Desde Logroño subía hasta
Pamplona la Calzada Romana, que comunicaba la ciudad de las Musas de Arellano,
con la ciudad también romana de Andelos. En esta ciudad se desviaba un corredor
que conducía a Sangüesa y a Jaca. La calzada que venía de Logroño a Pamplona
por Belascoain, Ibero y Echaurriz, se acercaba a Sangüesa y a Jaca, desde donde
se bajaría a Osca o Huesca y a Zaragoza. De Zaragoza o Caesar Augusta se
ascendía por las Cinco Villas para llegar a Sangüesa y a Javier, cerca del cual, al otro lado de una cabañera o tal vez una
calzada romana, en el lado aragonés, se encontró un mosaico, que está expuesto en el Museo de Pamplona.
Todo aquel territorio navarro-aragonés parece ser un campo arqueológico,
empezando por el nombre de Caesar Augusta que le aplicaron a Zaragoza, hasta el
de Pamplona, que viene del emperador Pompeyo, aplicado a la navarra Iruña.
Recorriendo aquel terreno se
contempla un enorme parque arqueológico. Debajo de Estella se puede contemplar
la Ciudad de las Musas de Arellano. En aquella Villa se rendía culto a los
“lares”, protectores de la casa y de la familia, a los “penates” que protegían
la elaboración de los vinos y de otros alimentos y por último a los “manes”,
que buscaban el respeto a los antepasados. Se elaboraban, cada año, unos cincuenta
mil litros de vinos riquísimos, que hacían perdurar la salud de los que lo
bebían. ¡Cómo se ve en aquella Villa el culto a los dioses paganos, durante el
siglo primero después de Cristo y tres o cuatro siglos posteriores!. Hay que
ver como destaca la personalidad de Navarra con aquel “Taurobolio”. ¡Cómo
destacan en Navarra, el agua , el vino, la sangre y los toros!. Aquellos toros
producían la sangre, al ser sacrificados
en el Taurobolio, cayendo su sangre sobre el sacerdote pagano. En mi artículo
Arellano y su villa romana, escribo: ”¡Cómo aquellos romanos de religión
pagana, intuían en el vino una unión con la otra vida, que conservarían los cristianos con el
vino, bebido como la sangre de Cristo!”. Allí mismo hay dos losas de piedra en
las que parecen presumir sus testas, dos toros. Más arriba, debajo de
Mendigorría o Monte Rojo, del color de la sangre, que daban y dan todavía los
toros en aquella tierra, se ve una profecía del agua en todos los pueblos de
Navarra, porque se ven claramente unas obras, que suministraban de agua a la
ciudad de Andelos, como se ve en Arellano un depósito de agua para suministrarla
a esta ciudad. Eran obras proféticas porque desde aquellas antiguas obras
romanas, antes que las musulmanas, se ven canales que repartirán y reparten el
agua por toda Navarra y cerca de Sangüesa, el Pantano de Yesa, es un enorme
depósito, que por Navarra y por la Cinco Villas, es como el depósito de agua de
Caesar Augusta. Enfrente de Sangüesa se alza la ciudad de Sos del Rey Católico.
Entre sus dos términos se asienta el enorme yacimiento arqueológico romano de Campo Real- Fillau, con principalmente ruinas
romanas, de las mismas características que las de Arellano y las de Andelos. Se extiende sobre sobre una amplia llanura
del Río Onsella, cercano al río Aragón. Están unidos Sos del Rey Católico con
Sangüesa por la carretera comarcal A-127, pasando a través del pequeño pueblo
de Campo Real, a cuyo lado se encuentra
el enorme campo arqueológico. Cerca de este pueblo pasa el Canal de las
Bárdenas. La jota de V. Ordóñez cantaba así : ”La Bardena está sin agua,-pero
yo se la daré,-con lágrimas por tu ausencia, su llanura regaré”. La población
de esta zona, pertenecía a los vascos
antiguos, que algunos tímidamente, dicen que por lo menos llegarían al Río
Gállego, pero Sangüesa o Zangoza, tiene un equivalente en su nombre con el
pueblo cercano a Huesca, de Angüés y en la llanura del Onsella se encuentra el pueblo
de nombre vasco de Isuarre, como en el
Norte de la Sierra de Guara, a nivel de Santa Eulalia la Mayor o Santolaria, se
encuentran las ruinas del desparecido pueblo de Isuarre. Y al Sur de Santolaria
se alzan los Mallos de Ligüerri. Así como por Sangüesa existe el nombre de
Gabarderal, en todo el Alto Aragón, aparecen los nombres de Gabarda,
Gabardilla, Gabardiella, etc. No hay que defender unos límites reducidos del
pueblo de origen vasco, sino inspeccionar los nombres de origen vasco, hasta el terreno de los ilergetes, que
ocupaban desde Lérida a Huesca. Hay que insistir en la arqueología de Navarra y
de Aragón, desde el Ebro hasta Pamplona y desde Pamplona por Sangüesa, por Sos
del Rey Católico, por el campo arqueológico de Campo Real- Fillera, hasta
Zaragoza.
Estuve en una Bodega del pueblo
de Ayerra, cerca de Pamplona a comprar vino y me llamó la atención una frase
que decía poco más o menos: “Ayerra, lágrima navarra del toro” y me acordé del
pueblo del somontano Oscense, en el que tantas veces he estado, y que se llama
Ayera.
