lunes, 16 de abril de 2018

Saint-Exupéry y la Guerra Civil en España.



Se han escrito cantidad de libros, sobre la Guerra Civil Española, de la que fue corresponsal Saint- Exupéry, desde Barcelona, pues necesitaba el dinero que había perdido en 1936, por su excesivo gasto, cuando era aviador comercial. Empezó su actividad de corresponsal en Barcelona. Era un hombre que podía analizar las guerras y las paces en este mundo, porque en aquellos tiempos del año de 1936, él mismo pilotó su avión a la Barcelona revolucionaria, donde   le pareció reinar una falsa paz, un tanto tranquila. Visitó el frente de Lérida, cerca de Huesca,  pero Paris- Soir  lo mandó al frente de Madrid. Escribió unas crónicas, que publicó desde el verano de 1936 a octubre de 1938. Como acabo de decir, Antoine de Saint-Exupéry publicó las crónicas de aquella Guerra Civil, cuando ya se notaba en el ambiente europeo,  la llegada de la guerra contra Hitler.

Este hombre perteneció a la Nobleza, que ya casi no tenía sentido, pero la nobleza de su corazón, le colmó de honor. Es más conocido por su profesión de aviador y de escritor, que la hizo desde la Guerra Civil en España, continuando haciendo la Segunda Guerra Mundial,  volando en  aviones de guerra. Tenía un concepto de la aviación muy poético, en esos tiempos en que la seguridad de la vida, no era tan fuerte como ahora, lo que llenaba su espíritu de poesía. Fue aviador, pero su principal objetivo fue la facilidad para conocer el Mundo, desde Francia hasta Argelia y América, e hizo la Guerra cuando se rompió la Paz en Europa. Pero  su principal actividad en este Mundo, fue la cultura, pues incluso a la aviación le dio un tono poético, en la Guerra y en la Paz. Fue matemático, inventor, dibujante, amigo de los animales y literato que alabó la idea del hombre, alabándolo en su obra literaria “El Principito”, con la que casi se olvidó la humanidad de las notables facetas que tuvo, entre otras cosas, como periodista.

Su vida fue muy corta, porque sólo vivió cuarenta y cuatro años.

Sus crónicas de la Guerra Civil, no han sido tan conocidas  como las obras de Orwell o de Hemingway, porque su personalidad no comulgaba con ninguno de los dos bandos. No analizaba tanto como ellos,  las ideas políticas.  Saint – Exupéry dirigía sus pensamientos a gran altura, ya que era aviador antes que periodista y cuando volaba por el cielo de Europa y de Argelia se sentía místico. Con ese misticismo, al fascismo y el comunismo, los veía como dos sistemas para imponer en el Mundo, una multitud, no de hombres de espíritu, sino de multitudes de insectos, como las hormigas, que trabajan, pero que no piensan.

No le preocupaban demasiado los conflictos políticos, sino que lo que más le hacía pensar era la “misteriosa vida que el hombre vivía en su  fondo”. Le interesaba más la lucha que se mantenía dentro de sí mismo, pensando en su destino, que vivir en los conflictos políticos. Cuando volaba por las alturas, pensaba en la guerra de las multitudes, en que cada hombre está  buscando su propio destino. Cuando volaba en el avión, no pensaba en los conflictos políticos, sino subiendo hacia aquel cielo lleno de estrellas, se le planteaban los problemas que  enfrentaban a cada hombre con su propio destino. ¿Cómo Saint Exupéry   pensaba alguna teoría que le respondiese del destino del hombre?. Claro que la pensaba y llegó a tener algún principio de fe, en ella. Le atraía la doctrina anarquista, pero se desengañó de dicha doctrina, al ver como en Barcelona, le llenaron el corazón de dolor y su inteligencia de asco, al ver los fusilamientos que contempló en Barcelona.

