de Diciembre de 1941.
Comentario de Ignacio Almudevar Bercero al escrito de su abuelo:
Presentación
del Cuento “A Mis Hijos” de Manuel Almudévar Casaus .El cuento titulado A Mis
Hijos, escrito por Manuel Almudévar Casaus el 24 de diciembre de 1941 en
Siétamo, es una joya literaria y cultural que entrelaza el espíritu de la
Navidad con las tradiciones del Alto Aragón. A través de una prosa rimada, el
autor relata la historia del nacimiento de Jesús utilizando el rico lenguaje
popular de la región, repleto de expresiones, modismos y referencias locales
que evocan la esencia de su tierra natal.Manuel dirige esta obra a sus hijos,
no solo como un relato navideño, sino también como un legado cultural y
espiritual. Pretende inculcar en ellos el amor por las tradiciones, el respeto
por las costumbres locales y el aprecio por el habla de su pueblo, consciente
de que estas raíces culturales suelen olvidarse en un mundo cada vez más
globalizado.El texto, dividido en versos, combina la ternura del mensaje
cristiano con descripciones vívidas de la vida rural aragonesa. Los personajes
humildes, como pastores, mairales y zagales, y los detalles sobre los alimentos
y ofrendas, como los higos de Fraga, el turrón guirlache de Jaca o las tortas
de aceite de Ayerbe, aportan autenticidad y cercanía al relato.El cuento
también destaca por su tono cálido y familiar, transmitiendo valores de
humildad, generosidad y fe. El autor, en un gesto de devoción y amor, narra la
llegada del Redentor al mundo desde una perspectiva sencilla pero profundamente
emotiva, enfatizando la importancia de la humildad de Jesús al nacer en un
humilde pesebre rodeado de personas sencillas.En definitiva, A Mis Hijos es más
que un relato navideño: es un homenaje a la tradición, un canto a las raíces
aragonesas y un regalo de amor de un padre a sus hijos. Este cuento nos invita
a reflexionar sobre nuestras propias tradiciones y a valorar la riqueza
cultural que nos conecta con nuestras raíces.
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