En estas tierras que suben desde
Arellano, por Andelos, por Sangüesa, Sos del Rey Católico, por el espacio
arqueológico de Campo Real- Fillera, bajando por el Canal de las Bárdenas,
hasta Zaragoza, hay que recordar el agua, la sangre, el vino y los toros. Me he
acordado del abastecimiento de agua de Arellano, del de Andelos, con su sistema
de riegos, del río Onsella, que nace en
Aragón para desembocar en Sangüesa, del Pantano de Yesa, convertido en enorme Depósito
de agua potable de Caesar Augusta y del Canal de las Bárdenas. La sangre, que
en los “Taurobolios” se hizo derramar a los toros, pero que todavía se hace
derramar en aquellas tierras y sobre todo en Pamplona, con sonido mundial, a
cuyas corridas han asistido grandes escritores como el premio Nobel Ernest Hemingway. El vino se
cruzó en los tiempos paganos con la sangre de los toros y en estos momentos con
la sangre de Cristo. Los toros que han formado con los caballos, la parte más
importante de la zoología en España, en Navarra han triunfado siempre, siendo
quizá, la Plaza de Pamplona, con el trazado de los encierros de toros, el Templo
Taurino, que después de tantos siglos, sigue gozando de la admiración del mundo
entero.
En aquellas tierras habitadas por vascones, escribió el poeta
calagurritano Prudencio, nacido un poco más al Sur de Arellano, sobre los
Taurobolios, que proliferaban en este territorio, en pueblos como Ujué, Aibar,
Artajona y en Sos del Rey Católico. En Sos se encontraron tres ejemplares y en
Uncastillo y en San Miguel de las Cinco Villas, en cuya parroquia se rezó en vasco
a primeros del siglo XX, se hallaron más. Aquellas zonas estaban pobladas por
caballos y por toros, que influían en la producción de trabajo y en el consumo
de carne. El poeta calagurritano Prudencio, escribió en el siglo IV d.c., lo que sigue: ”la persona que ha de recibir el
taurobolio entra en una fosa cubierta, con un suelo agujereado. Se conduce a un
toro sobre el suelo agujereado y se le sacrifica hundiendo un largo cuchillo en
el pecho. Su sangre se cuela en la fosa cubriendo al devoto que se encuentra
debajo. El iniciado sale de la fosa y se presenta ante la gente como un ser
nuevo”. ¡Cómo contrastaban las escenas de esos siglos de paganismo, con las más
piadosas que montaron los cristianos!. El propio poeta calagurritano Prudencio,
que nació al Sur de Arellano, escribió piadosas escenas de la comunión con el
pan y el vino, de sentido contrario a la
crueldad de las ceremonias de los taurobolios.
La moneda ibérica aparece en Pamplona es obra de aquel pueblo
vasco-ibérico y aparece con el nombre de Barscunes y cerca de Jaca aparece la
moneda de Arsaos, que aunque se esconde el lugar exacto de su producción, se
creó en el siglo II a.C.,en el terreno de los Bascones acercándose a Jaca.
También se elaboró la moneda de Egea. Aquel territorio desde debajo del Ebro, en
Calahorra hasta Pamplona, después Sos del Rey Católico, Egea y Jaca desde el
Norte hasta Zaragoza, vivió con el vino, las losas exhibiendo cabezas de toro, el
dinero representado por las monedas de Barscunes y la de Arsaos, fueron el
asiento de Monasterios como el de la Oliva, el de Leire y el de San Juan de la
Peña. De aquella ciudad profética de Andalos, que regó los campos de
Mendigorría, se ha pasado al pantano del Irati y al de Yesa.
En Huesca salió el Bolskan, que en vasco se dice Osca y donde en el
siglo I, d.C., Sertorio, general romano, quiso fundar un estado independiente
de Roma, cuando en Pamplona, se vivió en paz con Roma. Este convivir conservó
la lengua vasca, los toros y los riegos. Cuando este mes de Marzo de 2012, fui
acompañado por mi yerno Santiago Adiego al Museo de Pamplona, nos encontramos, con la señora Clotilde, que trabaja en dicho
Museo en la Sección de Prehistoria y nos aclaró, lo que yo había leído en el tema de Andelos (Andión,
Mendigorría), que afirmaba que en las ruinas de las viviendas de Andelos, había
escritos en latín y en vasco-ibérico. A mí me preocupaba esta cuestión, que
ella nos la aclaró con un mosaico romano, ingresado en el Museo el año 1991, del
que pone: Pavimento descubierto a la entrada de una estancia, en el que puede
leerse la siguiente inscripción ibérica, cuya transcripción sería. LIKINE
ABULORAUNE EKIEN BILBILIARS.
El problema de la localización de si estaba Arsaos, situado en la
actual Navarra o en Aragón, de si Navarra tiene Fueros y no Huesca, no tiene
importancia. La tiene el abandono en que se ha sometido al territorio aragonés
de los Bascones y lo que hay que hacer
es no conformarse sólo con el ferrocarril de Canfranc, sino que se cree el
Tercer Paso por el Centro de los Pirineos, que comunicará la Provincia de Osca
con la Occitania del Midi Francés, que fue el origen de los Bascones.
De las regiones con las que se unen España y Francia, algunos dicen que
no pertenecen a España, pero de lo que nadie duda es de El Pirineo Aragonés es
España y Europa, por lo menos desde Carlomagno.
El último viaje que hice antes de mi infarto , fuí a verte y recorrí toda la comarca de las Cinco Villas , me quedé encantado de todas las poblaciones que describes con tanto acierto , añoro mucho volver a repetir aquel viaje y poderte dar un abrazo , a ver si éste año tengo fuerzas y cumplo éste sueño.
ResponderEliminarUn saludo
Rafael