El hombre es una copia de la
realidad divina. Parece imitar las obras del Eterno, que desde el Cosmos
inmenso creó al hombre en la Tierra. Y el hombre lo imita, desplazándose a la
Luna y está preparando su viaje a
Marte.
El Mundo está creado y el hombre
en esta vida está siempre buscando, desde niño, como mi nieto Luis, que no
pierde de su boca, la interrogación del ¿por qué?, ¿por qué?... Van, desde su
niñez hasta su madurez, los hombres, como Leonardo Da Vinci (1452-1519),
preguntando el porqué de las cosas, que domaba lagartos, para convertirlos en
dragones. Y con el arte, y el estudio de
tantos temas, como la anatomía entre un lagarto y un irreal dragón, quiere dar
un sentido literal a las reacciones psicofísicas del hombre, en el que está
representada la imagen de Dios y del bruto sin alma. Y la materia y el
espíritu, el Bien y el Mal, hacen luchas encarnizadas, que Leonardo “representa
en una batalla”, en la que, como escribía Piero de Cosimo, “habían vomitado algunos, imaginando batallas
entre jinetes, extrañas ciudades y los paisajes más extensos, nunca vistos”.
Con el estudio de tantos temas,
las reacciones psicofísicas, aparecen en
el retrato que hizo a Mona Lisa, donde se adivinan o al menos se sospechan
síntomas androides y sonrisas que se adivinan, pero que no se ven y miradas que hacen dudar
en si te amo, me amas o eres el porvenir en polvo de nuestra Naturaleza.
Vasari en 1550, escribió: ”Por tal motivo formó en su alma un concepto
tan herético, que no se acercaba a ninguna religión, acaso porque prefería ser
filósofo que cristiano”. Esta opinión la siento cuando miro el retrato de Mona
Lisa, desde abajo y muevo mi cabeza hacia la derecha o hacia la izquierda. De
un rostro hermoso, me salen situaciones “heréticas”, como ojos con párpados
caídos y un rostro, que no sé que extraña “herejía”, trata de transformarlo de
femenino, en el de un hombre. En el Tomo V de Historia del Arte de J. Pijoan, pone: “En 1962 se logró una radiografía de esta tela
(más bien acebo), que reveló la única e indiscutible firma del maestro.
Inquietante como la Gioconda, es la imagen de un ser que oscila entre la
feminidad varonil y una virilidad de sutiles languideces”. Al observar
directamente la sonrisa de la Gioconda, ésta desaparece, pero vuelve a aparecer
cuando uno se fija en distintas partes del cuerpo. Después de mi experiencia en
mirar de distintas formas la Gioconda, me quedó la duda de si es una sonrisa la
que sale de sus labios o no lo es, pues
reparte amargura. Yo pensé unir la belleza producida por Leonardo Da Vinci, con
la ¿fea o bella? ingenuidad, que me causó la impresión de no ser fea, con los
¿feos o bellos? dragones del artista de Bolea.
¿Por qué Leonardo busca extraños
animales, cuyo aspecto terrorífico contiende con la belleza de Mona Lisa?. Hay
que mirarla en mi pequeño cuadro, con toda su belleza misteriosa, rodeada por
Dragones, que me regaló mi amigo, hace cincuenta años, cuando yo ejercía en
Bolea de Veterinario y él era un Músico, que esculpía sonidos y tallaba
en la madera, un marco rodeado de Dragones, en cuyo interior yo expuse un
retrato de la Gioconda. Me causaba Ingenuidad,
el aspecto de los dragones del artista
de Bolea, hasta que aprendí a mirar el
retrato de Mona Lisa, que me dio la impresión, al ver la figura boca abajo,
de ser un hombre en lugar de una mujer.
Y el agudo pintor Duchamp el año 1919, sacó
otra Gioconda o Mona Lisa, mujer de Francesco dl Giocondo, con bigotes y barba.
¿Quiso aclarar los tenebrosos problemas de Leonardo Da Vinci, aclarándolos?; para
unos con “cachondeo” y para otros con realismo.
¿No le pasaba lo mismo a Leonardo,
en proporciones inmensas?. Porque
Leonardo resultaba un hombre raro en su manera de vestir y de ser. Se sentía a veces sólo y
melancólico y en una homosexualidad, que
le originaba conflictos. Siempre estaba buscando contestación a los ¿por qué?,
al presentarse problemas en su cerebro.
Estaba impregnado por los
problemas de la Naturaleza y fue arquitecto, escultor y pintor. Y se preguntaba
¿por qué no podemos volar los hombres como las aves?, convirtiéndose en un
precoz ingeniero de la aviación, pensando en las alas con plumas de la aves y
en las láminas epiteliales de los murciélagos. Pero ahora me pregunto yo ¿por
qué pensó, al principio volar con las
plumas?, porqué siendo niño y estando acostado, un ave tocó sus labios con la
cola y a partir de ese contacto, el niño Leonardo soñó con poder volar. ¿Viene
de esta aventura, su condición de androide?, porque no se casó y sin embargo
tuvo amores con Mona Lisa. ¿Es que
cambió las plumas por alas cutáneas?.
Es inmensa su ”belleza y la rodean múltiples misterios
en los ¿por qué?, los hombres se preguntan si la Gioconda es una
mujer , un hombre o las dos cosas a la vez. El mismo Leonardo escribió: ”Si
tenéis un compañero, sois dueño de la mitad de vuestra persona”.
Es el cuadro más famoso del Mundo. Se expone
en el Museo del Louvre, ya que lo adquirió Francisco I de Francia.
Tuvo el cuadro de la Gioconda
otros hermanos, como el que antes he citado del pintor Duchamp, que realizó en
1919, en que la dama o caballero o mezcla entre ambos, aparece con barba y con
bigotes.
En el Museo del Prado se ha
redescubierto una copia de la Gioconda, que parece haber sido realizada en el
mismo taller de Leonardo, por Francisco Melzi.
En este cuadro no he mirado “si
la sonrisa desaparece al mirarla directamente y reaparece cuando la vista se
fija en otras partes del cuerpo”.
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