Aquel comportamiento no respondía a teorías políticas, sino al comportamiento de seres inferiores, como las hormigas, que mataban a sus rivales, sin ninguna consideración,  que desde luego no podían hacer. En la Guerra Civil Española, cada español no luchaba contra sus enemigos, sino contra sí mismo. En el libro escrito a máquina, redactado por mi primo y que me regaló ese primo, el Cura Vallés, se ve como unos mataban a sus compañeros de doctrina. A él lo dejaron huérfano de madre y con un hermano fusilado siendo casi un niño. Esos parientes de Jesús Vallés, recogieron a su sobrino, pero se marcharon a Francia, después de hacer una guerra particular, en la que pusieron dinamita en la ciudad de Huesca. Tuvieron compasión de su sobrino, pero no les importaba la muerte que producía la dinamita. Parece  que los españoles  no luchaban contra un adversario, que viniera de fuera,  sino que brotaba de la superficie de la Nación, contra sí mismo.

Un socialista francés, se dedicaba a salvar del fusilamiento a los curas perseguidos por los anarquistas, que al principio le parecieron a Saint-Exupéry, buenos para gobernar. A un cura lo salvó el anarquista francés en la provincia de Lérida. Yo no sé si salvaría alguno en la provincia de Huesca, que se encuentra a su lado, y en la que mataron más sacerdotes que en ninguna otra provincia española. Orwell,  el escritor, uno de los mejores  que mejor dominó la pluma en el Mundo, estuvo en la entrada de la ciudad de Huesca y fue herido. Lo trasladaron a Siétamo, de donde lo llevaron a Cataluña. Yo no sé si salvaría a  algún cura de ser fusilado y está claro que bastante trabajo tuvo para salvarse  a sí mismo, pues, para salvar su vida, escapó a Francia.  Un hombre tan noble, y parece mentira se apuntó al Poum, tal vez porque en esos momentos de dificultades entraba con facilidad en esa podrida guerra. Yo creo que no salvó ninguno porque en Siétamo, donde estuvo en el Hospital, fusilaron al único sacerdote de Graus, del que no se ha tenido noticia alguna Fue fusilado en Siétamo, cerca del río Guatizalema.                

 Este año de 2017, ha venido a Huesca un familiar de Orwell y en el Museo Provincial han instalado una exposición de los sufrimientos que tuvo que pasar, para escapar con vida de nuestra triste guerra. Claro está que la inteligencia de Orwell, era superior y no podía someter  su voluntad a pertenecer a un Partido extremista, pero la locura de aquellos años,  le hizo apuntarse, para observar toda la guerra, que se estaba desarrollando en España. Para poder estar presente en aquellas batallas, se tuvo que apuntar al POUM o Partido Obrero Marxista. Estuvo en las afueras de la ciudad de Huesca, dejando de matar algún enemigo, con el que se cruzaba, pero su espíritu respetaba la vida de los hombres. En cierta ocasión se encontró en el frente muy cerca de un soldado nacional, pero no le disparó,  porque le dolía la muerte de un hombre.  Fue herido en Monflorite y llevado al Hospital Provisional de Siétamo y de allí lo llevaron a Tarragona.

El año de 1937, la prensa de De “Paris. Soir”, cambió el destino de Saint  Exupéry de Barcelona por Madrid. Cerca del Hotel Florida cayó un obús y todos los huéspedes, se pusieron nerviosos   las mujeres todas lloraban. Saint Exupéry, los calmó dándoles un pastel a cada uno. Pero no vió sólo a los clientes de un Hotel, sino que por el frente,  vio como y escuchó como hablaban un soldado de la República y otro que estaba en una trinchera de los Nacionales y escuchó   cómo se despedían,  diciéndose: buenas noches, amigo. También me contaron que en el frente de Aragón, se dieron conversaciones entre,  soldados de la República y otros de Franco, que desde las trincheras llevaban conversaciones amistosas, hasta que tenían que esconderse en sus refugios.

De estas situaciones, se desprende que Saint  Exupéry daba una visión humanitaria de la Guerra, pero alejada de la guerra,  como se ve en esas conversaciones entre soldados enemigos, que no se odiaban. Su interpretación del sentido de acabar con esa Guerra, se debe a una visión humanitaria, separada del problema ideológico. Relataba hechos guerreros en los que entraba la poesía y eso explica como en el “Pais -Soir”, su Secretaria se echó a llorar al transcribir uno de sus textos.

Antoine  de Saint Exupéry, describió la contienda española, dando un preludio del Cataclismo Mundial, que estaba llegando a Europa y el genio de Sant Exupéry desapareció por la mañana del día 31 del mes de Julio de 1944, en un reconocimiento de Francia y del que nunca regresó.

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